Maisie Williams confiesa que fue muy duro formar parte de Juego de Tronos
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Con tan solo 12 años Maisie se convertía en la carismática Arya Stark. Lo que para muchas niñas era un espejo donde mirarse o incluso un sueño por cumplir: formar parte del reparto de una de las series de televisión más famosas y más vistas de todos los tiempos, para la pequeña Williams significó, hasta hace muy poco, una lucha constante consigo misma.
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Síndrome del impostor
Fue justo una década, el tiempo que Maisie pasó dentro de la ficción de HBO. Años que no fueron felices. Ni tampoco los suficientes como para que la actriz se sintiese cómoda y segura de sí misma: “Nunca me he formado como actriz, y como empecé a dedicarme a esto siendo muy joven, realmente nunca he creído que fuera parte de esa profesión. Definitivamente, siempre me he sentido como una forastera”, ha declarado la joven en una entrevista para la versión británica de la revista Glamour.
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Pero lo más duro es cuando reconoce que se pasaba el día en la cama cuestionándose si alguien la quería o pensando en que “no debería salir a la calle o abandonar su casa”. Lo que los profesionales de la psicología definen como Síndrome del Impostor o Síndrome del Fraude, un trastorno que impide a las personas con éxitos asimilar sus logros. Estas personas creen que su éxito es producto de un golpe de suerte no merecido y que en cualquier momento puede desaparecer.
Su verdadero refugio, sus amigos
Para superar sus miedos e inseguridades la actriz acudió a su pandilla de toda la vida. Esas personas alejadas de los focos que la quieren tal y como es, mucho antes de que fuese alguien para el resto del mundo. Ellos le hacían sentirse una más, pero sobre todo, le mantenían los pies en el mundo real.
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“Simplemente aprendí a ser más libre. Solía ser muy neurótica y tendía a sobreanalizarlo todo. Pero ya no es así”, reconoce la actriz que también aprendió a escucharse a sí misma. “Fue lo más duro pero también la única manera de saber quién eres realmente.”
Afortunadamente, el síndrome del impostor no hizo que Williams dejara la interpretación. Poco a poco la británica ha ido superando sus inseguridades y ahora protagoniza: The New Mutants y Two Weeks to Live, que por cierto, no te puedes perder.