La imagen viral de un repartidor de Glovo estudiando bajo una farola causa estupor
- Pobreza, precariedad laboral y pérdida de derechos
- ¿Qué futuro les espera a las nuevas generaciones?
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"Lo que quieras, cuando quieras, donde quieras. Compramos, recogemos y entregamos en minutos". Este es el lema de Glovo. Pero, ¿a costa de qué son capaces de proporcionar este servicio? Mucho se ha hablado sobre la precariedad laboral que soportan los riders de las empresas de reparto como Glovo, pero ahora la novedad es una imagen de un repartidor de dicha empresa estudiando bajo la luz de una farola en plena calle, que está circulando como la pólvora en redes sociales suscitando todo tipo de comentarios. La cuestión principal que ha destapado: ¿es la imagen del esfuerzo de las nuevas generaciones o el símbolo de la precariedad que nos ha tocado vivir?
Han sido varios los artículos que se han escrito en torno a los sueldos y las pésimas condiciones laborales que tienen la mayoría de repartidores. De hecho, existen varias demandas que los riders han interpuesto a estas grandes empresas que parecen estar aprovechándose del contexto de crisis económica que vivimos. Además de solicitar, desde hace un tiempo, que no se les contrate como falsos autónomos o que se le mejoren las condiciones.
La publicación de la polémica
¿Por qué se está hablando ahora de esto? Pues todo surge de un post en Facebook de Pedro G. Díaz en el Grupo de Facebook: "Beneméritos G.C.". La fotografía tomada por él mismo, muestra a un joven repartidor de Glovo, sentado en unos escalones, a la luz de una farola y estudiando unos apuntes. Pedro apunta que la imagen se dio el pasado viernes por la noche, junto a su domicilio en Pedregalejo, en la provincia de Málaga.
"A las 21:00 horas de la noche un joven espera alguna llamada de ‘Glovo’ para entregar algún pedido a domicilio. Y mientras tanto, sentado en el suelo estudia a la luz de una farola", describe Pedro G. Díaz. A la vez que aclara que el joven "estuvo estudiando casi 20 minutos hasta que le entró un pedido". Post que aprovecha para comparar al repartidor con los manifestantes que piden la libertad para Pablo Hasél: "Mientras unos rompen escaparates, saquean tiendas y destrozan las calles en favor de un delincuente reincidente; otros buscan la forma y sacan tiempo de donde sea para labrarse un futuro prometedor". Un futuro al que este tipo de empresas responden con nuevas propuestas como: montadores de muebles de Ikea o personas que hagan la cola por ti. "Personas que te montan un sofá por 13 euros o que hacen la cola de Ikea por 10", detalla el reportaje de Eldiario.es.
Una imagen vale más que 1000 palabras
La crítica de varios usuarios, que ven la otra cara de la moneda, gira en torno a la romantización de la pobreza que se puede dar con este tipo de imágenes y descripciones. Aunque no todo el mundo piensa así. Hay quienes, como el propio Pedro, ven en ella una el sobreesfuerzo que los jóvenes tienen que hacer para estudiar. Pedro aplaude a este joven con las siguientes palabras: "Sobra decir que mi aplauso del mes va para este joven desconocido. Grande", concluye.