Hace 70 años, los productos químicos comenzaron a introducirse en la industria alimentaria. El objetivo era rentabilizar los cultivos y abaratar su coste de producción. Esto, junto con la mecanización de la agricultura y la ganadería, dio lugar a la producción intensiva que aseguraba una fuente de alimentos estable para una población mundial que ha crecido más en estos dos últimos siglos que en todos los anteriores.
Al comenzar el siglo XX, 1.500 millones de personas poblaban la Tierra. Hoy somos ya más de 6.000. Pero la explotación intensiva de recursos naturales es también una amenaza a la estabilidad del medio ambiente. Cambiar nuestra forma de producir alimentos para respetar la salud del planeta es el espíritu de los alimentos ecológicos, que no permiten sustancias químicas en su cultivo.
Sin embargo, ¿podríamos alimentar a toda la población sólo con alimentos ecológicos? La producción ecológica tiene un talón de Aquiles... en el mismo espacio de tierra se produce entre un 30 y un 50% menos de alimento que un cultivo convencional. Carlos Álvarez Dardet y María Dolores Raigón apuestan por los alimentos ecológicos porque dicen que son más beneficiosos para la salud, pero José Miguel Mulet duda de su efectividad y cree que debemos potenciar los transgénicos. Josep Usall y Pere Arús investigan para encontrar formas de producción y conservación de alimentos que se adapten a las necesidades alimentarias del futuro.
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- Ana Montserrat
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