La transición en el banquillo del Barça es única en el fútbol de élite. Segundos haciéndose cargo de equipos, sí, y en el club azulgrana concretamente. Carles Rexach, lo hizo en dos ocasiones. En la temporada 95-96 tras el cese de Johan Cruyff y esa decisión le costó perder la amistad con el holandés, y posteriomente sustituyendo a Serra Ferrer. Pero aquellas medidas de los presidentes Núñez y, posteriormente Gaspart, fueron más un parche de urgencia que convicción ideológica. La transición Sacchi-Capello en el Milan, fue impuesta por Silvio Berlusconi, pero no existió nunca buena química entre los técnicos. Tampoco su enemigo blanco ha vivido situaciones similares y en los últimos años, sólo un segundo, Mariano García Remón, se hizo cargo del primer equipo tras el abandono de Camacho y solo estuvo partidos como maximo responsable. Por primera vez en la historia del fútbol, un entrenador marca los ritmos y los plazos de su trayectoria; deja heredero y el presidente, acata.
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