Que la víctima dé el paso y alerte de su sufrimiento durante la etapa de abusos sexuales requiere de un respaldo, el de sus allegados, con el que...
04/02/2022 00:02:40Que la víctima dé el paso y alerte de su sufrimiento durante la etapa de abusos sexuales requiere de un respaldo, el de sus allegados, con el que no pueden contar. Romper el silencio supone un largo camino que puede extenderse varias décadas y que la víctima recorre en soledad.
El calvario silencioso de Javier Paz comenzó con 10 años; madre e hijo llegan a Salamanca, una ciudad nueva, nadie les conoce. Ambos hacen de una iglesia su pequeño y único mundo. Y del párroco, Isidro López Santos, su persona de confianza. Les visita a diario. Y se convierte, durante una década, en el abusador sexual de Javier. Es uno de los entornos que acalla el depredador. Conoce sus secretos, que son un arma para incomunicar al abusado o incluso poner en su contra a su círculo de amistades, en ocasiones también víctimas, y logra dejarle sin apoyos. Del entorno familiar y de su silencio depende que el abusador se salga con la suya. La inocencia propia de los menores de edad es otra de las bazas que juega el abusador.
Las víctimas tardan en romper su silencio una media de 30 años. Después de 29, Javier plantó cara a cara ante el obispo de Salamanca, quien le aseguró la apertura de un proceso canónico. Con el paso del tiempo, nada ocurrió, y Javier decidió grabar las conversaciones que le reconocían el derecho a una compensación económica. Según Javier, él firma, engañado, una oferta que le presentan por escrito, pero simulando que era petición suya.
- Géneros
- Información y actualidad
- Idiomas
- Castellano