¿Se come el capitalismo a las revoluciones?
- ¿Somos activistas por moda o porque realmente creemos en ello?
- Sentamos a Samantha Hudson, Ernesto Castro, María Palmero, Javi Alonso y Iago Moreno para ver qué opinan sobre el tema
- En este Gen Playz entramos de lleno en el supermercado de las revoluciones, cómo saldremos ya es otra historia...
Si el Che Guevara se levantase hoy de su tumba, ¿qué pensaría cuando viese su rostro plasmado en miles de camisetas y demás artículos de merchandaising? El capitalismo tristemente se apropia de todo, hasta del propio comunismo. Algo que viene de la cultura consumista en la que vivimos y de la que parece casi imposible librarse. Algo de lo que tan bien supo sacar partido en su día Andy Warhol que nos vendió la cultura pop como arte. De esto precisamente, de cómo el capitalismo lo engulle todo hasta los movimientos que nacen en su contra, va el último Gen Playz titulado: "El supermercado de las revoluciones".
La eterna encrucijada en la que vivimos es evidente. ¿A quién no le han dicho eso de: muy de izquierdas pero bien que tienes un Iphone? o ¿Muy ecologista pero bien que compras en Zara? Estos son solo algunos ejemplos de la hipocresía que parece conformar y atormentar nuestras vidas. Como bien explica Ernesto Castro sobre la mercantilización: "El capitalismo es un sistema económico amoral. Es decir que solo valora lo económico, el valor ético o estético le da igual. Si ciertos valores éticos dan dinero, apostará por ello. Y al mismo tiempo el capitalismo siendo amoral pretende que sus mercancías sean formas de vida. Por lo que no genera un valor pero vampiriza todo lo que está en los márgenes. Todo lo que se levanta contra el capitalismo termina siendo devorado por éste, y a su vez, es de lo que se nutre. Si no existieran estos movimientos contra capitalistas, no habría nuevas modas para ser vampirizadas.”
¿Está de moda el activismo?
La periodista de VozPopuli María Palermo asegura que ella ve demasiado postureo en los activismos: "Quiero decir, hay muchos jóvenes que se unen a modas porque queda bien. Por ejemplo, durante el movimiento Black Lives Matter Instagram estaba lleno de fotos en negro. Y es como no creo que toda esa gente tengan un conocimiento profundo de lo que están defendiendo. Saben qué el concepto pero lo hacen por seguir al resto. Igual que las manifestaciones feministas: que una hace huelga, pues yo también. Vamos a comprarnos todas una camiseta morada, a pintarnos la cara, banderitas y lo subimos a Instagram. No creo que ese activismo en redes sociales sirva de algo a la larga."
Ante esta pregunta, el sociólogo Iago Moreno defiende el discurso contrario: “El origen de esas modas está en la movilización popular. Es eso lo que antecede a la moda y no al revés. Lo digo porque ahora está de moda decir que los activistas son marionetas financiados por un poder global oculto y creo que cualquier persona en su sano juicio entiende que ese tipo de intenciones publicitarias por comprar lugares de nuestra atención, que normalmente son ajenos a la ideología de consumo y a la centralidad de las marcas, pero con estas estrategias se puede cambiar. Esto viene de los jóvenes que se organizan para a ir al Fridays for future o que asumen compromisos para investigar contra el cambio climático. Son oleadas de cambio. Y en general todo proceso de transformación histórica va así: con flujos y reflujos. Durante estos últimos meses hemos visto un estallido en contra de la violencia estructural y racista que hay en EEUU, hemos visto como en Bolivia la identidad de los pueblos indígenas se convertía en un fervor en Tik Tok… Porque al final detrás de todo lucha por la justicia social siempre hay una efervescencia cultural que genera este tipo de cosas."
Javi Alonso, como creador de contenidos para redes defiende su parte: "Creo que el activismo en redes sociales sirve para algo pero si luego tú eso te lo aplicas a tu vida. No deberíamos desprestigiar ciertos formatos porque sea un formato en el que también vemos a gente haciendo chorradas."
¿Hay luchas más fácilmente absorbibles por el capitalismo?
En este punto todos coinciden, saben que el capitalismo es capaz de absorberlo todo: desde la lucha por los derechos de los animales hasta el racismo, pasando por el veganismo o el cambio climático. Al final se trata de abrirse más mercados y de ofrecer a la gente lo que en ese momento está demandando. Allí donde haya un nicho de mercado está el capitalismo para ofrecerte un producto. "Los productos eco friendly por ejemplo, que se presume están intentando paliar el cambio climático, y te los están vendiendo las mismas empresas que lo están causando. Porque están viendo que hay un mercado para ello", subraya Javi Alonso.
Samantha está totalmente de acuerdo: "Al final el dinero va para las mismas empresas. Yo me voy al Mcdonalds a comprarme mi Wopper vegana y decir: venga soy vegana y animalista, pero al final mi dinero va para la misma empresa que financia esos actos y que atenta contra los derechos de los animales."
Iago señala: "Hay cuestiones que son por nicho de mercado. Nike va a vender velos de fibra para gente que quiera hacer deporte porque es una multinacional que vende en países de mayoría musulmana y también hay una comunidad musulmana que crece en Europa y demanda ese tipo de productos. Y luego hay otras cuestiones que es casi por virtud, al menos para los movimientos sociales es casi positivo. Es decir Starbucks probablemente para venderte que su ultimo café es verde y que viene de economías comunales estaría dispuesto a irse a la selva de Lacandona y hacer un anuncio con comandantes Zapatistas y Rosalía. Pero a la vez eso tiene que ver con que vivimos en un mundo que la opinión mayoritaria no es negacionista. No somos Hungría."
Ernesto va más allá y señala otro problema de fondo más: nuestra propia hipocresía ideológica, que probablemente no se daría si fuésemos capaces de reconocer nuestro egoísmo como seres humanos. "El mercado es un gran aliado de las políticas minoritarias, identitarias, sectoriales, etc. Lo decía David Foster Wallace: La gente de izquierdas que siempre habla desde su militancia dice que lo hace por los pobres, pero no, en realidad lo hace por él mismo. Si reconociera que realmente lo hace por quedar bien, que ser generoso, solidario o porque sienta bien y te hace mejor persona, sus políticas serían mucho más populares. Me pareció un argumento súper interesante al mismo tiempo que crítico con la hipocresía de ciertas causas", concluye Ernesto.
¿El mercado manda?
Para Samantha el mercado es siempre quien dicta las normas, incluso dentro de las revoluciones: “El capitalismo te deja ser lo revolucionario que a él le viene en gana. Mientras tú no te salgas de unos parámetros. Porque ahora mismo se ha generado una nube de tolerancia que no es lo mismo que respeto. Apruebo que hables de estas cosas, tú pronúnciate, distrae a la población de las cosas que ocurren para generar una especie de bruma que te haga pensar que las cosas si que están yendo bien, cuando están un poco igual."
Pero a la vez termina diciendo que es optimista: "Quiero ser positiva y pensar que los artistas que están creando algún contenido, aunque sea algo muy forzado y premeditado, entiendo que lo hagan porque es necesario que esas narrativas entren en los circuitos mainstream. Es necesario que gente que esté en lo mainstream se posicione, aunque sea por postureo, a favor de estas cosas."