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Todo lo que hemos dejado de hacer en 2020 y que esperamos recuperar (o no) en 2021

  • Hacemos un repaso por las pequeñas cosas, y no tan pequeñas, que la Covid 19 nos ha robado
  • Con todas las esperanzas puestas en recuperarlas lo antes posible
  • ¿A qué nos ha costado más renunciar?

Por
Ramón García
Ramón García

Saludarnos con dos besos, darnos un abrazo o un apretón de manos, acudir al teatro, a un partido de fútbol o a un concierto, reunirnos para celebrar un cumpleaños en condiciones o incluso compartir un buen plato de comida o una copa de vino, son solo algunas de las cosas a las que nos hemos visto obligados a renunciar este 2020 y que esperamos recuperar el próximo año. Y es que muchas veces no basta con querer hacer algo para poder hacerlo. Sin la seguridad de que la situación vaya a cambiar en el 2021, pero con todas las esperanzas puestas en ello, hacemos un repaso por las pequeñas cosas a las que nos hemos visto obligados a abdicar este año.

Si hay algo que nos ha demostrado esta pandemia es que no somos superhéroes, sino seres humanos débiles, y que no todo está bajo nuestro control. Las circunstancias de hoy no son las mismas que las de mañana. Porque no siempre vamos a estar en la misma posición, ni en el mismo lugar, ni nosotros ni la gente que nos rodea. Por eso cuando podamos volver a abrazarnos, besarnos y tocarnos con mayor libertad valoraremos mucho más el contacto humano y la felicidad que este nos aporta, al menos hasta que nos volvamos a acostumbrar a tenerlo.

El ser humano es contradictorio, por eso igual que hemos dejado de hacer ciertas cosas porque la pandemia nos los ha prohibido o desaconsejado, también hemos empezado a hacer otras muchas que a priori no estaban en nuestros planes: hacer deporte, manualidades de todo tipo, pan y dulces, turismo nacional o simplemente pasar más tiempo con las personas con las que convives.

¿Por qué dejar para mañana lo que puedes hacer hoy?

Quizás esta sea una de las lecciones que nos está dejando la crisis de la Covid 19. Porque cuando te privan de algo, más ganas tienes de hacerlo lo antes posible. Por ejemplo: ¿Cuántos, tras los 39 días de encierro total, no salisteis a dar largos paseos conociendo sitios de vuestra propia ciudad hasta el momento inexistentes para vosotros? Algo normal si nos ponemos a pensar en la cantidad de horas de encierro que llevábamos encima.

Otro ejemplo fue cuando después de 99 días de estado de alarma nos dejaron salir por la Comunidad Autónoma. ¿Cuántos os fuisteis de ruta con amigos o cuántos buscastéis una casa rural para celebrar en compañía la nueva "libertad" que nos había sido otorgada? Esto nos ocurrió a muchos que tras más de tres meses viendo las mismas caras, necesitábamos gente nueva a la habitual con la que relacionarnos y tener nuevas conversaciones, aunque el Covid no dejaba de estar presente.

Las cosas a las que renunciamos durante buena parte del 2020

La cuarentena ha hecho que muchas cosas a las que antes apenas dábamos valor lo tengan, y mucho. Desde ir al gimnasio, actividad que muchos no pensarían jamás echar de menos, disfrutar de una caña en cualquier barra, pasando por reunirnos con total libertad en los bares o poder flirtear con algún desconocido en persona, hasta viajar.

Esta última, es sin duda una de las actividades que más echamos de menos. Eso de poder subirnos a un avión y aterrizar en cualquier parte del mundo ahora nos parece una fantasía. Son cosas de las que este "bicho" se ha ido apoderando, que nunca creímos que fuera posible hasta ahora, y que vamos recuperando poco a poco. Crucemos los dedos para poder recuperarlas todas lo antes posible.