'Inhibidos': lo que nos enseñó la película de Miguel Bernardeau sobre el confinamiento antes del coronavirus
- La serie cuenta la experiencia de cinco veinteañeros incomunicados durante varios días
- ¿De qué manera afecta el aislamiento a las relaciones sociales?
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Las semanas de cuarentena, la desescalada o la ausencia de estímulos externos son tan solo algunos de los factores que ya forman parte de lo que conocemos como "nueva normalidad". La crisis sanitaria ha provocado que tengamos que aislarnos durante semanas y dedicarle más tiempo que nunca a eso que teníamos tan olvidado: las relaciones personales. Este anómalo 2020 parece que no llega a su fin, pero podría adquirir un matiz aún más extraño si recordamos que Inhibidos, la serie original de Playz, retrató desde la ficción las consecuencias de un encierro involuntario en el que un grupo de amigos tuvo que aprender a convivir -y a sobrevivir- en medio de una situación de máximo estrés donde los víveres comenzaron a escasear y pronto comenzó a faltar lo básico: la templanza.
Protagonizada por Jaime Olías, Miguel Bernardeau, Olivia Baglivi, Blanca Parés y Catalina Sopelana, la historia cuenta cómo estos cinco jóvenes se van de viaje a una casa rural y, ¡sorpresa! Por circunstancias ajenas a ellos, tuvieron que pasar varios días encerrados, incomunicados y sin posibilidad de salir al exterior. ¿Te suena? ¡Exacto! Precisamente lo mismo que tuvimos que vivir, esta vez sin ficción, a mediados de marzo. Así que ahora que echamos la vista atrás, toca hacer balance de todo lo que nos enseñó esta serie -ahora convertida en película- hace casi tres años. Apunta, porque... seguro que te sientes identificado en más de una ocasión.
¡Vamos a aprovechar el tiempo juntos!
Nadie era consciente que tras el anuncio del estado de alarma vendrían prórrogas que nos obligarían a seguir estando en nuestras casas. Y eso era sinónimo de un reto: aprovechar el tiempo juntos. En familia, en pareja, solo o como en el caso de Inhibidos, con amigos. Miguel Bernardeau da vida a Toni, el hijo del conserje, el "pobre" del grupo. Su personaje contrasta con el papel de Guzmán en Élite, y son varias las ocasiones en las que entra en verdadero conflicto con Juan (Jaime Olías), el hijo ricachón de un poderoso banquero que cree que con dinero puede solucionarse todo. Hasta un secuestro.
El encierro voluntario te parece buena opción
Seamos realistas, ¿a quién no le ha apetecido nunca un fin de semana de peli, sofá y mantita? De esos en los que que aborreces salir a la calle y cualquier plan te da pereza. Es lo que podría considerarse un "encierro voluntario", y es exactamente lo que vivieron los protagonistas de Inhibidos cuando decidieron alejarse de la civilización para pasar un fin de semana en una casa rural. Sin embargo, alguien les quitó la posibilidad de salir de ella -no haremos spoilers-, así que dejó de ser un plan atractivo cuando el encierro se convirtió en algo obligatorio.
"Un preso puede ser más libre que alguien que está en la calle"
Toni (Miguel Bernardeau) y Juan (Jaime Olías) citan esta frase durante una de las múltiples conversaciones que tienen durante su encierro. Y es que si lo miramos con perspectiva, muchos de nosotros nos vimos en la tesitura de renunciar a ciertas obligaciones sociales: ya no había quedadas ni cumpleaños. Ni mucho menos los típicos actos a los que terminamos acudiendo por compromiso. Así que sí, podemos afirmar y afirmamos que como bien evidenciaron en Inhibidos, la falta de obligaciones sociales nos hizo un pelín más libres.
Momento nostalgia: "¿Qué estaría haciendo yo ahora?"
Los primeros días de encierro pueden ser llevaderos si se cuenta con estímulos que entretengan nuestra mente. Sin embargo, siempre hay algún que otro recuerdo que aporrea nuestra cabeza y nos hace pensar en una única cuestión: si no estuviera encerrado, ¿qué estaría haciendo yo ahora? En el caso de Inhibidos, el personaje de Miguel Bernardeau fantasea con un proyecto laboral del que no deja de presumir mientras que sus compañeros se imaginan cómo se lo habrían pasado si las circunstancias no les hubieran dejado incomunicados. ¿Acaso no es habitual proyectar el futuro para sobrellevar el presente?
Donde dije "digo", digo "Diego"
La falta de estímulos externos podría haber conseguido en nosotros algo increíble: cambiar nuestra percepción y... ver atractivo a quien antes no nos lo parecía tanto. Y a quien no le haya pasado... ¡que tire la primera piedra! Olivia Baglivi, Blanca Parés y Catalina Sopelana interpretan a tres chicas en diferente situación sentimental: una de ellas tuvo una relación con Juan en el pasado, otra lleva enamorada de él desde tercero de la ESO y la última es lesbiana y no tiene pareja. En Inhibidos, dos de los chicos -no diremos quienes- experimentaron este cambio de parecer y lo que un día fue no, pasados un par de días de encierro se convirtió en un gran sí.
El momento comida como sinónimo de batalla
Aunque fueron semanas cargadas de presión e incertidumbre ante el rumbo que parecía estar tomando la pandemia, el confinamiento provocó que los miembros de cada núcleo familiar buscasen su espacio en su propia casa. Pero hay un par de horas en las que siempre se suele coincidir con el resto de inquilinos: la comida y la cena. En esos momentos, la tensión acumulada del día puede materializarse en minutos dignos de batalla. Y si quieres ver un ejemplo, pásate por la web de Inhibidos y echa un ojo a alguno de sus capítulos. Da igual cuál escojas, porque sus protas evidencian una realidad que, tras días de encierro, se convirtió en el día a día de muchas familias.
"Lo mío es mío y de nadie más"
El sentimiento de que un objeto nos pertenece suele acompañarnos desde pequeños. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando se trata de comida? ¿Y si hay que racionarla entre varias personas? Como buen encierro que se precie, en Inhibidos fue el personaje de Miguel Bernardeau quien tuvo la voz cantante en este aspecto y sí, parece que bajo presión y aislamiento nos resulta relativamente sencillo reafirmar ese sentimiento de que algo ajeno a nosotros nos pertenece.
De la tranquilidad a los nervios; de los nervios a la ansiedad. Y vuelta a empezar. La casa rural de Inhibidos fue el escenario perfecto que evidenció lo fácil que es pasar el límite entre una y otra emoción cuando te encuentras encerrado y sin capacidad para salir al exterior a oxigenarte. ¿Fue el anticipo involuntario de todo lo que estaba por venir?