Brisa Fenoy: "Me han dicho que era demasiado guapa para tener credibilidad"
- "La única manera de que no te critiquen es que sigas el rol, estés bien calladita y hagas lo que se espera de ti como mujer", subraya Brisa en su último single
- "Ahora soy independiente aunque no tengo los números, el reconocimiento, los premios, ni entro en la radio", así describe ella el camino del artista independiente
- "Antes vivía mucho con la culpa y con el no valgo lo suficiente"
Imagina que te dicen que eres demasiado guapa para reivindicar ciertas cosas o para lanzar ciertos mensajes. ¿Cómo te lo tomas? De esto exactamente habla "Bonita", el último single de Brisa Fenoy. Por desgracia no pertenece a la ficción de ‘The Great Gatsby’, referencia que toma el videoclip, sino que se trata de vivencias personales que ha tenido que aguantar durante años la propia Brisa: "Me han dicho que el activismo no vende, que soy demasiado guapa para tener credibilidad en la industria de la música o que no puedo defender ningún discurso. Eso me lo han dicho mis jefes."
Con "Bonita" la cantante ironiza sobre el estereotipo de mujer florero, sobre el callada estás más guapa, sobre el rol de la mujer en la industria y fuera de ella. En resumen, una crítica al supuesto empoderamiento de la mujer en la sociedad actual.
La de Algeciras ahora tiene muy claro que camino quiere seguir y no es el que le ofrece el mainstream. "Pensé que con la música comercial si había alguien que lanzaba un mensaje totalmente opuesto, pero en clave de música comercial, lo iban a colocar en la radio, la gente lo iba a consumir y les iba a llegar un mensaje de amor, de empoderamiento, de igualdad a las masas. Desde ahí les va a entrar el mensaje, a través de la hamburguesa vegana dentro del Mcdonalds. Algo así quería ser. Era mi pretensión. Pero en la discográfica que yo estaba no lo vieron", resume con cierta resignación Fenoy. Y es que es perfectamente consciente de todo a lo que está renunciando al tomar el camino independiente. El precio de la libertad, que lo tiene, ya sabe cual es. Lo ha pagado. A cambio hoy es ella misma, la que quiere ser y no la que le dicen que sea: "En este disco soy mucho más yo. No tiene nada que ver con el primero que era mainstream con contenido. En este todo me lo estoy produciendo yo, cuando a mí me decían que no podía producirme nada."
En esta charla con Brisa vas a encontrar una reflexión muy personal sobre sus experiencias dentro de la industria musical. Además, hablamos con ella sobre feminismo, activismo, capitalismo, tener expectativas o no tenerlas o la incomprensión que sintió en su participación en OT. Después de leerla entenderás porque se siente como una hamburguesa vegana dentro de un Mcdonalds o como un caballo de Troya dentro de la industria musical.
¿Te has sentido encasillada por ser guapa?
Sí, siento que sí. Por ser guapa y decir lo que pienso. Es como que molesta. Si a lo mejor fuese un chico o no fuese el prototipo de rubia, mona y joven, la cosa sería distinta. Pero siendo lo que soy me he sentido muy subestimada. Aunque siempre es todo muy sutil. Es como: tú hazte fotos bonitas, adopta el rol, ponte guapa, enseña tu culo, tu cuerpo… y así llegarás.
Si estás delgada mal, si estás gorda también (caso Amaia Montero por ej.) ¿Las mujeres estamos sometidas a un continuo juicio y los hombres no?
Totalmente de acuerdo. Es verdad que cada cosa que haces por ser mujer: decir cosas, expresarte tal y como eres, ser tú misma, no ser políticamente correcta, no hacer lo que la norma dice que hagas o lo que el estereotipo de mujer guapa hace, se juzga. La única manera de que no te critiquen es que sigas el rol, estés bien calladita y sigas la norma y lo que se espera de ti como mujer. Justo el ejemplo de Amaia Montero me recuerda un poco a mí. Gente de mi familia, amigos o gente de mi en constantemente hacen alusión a que soy muy delgada. Desde pequeña siempre me lo han dicho: Te hace falta un potaje, un puchero, un bocadillo de lomo… Y si supieran que yo por ejemplo como más que mi novio. Lo que pasa es que no engordo y tampoco es que haga mucho deporte. Pero es mi genética, mi constitución. “Bonita” es una canción en la que intencionalmente uso mucho autotune porque es como “Fake”, ambas son canciones mainstream pero con contenido. En ellas estoy haciendo una ironía en la que estoy criticando lo comercial, el sistema. Algo que quiero reivindicar o que quiero denunciar. Entonces me mimetizo y hago como una caricatura de eso. Por eso me pongo tanto autotune. Es como un caballo de Troya: quiero meterme dentro del sistema dando un mensaje totalmente opuesto al que la industria da. Todo está dentro de un proyecto global que es mi nuevo álbum: Amor o poder, que saldrá en febrero de 2021 y que se basa en el libro que escribí el año pasado con el mismo título. Es un concepto narrativo. En cada canción hay una parte de voz en off que hace alusión al libro en forma de 17 manifiestos a través de los que hago reflexionar sobre cosas de la realidad que pienso deberían ser diferentes. Intento decir que el cambio empieza por uno mismo y que podemos llevar las cosas por otro lado, el lado del amor en vez del poder.
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Fue muy polémica tu intervención en OT y tu canción “Lo malo”, ¿cómo te sentiste? ¿Te pareció extraño que gente tan joven como Ana Guerra y Aitana no comprendieran tu mensaje?
Sí, ¿verdad?, tantos condicionamientos…Yo no lo entendí. Me chocó mucho. Para mí sería muy difícil cantar una canción de otro, a no ser que haya una coyuntura especial. La historia fue que Universal me encargó el tema. Me dijeron: Brisa te pasamos la base, escucha la canción original que viene y haz una tuya. La hice. La canción original se llamaba “Bad Boy” y entonces pensé: voy a conservar el título y voy a hacer algo con esto. Le di totalmente la vuelta: en vez de pobrecita yo que me han hecho mal y que es un chico malo, el yo he ganado porque te he calado y ya no me la vas a jugar más. Porque a mí también me ha pasado eso en relaciones. Al final cogieron mi canción. Fui, la presenté y firmé el contrato. Luego fue cuando me dijeron que ellas no la veían porque era muy bailonga y que ellas se veían más cantando algo tipo bolero o una balada. No veían ese estilo de música, el mensaje no era su rollo. No sé, no estaban muy convencidas. Al final mi canción quedó tercera en la gala. Yo fui tres días antes y les dije que cambiasen lo que quisieran, que juntas lo veíamos y se modificaba. De hecho, me pidieron que “voy, voy, voy” no. Y lo cambié por: “hoy, hoy, hoy.” Bueno yo lo entendí, no me lo tomé a mal. Porque una canción es algo muy personal, pero no entendí porque tanto rechazo. Porque el latino, lo urbano ya estaba pegando muy fuerte y en un programa como OT no había habido eso nunca. Encima totalmente dado la vuelta. Porque esa canción yo creo que era una de las primeras que dentro de lo urbano estaba yendo contra el mensaje machista que siempre se da. Entonces digo, es muy importante el mensaje que chicas como vosotras vais a lanzar a otras jóvenes. Aprovechad el prime time de OT, los muchos seguidores que tenéis del programa, la plataforma. Porque al final salir en la tele es maravilloso para un artista, es la oportunidad perfecta de lanzar el mensaje. Ese ha sido siempre mi objetivo con el mainstream con contenido. Yo pensé que con la música comercial si había alguien que lanzaba un mensaje totalmente opuesto, pero en clave de música comercial, pensé que lo iban a colocar en la radio, que la gente lo iba a consumir y les iba a llegar un mensaje de amor, de empoderamiento, de igualdad y de todo eso a las masas. En esa comida Mcdonalds o comida rápida, desde ahí les va a entrar el mensaje, a través de la hamburguesa vegana dentro del Mcdonalds. Algo así quería ser. Era mi pretensión. Pero en la discográfica que yo estaba no lo vieron, no vieron lo de una vegetariana dentro de un Mcdonalds. Entonces nunca me pusieron un duro. Si tú no tienes un músculo económico para ser una artista mainstream, no puedes ser una artista mainstream. Es imposible.
¿Has sentido que no encajas en esta industria?
Yo como artista hay cosas que no quiero hacer. No quiero hacer cierto featuring con cierta gente, no quiero cantar canciones que me compongan otros. Yo quiero producir mis temas, quiero hacer mis videoclips y ser mi propia directora creativa. Entonces yo no entraba en la vegetariana que ellos querían. Pero bueno totalmente entendible. Es un negocio y al final ellos tienen el dinero y es totalmente lícito. Yo decidí pedir mi carta de libertad. Me fui al cabo de un tiempo super agradecida con todo lo que paso. Muy agradecida a mi manager y a Universal. Pero vi lo que no quería. Mi utopía se convirtió en una distopía porque no encajaba en eso. Ahora soy independiente y muy contenta aunque no tengo los números, el reconocimiento o los premios. Ahora, por ejemplo, no entro en la radio. Ya está. Ahora estoy en un circuito independiente que es más lento, mucho más duro, pero más reconfortante para mí. Porque al final yo quiero ser libre y poder decir y hacer lo que quiera con mi obra. Eso es para mí ser una artista.
¿Es poco vendible el activismo?
El activismo no vende. No creo que la hamburguesa vegetariana venda mucho. Creo que vende para un público en concreto. Es un nicho pequeño que vende, pero en el sitio correcto. Yo estaba en un sitio en el que creía que podía ser, pero no. No es mi escaparate, no es mi público. Pero bueno hay muchos artistas que tardan… Mira Vetusta Morla o Van Gogh que hasta que se murió no vendió un cuadro.
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¿Qué piensas del mensaje de empoderamiento hipersexualizado que tanto vende hoy?
No lo veo así. Creo que el empoderamiento de la mujer no viene por hacer lo que el hombre en sus carencias y en su educación le han enseñado a hacer: en no expresar sus emociones, ser el más malo, demostrar el poder engañando, la competitividad, la fuerza… Es lo típico de la testosterona masculina. No pienso que ese sea el rol que la mujer tiene que adoptar para tener o ganar posición frente al hombre y estar equiparados. Yo creo que somos diferentes y que eso sería educarse en base al poder que es como han educado a los hombres toda la vida. Pienso que es un error educativo, social y cultural. Ellos no tienen culpa de ser educados así, ni nosotras de ser educadas como sumisas. Es algo que ambos tenemos que tomar conciencia. Es algo de los dos. El feminismo es mutuo.
“Sería otra mujer distinta, pues no puedo callar, tengo que contestar lo que me sienta mal, falta de libertad no lo puedo soportar”, ¿te has tenido que callar en alguna ocasión?
A la mínima que ven a una mujer que dice algo, van a por ella a saco. Yo lo veo en un montón de artistas, lo veo en juguetes rotos como Britney Spears o Paulina Rubio. Se nos dice de todo, se nos busca el fallo y no se miden las palabras, ni cómo nos puede afectar.
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¿Consideras que siempre has podido ser tú misma?, ¿O la Brisa de hoy es producto de la madurez y de una mejor posición?
Es ahora cuando yo estoy siendo yo misma. La de 18, 19, 20 y la de 25 años estaban más perdidas. Siempre he tenido un pensamiento muy crítico, pero yo no era yo. Y lo debatía con mi madre, con mi padre, con amigos, con alguna pareja. Era siempre el agradar a los demás, el pensar: uy, ¡qué me han dicho que no! También vivía mucho con la culpa o con el no valgo lo suficiente, con el pensamiento de no lo voy a hacer bien porque la música es muy difícil. Yo tenía muchos miedos y me ha costado mucho tiempo quitármelo. Fui modelo, estudié psicología porque había que estudiar una carrera y porque comprender la mente humana me parecía súper interesante. Pero al final todo mi futuro lo he empezado a elegir más conscientemente hace un par de años. Y veo también que aún me queda. Necesito ese trabajo interno, quiero leer muchas cosas sobre mí, sobre el ser humano, sobre la espiritualidad, el ayurveda, un montón de disciplinas… Leyendo un poco para enterarme que hacemos aquí los seres humanos, quien maneja el poder y porqué o quienes somos de verdad. Además, me encanta la numerología y una amiga siempre me hace los números y pone que a los 40 años voy a descubrir una disciplina espiritual diferente a la música y a todo lo que he hecho anteriormente que va a ser realmente el camino que he venido hacer. Porque siento que se va despertando en mí una espiritualidad muy heavy. Porque al final para ser nosotros mismos nos tenemos que deshacer de todo eso que nos han dicho que somos. Entonces ahora estoy un poco en eso.
¿Cuál es tu principal objetivo ahora mismo?
Descubrir porque he vivido bajo la culpa, tan sin ser yo para ser lo que los demás querían que fuese. No nos movemos por amor, nos movemos por el poder. Y todo eso es el ego. Todo eso no va conmigo porque no me va a hacer feliz nunca. Eso es una mente enferma, una sociedad enferma. Yo antes siempre decía lo de cambiar el mundo, pero primero me voy a cambiar yo que ya con eso ahora tengo bastante. Quiero llegar a esa austeridad mental y material. Aunque sé que es un proceso infinito.
¿Dónde está la felicidad entonces?
Creo que en no tener expectativas. Eso me lo ha agudizado la cuarentena y es muy bueno. Quiero ser consciente de toda la mierda que hay y decidir que no me afecte nada. Estoy aprendiendo a decir: anda, mírala ahí estás otra vez intentando joderme, intentando que esté insatisfecha, insegura… Aquí estás y no lo vas a conseguir. Porque al final estamos sanos, tenemos amigos, familia y eso es lo fundamental.