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Escribir bien: ¿una especie en extinción?

  • ¿Escribimos peor que las generaciones anteriores? Si es así, ¿somos conscientes de ello?
  • ¿Por qué nos saltamos las normas cuando escribimos por redes sociales?
  • ¿Es clasista la lengua de Cervantes?
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¿Qué nos pasa a la hora de escribir? ¿Por qué tenemos tantas faltas de ortografía? ¿Es todo culpa de internet? ¿O simplemente nos dá la gana de escribir mal? Para analizar todas estas preguntas, y otras muchas, hemos reunido a la filóloga y editora María Campos, al Director de Cálamo&Cran Antonio Martín, al artista andalucista Manuel Chaparro, al estudiante de filología Daniel Moreno y a la escritora y periodista Sabina Urraca.

¿Qué significa escribir mal?

Empezamos por lo más básico, preguntándonos: ¿Qué es escribir mal? Manuel Chaparro no tiene la respuesta, de hecho, él también se lo pregunta: "Antonio Nebrija ya decía que tenemos que escribir como pronunciamos y pronunciar como escribimos. También Juan Ramón Jiménez escribía con la J y lo hacía por la simplificación, por el odio a lo inútil y por antipatía a lo pedante."

Antonio tiene una explicación sociológica para este fenómeno: "Los Griegos ya decían: ¡Qué mal escriben los jóvenes! Cuando tienes 20 años y descubres el lenguaje, decides: voy a hacer lo que me dá la gana. Y cuando descubres las normas, puedes decidir si te las saltas o no. Hay algunos, que no solamente no se la saltan, sino que se convierten en los lanceros de la Rae. Es decir, se vuelven puristas. Luego eso con el tiempo se pasa... Ser purista es lo peor. Hay que cambiar el registro y adaptarse al interlocutor que tenemos enfrente. "

Sabina pone el foco en que no solo los jóvenes escriben mal: "Yo me meto en chats y veo a señoras de más de 50 años que cometen unas faltas de ortografía inmensas. No es una cuestión solo de los jóvenes, sino que es de toda la sociedad. ¿Por qué lo vemos ahora? Porque nunca se ha escrito y leído tanto. Se escribe hoy más en un día que en el S.XVI entero. A mí eso me emociona."

¿El lenguaje es clasista?

Para Antonio, sin duda, lo es. "Se utiliza como una marca. Es decir, el lenguaje tiene una parte diferenciadora. Algunos médicos te dicen: yo no tengo porque hablar claro. Y a unos chavales, les dices: oye, no te entiendo. Y ellos te responden: es que hablamos así. Eso quiere decir que es una marca de grupo", remarca. María nos pone un ejemplo para explicar el clasismo existente en el uso del lenguaje. "Con el solo, hay un estamento que se aferra al solo con tilde. Hay gente que se aferra a ella como si fuera lo más importante del mundo", subraya.

Daniel se desmarca de este clasismo impuesto por el lenguaje y defiende que no hay porque respetar al 100% la norma si no se está en un registro culto. "¿La RAE por qué tiene que ser imperante en nuestras conversaciones de Whatsapp? Si son casi diálogos espontáneos que tenemos por la calle", denuncia el estudiante de Filología.

Manuel solo quiere dejar algo muy claro, y es que lo importante del lenguaje es que te entiendan: "Al fin y al cabo, es un código. Si solo lo entiendes tú, no sirve de nada."

¿Qué papel debe jugar la RAE?

En este tema Daniel, que en su momento trabajó para la RAE enseñando a un robot a hablar bien, se posiciona: "Si estamos pagando una institución lingüística como es la RAE, que la RAE no regule sobre cómo escribimos en Twitter o en Whatsapp. Que se adhiera a las variedades cultas y que se encargue de clarificar cosas como el BOE, o que te pueden afectar, como una orden de desahucio."

Lo que defiende Daniel es que el lenguaje no puede dificultar a la gente acceder al mismo, tiene que ser más claro y dentro de un contexto comunicativo. "Yo por Whastapp escribo de una manera y mi TFG lo voy a escribir de otra manera. Porque mi objetivo comunicativo y el registro es muy diferente. En internet la norma culta no se puede imponer", reclama.

¿Qué nos pasa con los anglicismos?

María no tiene ningún problema con su uso. Porque según ella, no tendría sentido prohibirlos cuando los estamos usando en nuestro día a día. ¿Qué sentido tiene querer decir mercadotecnia si tenemos marketing? Yo te digo mercadotecnia y no me entiende nadie", desarrolla la editora. El problema para ella está en no saber adaptar el discurso a tu audiencia. Antonio plantea la polémica de los anglicismos de la siguiente forma: "Se nos pone el anglicismo como si fuese el mal que va a destruir nuestra lengua. Pero no se dan cuenta de que, por ejemplo: aceite, tomate y jamón son neologismos que se han acabado aceptando."

Algo en lo que está totalmente de acuerdo Daniel: "Cuando hablas, en la mayoría de los casos, estás utilizando un arabismo, un latinismo, un galicismo… Lo que pasa es que ya se te ha olvidado. Vivimos en una sociedad en la que el mundo anglosajón tiene un poder increíble. Por eso es normal que el inglés se introduzca en nuestro discurso."

En conclusión

Sabina cree que lo mejor sería que aprendiésemos a escribir lo mejor posible porque es un arma que nos va a servir para muchas cosas en la vida. Aunque una vez aprendido, cree que es bueno saltarse la norma. Daniel piensa que internet nos ha demostrado que la oralidad y la escritura es un continuo. Es decir que si escribimos por chat mal, no pasa nada. Pues para él "es un reducto en el que podemos hablar cómo nos de la gana."

Por otra parte, mantiene que no tenemos que pedir a la RAE que incluya cosas. "La Rae no tienen que incluir cosas para que nosotros podamos decirlas", sostiene Daniel. Si es que al final la conclusión a la que todos llegan es la misma: da igual escribir mal o bien, lo importante es entenderse.