Nathy Peluso: o la amas o la odias
- ¿Tú de que lado estás? ¿Te encanta la fusión que hace de estilos o la detestas?
- ¿Crees que ella o Rosalía son apropiadoras culturales?
La argentina acaba de lanzar al mercado su primer álbum de estudio, Calambre. Aunque en estos meses ya ha ido dejando adelantos como Bussines Woman, Buenos Aires, o el último, Sana Sana, donde "La Sandunguera" se sitúa en el centro de la escena que tan bien domina con sus movimientos y su particular lenguaje corporal.
Está nominada a dos Grammys Latinos como Mejor nuevo artista y como Mejor canción alternativa por su tema Buenos Aires. Así que, aunque tú la odies, la industria parece no estar de acuerdo.
La artista, nacida en Argentina en 1995, lleva años luchando por posicionarse en lo más alto del género urbano, pero a veces éste parece rechazarla. ¿Será por su extravagante mezcla de géneros como rap, sonidos latinos, reggaetón, trap, arembí, jazz o nusoul que no termina de encajar? ¿O quizás por su carácter imprevisible que descuadra a más de uno? ¿O por la temida apropiación cultural de la que se la ha acusado?
Apropiación cultural, ¿sí o no?
En ella la fusión de géneros es marca de la casa. Algo que para muchas voces es susceptible de crítica por apropiación de estilos que supuestamente no le pertenecen.
La argentina, criada en España, ha creado su imagen en torno a símbolos característicos de Centroamérica, región que en el pasado ha sido explotada por la hegemonía de la España colonial. Por lo que hay quién ve en su música rasgos de apropiación cultural. A estos, la de Luján responde: “No sé hasta qué punto soy libre de hacer la música que quiero. ¿Solo podría hacer chacareras y tangos?”
“Y el rock nacional… El rock también viene de la cultura afroamericana. Pappo, entonces… ¿El hip hop es una apropiación? ¿Eminem es un apropiador?”, se cuestiona en una entrevista concedida a la publicación argentina Silencio. En la que termina diciendo: “Hago la música que me representa, con la que me crié. ¡Y qué suerte que podamos tener la libertad!”
Esta no es la primera vez que señalan a la cantante por “robo cultural”. En 2019 se le tachó de reproducir un estereotipo de la mujer afro-caribeña desde su estética hasta su sonido. Pero, ¿por qué llamarlo apropiación y no cruce de culturas?, ¿No es esto lo que llevan haciendo siglos casi todos los grandes artistas? Y sino, que le pregunten a Rosalía a la que también han acusado de apropiadora de la cultura gitana en más de una ocasión.