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POLÉMICA

Marina Yers desata la polémica tras su tiktok antimascarilla: "Si no me la quiero poner, es problema mío"

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Marina Yers desata la polémica tras su tiktok antimascarilla

Sumergidos en la tercera ola tras las fiestas navideñas, España se enfrenta a los peores datos de la pandemia de COVID 19. Un momento crucial donde autoridades de toda la geografía abogan por que sigamos unas medidas de seguridad que personas como Marina Yers se encargan de incumplir sistemáticamente. La influencer, que cuenta con más de millón y medio de seguidores en Instagram y cerca de los cuatro en TikTok, no dudó en excusarse abiertamente de no usar mascarilla.

El vídeo en cuestión fue eliminado del perfil de Yers, pero ya era tarde: miles de personas lo habían escuchado y se hicieron eco de las desafortunadas palabras que lanzaba a un público que podría dejarse llevar por sus declaraciones y replantearse si el uso de las mascarillas es o no el correcto cuando, evidentemente, las autoridades médicas evidencian que es la única forma de protegernos frente al virus.

"¿Qué te influye a ti que no me la ponga yo?"

"Os han lavado el cerebro ya con esto de las mascarillas. ¿Qué problema tenéis? Si no me la quiero poner es problema mío. Estoy en mi casa, en mi urbanización y con mi vecina. No me la pongo porque no me sale de ahí. Que sí, que hay una pandemia mundial y todo lo que tú quieras, ¿pero qué te influye a ti que no me la ponga yo?", comenzaba Marina en el polémico vídeo. Un argumento que ha sido desmontado fácilmente por los usuarios de redes sociales: "si no te la pones tú, me pones en riesgo a mí", decían contundentes.

"Me influye a mí, me contagio yo, así que es mi puto problema, ¿vale? No tengo personas mayores en casa, a mi madre le da igual, de hecho no cree en el coronavirus, y a mí sinceramente me pillas como que ay. No me creo nada del Gobierno ni de los medios de comunicación. Y sí, están muriendo personas, pero yo tenía un vecino que murió supuestamente de COVID y en realidad tenía otra patología rerspiratoria y murió de eso", concluía la influencer. Un mensaje que pronto fue duramente criticado en Twitter y que rápidamente se ha alzado por sus propios "méritos" como un ejemplo de conducta del que huir en plena pandemia y expansión del coronavirus.

¿Para qué sirve un influencer en época de crisis?

Aunque el debate antimascarillas la ha devuelto a la conversación social, lo cierto es que Marina Yers no es la primera vez que se ve en el punto de mira durante la pandemia. Ya en el mes de abril, en pleno confinamiento, la tiktoker recibió amplias críticas al confirmar, sin tapujos, que el agua deshidrata: "Si tú te das cuenta, en la botella de agua nunca pone que es un suero hidratante o que es algo que se utiliza para la hidratación. De hecho, el agua deshidrata más de lo que hidrata. Buscad esta información en Google y vais a saber más cosas", indicaba más ancha que larga.

Sin embargo, no es la única con millones de seguidores a sus espaldas que se ha lanzado a mandar algún que otro despropósito. Desconocemos si lo hacen o no adrede, pero la realidad es clara: son altavoces ante miles de personas que pueden tener su propio juicio y desoír sus "recomendaciones", pero también juegan un papel importante ante la ingente cantidad de menores a los que llega cualquier mensaje que realicen en redes sociales. ¿Están preparados para ser figuras de verdadera influencia en la sociedad? Visto lo visto, la respuesta es no.

Paula Gonu fue ejemplo de ello. La youtuber -ahora twitcher- fue una de las más castigadas durante los meses de encierro debido a sus "ocurrencias" sobre cómo paliar los efectos del COVID 19. "Bebed agua caliente, porque a una temperatura de 27 grados o superior se supone que no vive este virus". No pasaron más de un par de horas hasta que la joven pidió perdón y eliminó el vídeo en discordia. Pero el daño ya estaba hecho y su pseudociencia seguramente provocase algún que otro problema de salud entre quienes siguieron su consejo.

Al margen de su desafortunado comentario, Paula no fue la única que se puso en la piel de un profesional sanitario. María Pombo fue duramente criticada por recomendar antibióticos y fomentar la automedicación. Para evitarlo, lo lógico es acercarse a un centro de salud y ponerse en manos de un médico titulado, pero hay a quien le resulta más sencillo seguir los consejos de una mujer de 26 años, sin estudios en medicina y con alta capacidad para hacer que sus palabras sean tomadas como "verdades absolutas" entre sus seguidores.

¿Y qué decir de Omar Montes? Siendo uno de los artistas más escuchados en nuestro país, sobre todo por el público joven, no dudó en celebrar un encuentro ilegal donde sus asistentes no guardaron la distancia de seguridad ni llevaron mascarilla. "Lamento mucho la situación en la que me vi envuelto ayer y pido perdón a todas las personas que, con razón, se hayan sentido ofendidas por mi comportamiento irresponsable", confesaba el artistas tras ver el revuelo que había generado su actuación. Pero es ahí donde radica el fallo: ¿es necesario sufrir un linchamiento para reconducir tu actitud y ser ejemplo de conducta? La respuesta es lógica, pero los influencers de moda parece que aún no la tienen lo suficientemente asimilada.