Más de 100 personas han muerto calcinadas en un incendio que se desató durante la noche del martes en una fábrica textil de la populosa ciudad de Karachi, en el sur de Pakistán. 35 personas han resultado heridas mientras aún se recuperan cuerpos calcinados.
Las causas del siniestro son aún desconocidas. Las autoridades pakistaníes a menudo son incapaces de proveer el flujo eléctrico continuado a las fábricas, por lo que muchas tienen generadores propios, que funcionan con gasolina, para evitar los cortes de luz.
Responsables de los bomberos han afirmado al diario Express Tribune que la virulencia del fuego hace temer por la integridad del inmueble, donde se sospecha que había unos 1.500 trabajadores cuando se declaró el siniestro, aunque la mayoría pudieron huir.
Desde el inicio, los equipos de rescate han tenido grandes dificultades para hacer frente al incendio por su magnitud, que hacía imposible entrar en el edificio, y por el hecho de que solo había una puerta de acceso a la fábrica.
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