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Gen Playz

¿Qué secuelas deja el bullying?

  • Andrea Compton, la psicóloga Patricia Fernández, la educadora Gabriela Sánchez, la autora del libro 'Resistiré' Natalia de Agustín y el profesor de filosofía Daniel Rosende se sientan en nuestra mesa para hablar de bullying
  • En el programa de hoy podrás escuchar testimonios y experiencias personales muy duras

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Acoso escolar
Acoso escolar

Hoy toca hablar de un tema más bajonero de lo habitual: el acoso escolar. Y es que por desgracia las cifras son cada vez más altas y es algo mucho más común de lo que debería ser. Los datos dicen que uno de cada tres alumnos ha sido testigo de acoso escolar. Pero uno de los aspectos más graves de todo esto, es que con las nuevas tecnologías el maltrato que sufre el acosado no se queda solo en el aula sino que le persigue practicamente las 24 horas del día. Estamos hablando del acoso a través de la pantalla, del ciberbullying.

En este Gen Playz nos planteamos: ¿Cuáles son los nuevos modos de acoso?¿Cuáles son sus consecuencias? ¿Por qué hay menores que se meten con otros? ¿Se puede erradicar el acoso o los niños son crueles por naturaleza? ¿Cómo deberían actuar los profes? o ¿Deja el acoso secuelas para siempre en sus víctimas?

Las posibles secuelas del acoso

Natalia de Agustín, autora del libro Resistiré donde cuenta el bullying que tuvo que sufrir desde la infancia, describe todas las secuelas que ha dejado en ella el acoso. Quizás hay gente que nunca llegue a empatizar con ello porque no lo ha vivido. Pero experiencias como las de Natalia hacen comprender parte del dolor que pasan o han tenido que pasar estas personas que durante años sufren en silencio.

Natalia lo cuenta en el programa con bastante detalle: "Me dio un trastorno de estrés post traumático que para mí fue súper difícil porque al final iba por la calle o pasaba por algún sitio y me remontaba a ese momento. Tenía flashbacks continuos y no podía hacer una vida normal. Tenía la sensación de persecución todo el rato. Para que se entienda: a mí me pegaron en el portal de mi casa y ahora siempre miro a la escalera y pienso: a ver si están... Porque es algo que se te queda grabado. Siempre está el miedo a que se repita. A mí me ayudó mucho la terapia de EMDR porque coloqué los traumas que aún tenía ahí. Sentía que se me atragantaban para avanzar como persona. A la hora de relacionarte tienes más miedos, más inseguridades." Un testimonio que deja a la mesa casi sin palabras. Pero quiere acabar con un mensaje de esperanza: "Es algo que se puede superar y luego te hace más fuerte."

Sobre estas últimas palabras, la psicóloga Patricia Fernandez quiere puntualizar: "Cuidado con esa frase de que te haces más fuerte. Porque muchas veces los chavales que vienen a consulta tienen esa idea y se trabaja que no es lo mismo parecer más fuerte que serlo. Parte del proceso terapéutico es conectar con esas vulnerabilidades que tienes. Las secuelas que deja muchas veces, además de que puedes desarrollar un trauma, es que hay cosas del pasado que te vuelven en el presente. Esto repercute en cómo te relacionas con la gente o en el trabajo. Ya tienes esa suspicacia de: por qué me miran o por qué aguanto situaciones que lo mismo no debería de aguantar. Al final también es porque se ha dejado en esa persona toda la responsabilidad de tengo que salir solo de ésta."

Andrea Compton, por su parte, confiesa que las secuelas no se descubren inmediatamente sino que las vas descubriendo con los años. "Hay ciertas cosas con las que te machacan y que tú descubres después. Son cosas absurdas pero que te preocupan y te marcan", explica. Continua advirtiendo que aunque a veces pienses que la herida está cerrada, "siempre puede haber alguien que te lo recuerde y vayas dando pasos hacia atrás."

Entonces, ¿cuál es la solución? Según ella es muy importante la comunicación y la terapia. Además Andrea recalca que: "Lo más importante no es encajar en todas esas cosas en las que crees que no encajas, sino estar lo más a gusto posible contigo mismo porque luego pasarán los años y dirás: ¿por qué he tenido tanto miedo y lo he pasado tan mal cuando podía haber estado viviendo mi vida?" Y por último, lanza el siguiente consejo: "Cada vez que te de la ansiedad, intenta rebajarlo."

La importancia de pedir ayuda

"Es súper importante apoyarte en la gente que te quiere. Porque al final pasas muchas horas en un sitio donde te hacen daño. Llegar a casa y tener un ambiente sano donde puedas contar lo que te ocurre es muy importante. Luego también es un trabajo propio de autoestima y de tener muy claro que el problema te lo están generando otras personas, que tú no te mereces absolutamente nada de lo que te está pasando", explica Natalia desde su propia experiencia. Una experiencia de la que habla más en profundidad en su libro Resistiré.

"Lo que yo le pediría a la gente es que aunque solo conozcas a esa chica/o (acosada/o) de dos días, le eches un cable. No te va a pasar absolutamente nada. Pero si ves que esa persona está sufriendo y no tiene el valor de comunicárselo a alguien, a lo mejor le puedes ayudar o le puedes hablar de organizaciones desde donde le pueden ayudar", reclama Andrea Compton que en su día reconoció en un programa que había sido víctima de bullying durante su adolescencia.

Una idea que refuerza Graciela, como educadora dentro de la Fundación ANAR: "Me parece importante el cómo ayudar a la víctima y al acosador. Tenemos que dar la importancia que se merecen a los valores sociales. Hay que educar en valores. Vivimos en una sociedad que da mucha importancia al individualismo: voy a mi bola y lo que le pase al otro no tiene que ver conmigo. Tenemos que romper con eso. Es una responsabilidad de todos y entre todos lo podemos cambiar", concluye.