Oro Vega: "Rosalía ha liberado al flamenco de muchos códigos muy pesados que tenía"
- Te descubrimos a Oro Vega, una de las promesas más potentes de nuestro panorama musical actual
- Sus vivencias, raíces y culturas se impregnan en su música y su estética
- Charlamos con ella sobre cultura, familia, flamenco y música, mucha música
Claudia Vega, su nombre real, viene de una familia de artistas muy reconocida en España. Su tío es Nacho Vega, el líder de Nacha Pop, y aunque admite que verlos de cerca le ha ayudado a saber que de esta profesión se puede vivir, también se ha querido desligar un poco de ello labrándose su propio camino. Con su madre como manager Claudia, que ha llevado siempre la música muy dentro, ha decidido: primero profesionalizarse y después lanzar al mercado su proyecto de manera independiente.
La madrileña compone, canta y produce desde su propio estudio en la capital. Se ha formado en etnomusicología en Seúl y Londres, donde no ha dejado pasar la oportunidad de entrenarse en el directo de las pequeñas salas. Después, decidió volver a España para profundizar más sobre la cultura que la tiene enamorada: el flamenco. En Sevilla, su cuna, estudió flamenco y se relacionó con todo tipo de artistas del género que le ayudaron a formarse como artista. Ahora, a través de su nuevo single: "Diamantes y puñales", pretende dar a conocer su arte multicultural por todo el territorio español. Empezando por este fin de semana que actua en la sala La Cueva de Lola, en Madrid.
De origen español por parte de padre y sefardí-marroquí por parte de madre, su herencia cultural y sus raíces son fundamentales a la hora de entender su arte, sonido y el proyecto de OROVEGA. Pero mejor, que nos lo cuente ella misma.
P: ¿Cuándo decidiste cambiar tu nombre artístico de Claudia a Oro Vega y por qué?
R: Todo empezó un poco con este nuevo proyecto. Quería separarlo un poco de lo que venía haciendo antes porque realmente ya no tenía nada que ver. Lo de Oro Vega es por la historia de mi familia, a ellos les expulsaron de Marruecos y entonces la moneda marroquí no tenía apenas valor, así que lo cambiaron por oro. Me parecía una imagen muy bonita y muy simbólica de los pueblos nómadas y del hecho de que el oro siempre es un valor seguro. Me gusta pensar que mi música siempre será un valor seguro y una moneda de cambio.
P: Eres muy joven, ¿cuándo decidiste ser artista?
R: No lo recuerdo tanto como un punto de inflexión en mi vida, porque es una cosa que siempre he tenido ahí. Para mí la música siempre ha sido lo más importante. Empecé a componer a los 12 años y siempre me lo tomé como algo súper serio. Luego vas aprendiendo un poco más, te vas profesionalizando, y al final lo eres. Pero no hubo un punto de inflexión en plan esto es lo que yo quiero hacer. Siempre fue algo que sentía muy dentro.
P: ¿Te has planteado alguna otra profesión?
R: No, nunca. Siempre lo he tenido muy claro. Si no hubiese sido la música, hubiese sido cualquier otra disciplina artística. Porque realmente mi proyecto bebe de muchas y dirijo todas ellas, pero la música siempre ha sido lo principal.
P: Eres muy viajera y tienes una mezcla de muchas culturas, ¿cuál de ellas te ha influido más?
R: Pues un poco mis raíces sefardís y la cultura andaluza: el flamenco. Me mudé a Sevilla para estudiarlo. Además, el chico con el que hago siempre todas mis canciones, Al Blanco, viene del flamenco y es cantaor. Es una cultura en la que estoy inmersa porque todos mis amigos son andaluces y he vivido mucho tiempo ahí. Entonces diría que un poco esas dos culturas: la sefardí y la andaluza.
P: “De diamantes y puñales quisiera cubrir mi piel pa brillar siempre por fuera y poderme proteger”. ¿Qué mensaje quieres dar con esta letra?
R: Todo el tema gira en torno a la idea de encontrar herramientas para poder protegerme de mi misma y del exterior. Lo de los diamantes y los puñales es un poco que me quiero proteger con fuerza y con belleza. Todas las imágenes del videoclip van por ese camino: una soga de perlas, los cuchillos que son como mis uñas. Todo trata sobre protegerme a mi misma del dolor que me estaba causando.
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P: Dices que la tristeza está siempre muy presente en tu vida, aunque ahora mismo hablando contigo no lo parece en absoluto...
R: De puertas para fuera doy siempre una imagen muy alegre, pero sí que es cierto que es algo que ha estado muy presente en distintas épocas de mi vida y de ello he aprendido también mucho. No ha sido algo negativo, ni mucho menos. De hecho, creo que la profundidad que tiene mi música viene de ahí, de haber estado en esos sitios, entender cómo se siente y poder plasmarlo de forma honesta en mi música.
P: Perteneces a una generación que habla mucho de la salud mental. ¿Qué te parece este cambio social?
R: ¡Qué menos mal! Me da alegría. Debería ser más todavía porque creo que es una manera de ayudar a la gente que está en esas posiciones. Realmente creo que todo el mundo lo ha vivido y hay mucho tabú alrededor. Todavía se estigmatiza muchísimo y no debería ser así. Es algo que les va a ayudar, el saber que hay gente que está pasando por lo mismo, que habla de ello y que sabe que hay una posibilidad de salir.
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P: ¿Crees que la música debería tener siempre un mensaje?
R: Yo creo que la música tiene que ser música. No creo que tenga que llevar ningún mensaje obligatorio: ni político, ni social, ni de nada. Yo nunca pienso en eso a la hora de hacer música. Aunque sí que es cierto que con mi música busco dos cosas, pero de manera un poco involuntaria. La primera es aportarle algo a la cultura, no solamente hacer música para alimentar mi ego. Y la segunda es hacer que la gente se sienta identificada y se emocione. Creo que para ello lo mejor es ser honesta.
P: Las influencias sefardíes y marroquíes vienen de tu madre, ¿qué protagonismo toman a la hora de hacer tu música?
R: Siempre intento que se vea reflejado todo lo que yo soy en mi música, pero no de manera consciente. No es un voy a meter aquí un sonido o un sample de una grabación antigua sefardí, que puede darse, pero por lo general es siempre algo que yo tengo dentro y que se ve reflejado de forma natural en mis canciones.
P: En tu tema "Tanger" hablas de una relación tóxica ¿lo ves a menudo a tu alrededor?
R: Totalmente, en Tanger hablo de una chica que intenta escapar de esa relación tóxica que la persigue en forma de sombra. Dice: “Salgo desnuda corriendo. La sombra del tiempo me sigue detrás”, como un recuerdo que tampoco se le olvida de una relación pasada y que lo tiene hasta tatuado en la piel. Como una cicatriz que nunca se le va a ir. Al final, siempre hablo de vivencias mías que puede que la gente se sienta identificada con ellas porque creo que realmente todas pasamos por cosas similares.
P: El hermano pequeño de tu padre es Nacho Vega y su primo Antonio, ambos eran los líderes de Nacha Pop. ¿Dirías que influyeron en ti a la hora de hacerte artista?
R: En mi familia estamos muy unidos. De hecho, con la familia de mi madre siempre cenaba todos los viernes y con la de mi padre los domingos. O sea que conozco bien a todos mis primos y primas. Aunque yo diría que el mayor impacto que han tenido en mi música es el hecho de hacerme ver que dedicarse a la música es una posibilidad. A lo mejor yo con 12 años no hubiese querido dedicarme a la música si no hubiese visto que es una cosa factible y que no simplemente es el personaje de un disco que tengo en casa, sino que es mi propio tío el que se dedica a ello. Luego yo he tomado un camino muy diferente. Me he formado por mi cuenta y todo lo que he conseguido, lo he conseguido de manera individual y personal. Entonces, es como que admiro mucho su trabajo, pero creo que son dos mundos diferentes y les agradezco por lo que ellos han aportado a la cultura, más que por lo que han aportado a mi proyecto.
P: Tus padres, en cambio, no tienen nada que ver con este mundo ¿qué piensan ellos de tu carrera como artista?
R: La verdad es que ellos me apoyan en la música, pero evidentemente saben que es difícil y lo están viendo. Pero con mi madre va mucho más allá. Todo lo hago con ella: desde los videoclips, que los produce ella, organizar los conciertos, hasta muchas veces cositas de prensa.
P: Estudiaste en Londres y en Seúl y luego volviste a España (Sevilla). ¿Cómo se vive en cada sitio la música?
R: Es muy distinto. Yo creo que Corea (Seúl) fue como mi primer escenario. Toqué en todas las mini salitas que había en Corea. Había veces que hacía dos o tres conciertos por noche. Luego Londres es muchísimo más competitivo. Todo el mundo es artista, todo el mundo se quiere dedicar a ello. La escena en Londres no me gustó tanto porque no me sentía nada arropada, ni que mi proyecto tuviese cabida. Seúl era más ecléctico, más loco. Me acuerdo de un coreano que me dijo una vez: “Eres la cosa más salvaje que he visto nunca”. Se me quedó como grabado porque me hizo muchísima gracia. Pero, sin duda, la escena que más me ha acogido es la escena nacional.
P: Vemos que cuidas mucho la imagen. ¿Quiénes son tus influencias estéticas ahora mismo? ¿Qué importancia tiene dentro de tu proyecto?
R: También es un poco la misma influencia que te digo con mi música. Me inspira mucho la estética de mi familia sefardí, siempre tiro por el punto étnico que me gusta mucho. Y luego también trabajando con estilistas y diseñadores te ayudan a crear imágenes que tú no hubieses podido llegar a ellas. Entonces es un poquito una evolución resultado de trabajar con gente y sacar influencias de distintos sitios. Cuando mi abuela ve mis uñas, por ejemplo, flipa y le manda fotos a mi prima pequeña. Pero ella es la más estilosa del plante tierra. No existe nadie más estilosa que mi abuela. Eso es imposible.
P: ¿Ya te han comparado con Rosalía? ¿Crees que está siendo una buena embajadora del flamenco?
R: Yo en ningún momento considero que haga flamenco. Quiero decir: tengo influencias de ciertas músicas de raíz, como puede ser el flamenco, pero en ningún momento hay nada de flamenco en mi música. Mientras que en la de Rosalía sí que lo hay. Ella me parece la mejor embajadora de España. Ha abierto muchísimos caminos, ha liberado al flamenco de muchísimos códigos muy pesados que tenía y muchísimos jóvenes están haciendo ahora proyectos de flamenco fusión que son maravillosos y súper interesantes. Creo que ella ha sido muy buena embajadora de esa apertura. Como mi música no es flamenca, no me han comparado mucho con ella, pero vaya que la comparación siempre sería increíble y positiva.
P: ¿Cuáles dirías que son tus referentes mujeres?
R: Me gusta mucho una artista francesa que se llama Lous and the yakuza. Me identifico con su persona artística por su vida. Siempre estará Ana de (Hinds), que es mi mejor amiga y también ha sido un referente muy importante para mí porque me ayudado mucho con mi desarrollo como artista. Luego tengo referencias muy folclóricas como puede ser Chavela Vargas, que siempre me ha encantado, o La niña de los Peines, una mujer muy revolucionaria dentro del flamenco. Tengo muchísimas referencias.
P: ¿Y fuera de la música?
R: Desde Silvia Federici, Sylvia Plath, Virginia Woolf… Es que te podría decir tantísimas porque he leído mucha literatura femenina.
P: Vas a dar ahora un par de conciertos en Madrid, ¿hay nervios?
R: Estoy bastante nerviosa y más ahora que estoy ensayando un poco con los músicos y estamos todos en la misma situación. Nos da un poco de nervios el hecho de haber estado tanto tiempo sin subirnos a un escenario, parece que se pierde práctica. Pero también es muy emocionante porque te parece hasta que estás haciendo casi una cosa prohibida, aunque es tan necesaria para que la cultura crezca. Son los días 26 y 27 de febrero en La Cueva de Lola (un tablao flamenco en La Latina) y hay un aforo muy pequeño para respetar todas las normas de seguridad.