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Te damos las razones para ver 'It's a sin', la serie que habla del SIDA sin censura

  • El drama que ha dejado el SIDA contado como nunca antes se había hecho
  • Su autor refeleja a la perfección el estigma que sufrían las personas infectadas cuando poco o nada se sabía del VIH
  • El guión está inspirado en las historias reales de sus amigos

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It's a sin
It's a sin

¿Aún no has visto la serie de HBO de la que todo el mundo habla? Si te flipó la revolucionaria Years and Years, espera a ver la nueva creación de su guionista, el nominado al Emmy Russell T. Davies. Sin duda, uno de los mejores descubrimientos en lo que llevamos de 2021. Pena que solo cuente con 5 episodios porque se te van a hacer cortísimos.

1. Una serie de premio

It's a sin es el título de un temazo de Pet Shop Boys, y ahora también el de una de esas series de las que es imposible evitar marcarse un maratón. A través de un grupo de jóvenes amigos nos desgrana una historia dramática, donde el VIH es el claro protagonista. No es fácil contar lo que trajo consigo una de las enfermedades más devastadoras de la segunda mitad del siglo pasado. Atraverse a reflejar lo que supuso el paso del SIDA, y más hoy en plena pandemia de la COVID-19, es algo a valorar. Hacerlo con gracia y ternura, sin dejar de lado la crudeza de la enfermedad, merece premio, o más bien, premios en plural.

2. Una historia oculta, pero real

La ficción nos mete de lleno en las vidas de Ritchie, Roscoe y Colin (los protas) mientras comienzan una nueva y prometedora etapa en el Londres de 1980. Los jóvenes en seguida entablan amistad entre ellos y conocen a Jill, que se convierte en esa amiga del alma con la que compartir, secretos, preocupaciones y aventuras. Los tres son gays, guapos, con poco más de 20 años y con unas ganas locas de explorar una ciudad que por esa época es un hervidero de fiesta y liberación. Pero la incidencia de un nuevo y desconocido virus está aumentando y pronto sus vidas se verán terriblemente trastocadas por el mismo.

Aunque se creen que nada, ni nadie puede detenerlos, la cruel enfermedad los obliga a pensar más allá de su día a día de fiesta, locura y desenfreno. Capítulo a capítulo vemos cómo transcurre la década hasta llegar a los 90, y cómo su cotidianiedad se transforma de forma obligada con el transcurso del SIDA. Eso sí, todos ellos están decididos a vivir y amar con más fuerza que nunca a pesar del azote que la enfermedad les está dando.

3. Una muestra de la crueldad y el egoísmo humano

Al igual que con la Covid, la aparición de un desconocido virus hace que se especule muchísimo en torno a él. Vemos como circulan toda clase de rumores, bulos, fake news y como incluso Ritchie se vuelve negacionista. Los tópicos alrededor de la enfermedad se hacen visibles y nos recuerda como el ser humano es fácilmente manipulable ante lo desconocido. Muchos se niegan a ver la realidad, mientras otros por miedo deciden apartarse de los "apestados", y una gran parte, desde el desconocimiento, apuesta por seguir adelante con su vida y ocultar su posible contagio. ¿Os suena familiar?

Una de las partes más tratadas en la ficción es el estigma que sufrieron las primeras personas a las que les diagnosticaron el SIDA. Tristemente, muchos de esos chicos desaparecían y se pasaban sus últimos días escondidos de una sociedad que los juzgaba por haberse infectado: "Cuando nuestro primer amigo de la universidad murió de SIDA a principios de los 80, la vida empezó a cambiar. Gradualmente, escuchamos rumores de gente que se iba de Londres y volvían a casa. Luego descubríamos semanas o meses después que habían muerto. Ahí me di cuenta de que esto era serio". declaró Jill Nalder después de crear el West End Cares, una organización para recaudar fondos para las víctimas de la enfermedad y la investigación.

4. La protagonista en realidad es ella

Siempre al lado de sus amigos, apoyándoles en medio de esta misteriosa enfermedad que se estaba cebando especialmente con la comunidad gay, está Jill. Como ya ha desvelado su creador, la serie está inspirada en su propio grupo de amigos. Sin ir más lejos, Jill está basada en Jill Nalder, activista y amiga de Russell. Lydia West, la actriz que la interpreta, cuenta que la conoció en persona y que inmediatamente después pensó: "Era todo lo que había esperado que fuera. Era absolutamente guapa e impresionante. Fue muy emotivo. No pude mirarla en toda la lectura de guion".

5. Da voz a muchas historias silenciadas

A día de hoy, muchas personas todavía siguen luchando contra el estigma que ha dejado tras de sí el SIDA. Por eso series como ésta son tan importantes. "Se ha roto un silencio. Se están elevando voces. Por los chicos que perdimos. Aquellos que murieron de SIDA - hombres y mujeres - cuya muerte permaneció en la oscuridad por la vergüenza, el miedo y la ignorancia. De repente, esas historias se están contando, esos amigos y familias están volviendo a la vida. Las fotos, las anécdotas, las cosas divertidas que dijeron. Mi teléfono no ha dejado de recibir mensajes, mails y DMs. La serie pasará pero espero que el silencio no regrese", ha declarado su autor. Lo que la convierte, además de entrentenida, en una serie necesaria.