¿Somos adictos a los videojuegos? Las claves que podrían ponernos sobre aviso son más comunes de lo que crees
- En la última década, el modo de juego ha cambiado de forma radical
- Las estrategias de captación de usuarios, entre los responsables de la adicción
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En la última década, los videojuegos han dado un salto exponencial en calidad, imagen, sonido y todo tipo de elementos que permiten generar toda una experiencia alrededor del juego en cuestión. Tanto es así que en España, esta industria equivale al 0,11% del PIB nacional. Los datos, ofrecidos por la Asociación Española de Videojuegos (AEVI), también muestran un apunte bastante revelador: "por cada euro invertido en el sector se tiene un impacto de tres euros en el conjunto de la economía".
Según desvela este estudio, en 2019 fueron más de 15 millones los videojugadores comprendidos entre los 6 y 64 años de edad. Un rango demasiado amplio que refleja que los españoles dedicaron una media de 6,7 horas al desarrollo de esta actividad de ocio y que nos colocaría detrás de países como Alemania (8,3 horas), Francia (8,6 horas) o Reino Unido (11 horas). Ahora bien, ¿en qué momento pasa a ser considerada una adicción?
Estrategias de captación, la perdición de los usuarios
Si has tenido un día repleto de estrés o simplemente cuentas con unas horas libres, es lógico que si eres fan de los videojuegos y posees alguna consola dediques algo de tiempo a esta actividad. Pero ojo, porque las estrategias de marketing cada vez son más elaboradas y las desarrolladoras no solo quieren que consumas su contenido, sino que te quedes el mayor tiempo posible dentro de él. ¿Alguna vez tenías previsto dedicar media hora de desconexión jugando a algún videojuego y te has encontrado horas después inmerso en su mundo virtual? Tranquilo, porque aunque debes andarte con ojo, tiene su explicación.
Los cambios de paradigma ya son una realidad, e internet se encuentra tras ellos. En pleno 2020, raro es el título que no posea la opción de conectarse online para acceder a contenidos exclusivos, compartir la experiencia en modo multijugador u obtener bonificaciones especiales simplemente por jugar en línea. Y el motivo no es otro que el rédito económico que obtienen sus creadores: tener a los jugadores el mayor tiempo posible en internet implica una monetización que proporciona gran parte de los ingresos a la desarrolladora. Así que teniendo claro su objetivo, es lógico que centren sus esfuerzos en mantener nuestra atención en cada pantalla.
Cuando jugar se convierte en un problema
Vistas las técnicas de captación de usuarios que desarrollan las empresas del sector, ahora toca replantearse si somos o no unos adictos a los videojuegos. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales de la American Psychiatric Association, existen dos líneas de referencia a tener en cuenta:
- Pasar más de ocho horas al día jugando
- Jugar, como mínimo, 30 horas a la semana
Podrían parecer indicadores exagerados o lejanos a la realidad, pero el último estudio demuestra que cada español dedica 6,7 horas diarias a los videojuegos. Una cifra que no está nada lejos del límite para ser considerado como transtorno adictivo y conductual. De cumplir uno de los dos requisitos (o ambos), se deberá tener en cuenta los posibles síntomas de abstinencia y cognitivos desarrollados, así como la pérdida progresiva de control sobre el juego que absorbe tantas horas de nuestro día. ¿Estamos ante el nuevo tipo de adicción del siglo XXI?