Entrenadores de esports: así trabajan los guías ocultos tras los jugadores
- Los entrenadores van más allá de los videojuegos e inculcan hábitos saludables a sus jugadores
- La Asociación de Entrenadores de Esports (ADEDeS) nació para impulsar su profesionalización
“Si tú te quieres tomar esto en serio, fórmate, entrena de manera seria, sé constante, esfuérzate. Esto exige sacrificio”. Este es alguno de los consejos que puede recibir un aspirante a entrenador de deportes electrónicos. Aunque hay gente a la que le cuesta concebir que los esports son deporte, estos ya han sido reconocidos por el Comité Olímpico Internacional (COI). Y como tal, no solo cuentan con un nuevo tipo de atletas, sino también con entrenadores que los preparan física y psicológicamente.
Las personas que quieren convertirse en entrenadores de deportes electrónicos en España no lo tienen demasiado fácil, de momento. Porque no solo tienen que saber jugar al esport en cuestión, sino que también deben tener una serie de habilidades para tratar con los jugadores y transmitirles sus conocimientos. Además, la falta de profesionalización en el sector hace que, en la mayoría de las veces, los aspirantes tengan que aprender por su cuenta todo lo que necesitan para llegar a ser preparadores y poder vivir de ello.
Ante este escenario, Antonio José Delgado, diplomado en Educación Física y experto en coaching de Habilidades Psicológicas y Comunicación, y Lucas Rojo, asesor de esports en Movistar Riders, decidieron crear hace casi dos años la Asociación de Entrenadores de Esports (ADEDeS) para darle mayor visibilidad a los preparadores e impulsar su profesionalización.
“De jugar a entrenar hay un abismo”
Delgado explica que en los cursos de su organización no se enseña a jugar, sino que se instruye a los entrenadores sobre cómo entrenar: “La mayoría son jugadores que tienen otro tipo de motivaciones y les gusta la dirección, tienen capacidades para ello, conocen la dinámica del juego y dan ese salto. Pero de jugar a entrenar hay un abismo”.
Según Antonio José Delgado, muchos de los ámbitos en los que deben formarse los entrenadores de esports son muy parecidos a los de los deportes tradicionales: “Los elementos de los deportes clásicos nos sirven, los adaptamos y empezamos a utilizarlos”. Así, un entrenador de deportes electrónicos debe saber técnicas, inculcar hábitos saludables, poseer dotes de liderazgo, comunicación y resolución de conflictos, y aplicar mucha psicología.
Gregorio Santos Crespo tiene 27 años y es entrenador de League of Legends en el equipo Kawaii Kiwis. Aunque en un principio quería ser analista, la primera oferta que recibió fue para ejercer de entrenador, y a partir de ahí comenzó a disfrutar de trabajar con personas, “no solo con datos”, como dice: “Trabajamos con temas del juego, pero tenemos que mantenernos informados sobre cómo juegan los equipos buenos, los rivales, qué se juega… También hay que aprender a manejar a un grupo de jóvenes, por lo que tenemos que debemos saber psicología”. Él es una de las personas que han asistido al Curso de Entrenadores de eSports Nivel 1 de ADEDeS, donde cursó asignaturas muy variadas: “Unas estaban más aplicadas a los juegos, otras, más al aspecto psicológico de los jugadores, e incluso, algunas estaban hechas para nosotros sobre comunicación y cómo transmitir”.
Santos Crespo explica que no existen muchos cursos como este, por lo que es bastante autodidacta: "Me fui formando, un poco, aprendiendo de otras personas y mirando cosas por Internet. Hasta que encontré la asociación, no conocía a nadie que se dedicara a explicar cosas sobre el coaching aplicado a los esports”. Lo mismo le sucede a Pedro Guijarro Vallés, de 22 años, entrenador de Overwatch en The Cloud Gaming y también alumno de ADEDeS, que intenta completar su formación con enseñanzas de diversas disciplinas: “Ya sean cursillos de liderazgo, mindfulness… Mi carrera también es sobre comunicación. Me apunto de cabeza a todo lo que me pueda ayudar a absorber un poquito”, asegura.
Rutinas diarias de entrenamiento
Cada esport necesita un entrenamiento diferente, ya que comparar un videojuego con otro es “como comparar baloncesto y fútbol”, comenta Pedro Guijarro, que lleva una rutina de entrenamientos semanal con su equipo de Overwatch: “Entrenamos todos los días una media de tres horas, todas las noches. Entre semana un poco menos, pero en el fin de semana puede alargarse un poco más por las competiciones que haya”. En su caso, pasan cierto tiempo hablando de estrategias, pero “el 80% del tiempo son partidas online contra otros jugadores”, explica.
En su día a día como entrenador, Gregorio Santos marca una serie de objetivos a sus jugadores, dentro y fuera del juego, y también organiza una rutina semanal: “Solemos quedar todos los días a las 10 h, entrenamos dos horas o tres si tenemos que dar teoría antes. Santos también se preocupa de los horarios sus deportistas para saber, por ejemplo, si van a llegar cansados al entrenamiento.
Una de las mayores dificultades que tienen los entrenadores como Pedro o Gregorio es la incapacidad de tener contacto directo con sus jugadores cuando entrenan de forma online: “No tienes control directo sobre los chavales mientras entrenan. También intentamos que lleven un poco de vida sana, y online no puedes vigilarlo”, comenta Santos Crespo. Guijarro afirma que lo más difícil es mantener a todos sus jugadores concentrados: “Yo no los estoy viendo, no los puedo atraer a nivel gestual, por ejemplo, para hacer una clase. Es difícil mantener la concentración de forma constante, pero yo creo que lo conseguimos”.
Como comenta Gregorio Santos, que los jugadores tengan hábitos saludables es una obligación muy importante de estos preparadores. Pedro Guijarro, por ejemplo, insiste a los miembros de su equipo en que no coman en la mesa mientras entrenan: “En los descansos, yo les pido que, aunque sea cinco o diez minutos, se levanten del ordenador, salgan un poco, den una vuelta por la calle”, explica, y lo compara con el trabajo en una oficina: “No hay que hacer los descansos en la mesa porque al final se acaba estresado. El comer en una oficina, en la mesa, puede ser tedioso, y al final acabas harto de tu propio trabajo”.
De esta forma los preparadores luchan contra la imagen de un atleta de esports sentado durante horas y horas, que choca frontalmente con la de un deportista tradicional corriendo, saltando o haciendo estiramientos. “Evidentemente, estar sentado ocho horas no es sano, dígaselo a cualquier oficinista”, se queja Antonio José Delgado. Y precisamente por eso, comenta, es por lo que se necesitan entrenadores. Personas que enseñen a los jugadores planes de entrenamiento que incluyan nociones sobre alimentación, ejercicio físico, y algo muy importante: relaciones sociales más de allá de una pantalla de ordenador.
Vivir de los esports
Uno de los principales objetivos de ADEDeS es que los atletas y entrenadores puedan vivir de los esports: “Si tienes las habilidades necesarias para llevarlo y, además, se te da bien y tienes suerte, ¿por qué no puede ser una profesión? Claro, ya es una profesión”, aclara Delgado. Sin embargo, todavía es algo difícil, como cuenta Gregorio Santos: “Ahora mismo tienes que estar en ligas profesionales, en la primera división, y de ahí hacia arriba. Es difícil cobrar con nuestro trabajo, muy pocos clubes tienen la estructura como para poder pagar salarios mensuales, tanto a jugadores como a entrenadores”.
Pedro Guijarro no se gana la vida entrenando, pero cree que, dentro de Europa, en España no está tan mal el asunto de los sueldos en los esports. Lo difícil es llegar a formar parte de los pocos que pueden vivir de ello: “En Overwatch, que es mi juego, es un poco más difícil todavía, porque ese top es incluso más reducido. Es como en todos los trabajos: el nivel básico es bastante regular, pero si consigues ir subiendo, el sueldo está bastante bien”, asegura.