¿De qué hablan los instapoetas de nuestra generación?
- Cada vez son más los lectores afines a la prosa poética, el género que ha conseguido popularizarse gracias a las redes sociales
- Hablamos con Lucía Tudela y Alejandro Sotodosos, dos exponentes de este tipo de literatura
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Es probable que durante gran parte de 2020 y lo que llevamos de 2021, muchos de nosotros hayamos cambiado nuestra forma de consumir literatura. El mundo marcado por la inmediatez y sin tiempo para el descanso total ha sido el escenario ideal para que dediquemos multitud de horas a sumergirnos en redes sociales. Una rutina que si ya de por sí copaba gran parte de nuestros días, tras el estallido de la pandemia se ha convertido en una especie de "necesidad" por ser escuchados y comprendidos, aunque sea por los usuarios que siguen tu día a día en plataformas como Instagram.
Amor y desamor, los grandes temas de la prosa poética
Por este motivo, no es de extrañar que varios autores se hayan erigido como instapoetas. El éxito de este género podría radicar en la capacidad de empatizar ante problemas ajenos gracias a la sucesión de textos autoconclusivos. ¿Cuáles son los temas que más se abordan en la actualidad? Lucía Tudela apuesta por cuatro claves: "Creo que cada vez está más visible el tema del amor propio. Poco a poco vemos más visibilidad con este tema. Progresivamente somos más conscientes de que lo primero somos nosotros. El amor y el desamor también son dos de los temas a los que más recurrimos. El sexo también es verdad que cada vez es menos tabú y a la gente no le importa leer sobre ello sin escandalizarse", argumenta.
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En cierta manera, Alejandro Sotodosos suscribe sus palabras al confirmar que temas como el romanticismo -tanto el amor como el desamor- nunca pasarán de moda: "Son dos conceptos antagonistas de los que siempre se habla bastante. También del feminismo, en todas sus facetas. Es un movimiento que tiene un arraigo imparable. Es injusto que todos los cambios sociales vayan tan lentos, pero la sociedad se tiene que ir empapando de estos conceptos poco a poco. Es algo que se ha tratado por instapoetas hombres y mujeres por igual. También se habla mucho de la salud mental y del autoconocimiento de nuestras emociones. Ahora mismo están a la orden del día".
Sotodosos también analiza el impacto que tienen términos relacionados con el crecimiento personal en los últimos años: "Con el concepto del emprendimiento también se ha debatido mucho. Todo esto de "hazlo, que solo tenemos una vida". Por último, se habla bastante de la pérdida, pero no solo a nivel del amor, sino también a nivel de familia o la decepción con las personas que creíamos importantes", concluye.
Sentimientos explícitos: ¿acierto o error?
A día de hoy, existen multitud de autores que luchan por conseguir que sus pensamientos queden plasmados y consigan captar la atención de un público que cada vez es más propenso a compartir sus gustos en redes sociales. Al igual que ocurre con las canciones, los libros se han convertido en una ventana donde encontrar la respuesta a muchos de nuestros sentimientos. Unas emociones que podemos percibir de todas las intensidades y formas, pero que dejan patente una necesidad cada vez más extendida: la de sentirnos comprendidos y arropados por alguien que haya pasado por lo mismo.
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Ahora bien, ¿mostrar los sentimientos y abrirse en canal es un acierto? ¿O un error? ¿La literatura romántica sigue cosechando prejuicios? "Normalmente, las historias románticas vienen escritas por mujeres. Entonces claro, a lo mejor las chicas tenemos tendencia a buscar ese amor romántico porque lo leemos de otras mujeres y no de otros hombres", indica Lucía Tudela. "Sí que es verdad que cada vez son más los autores que muestran su punto de vista al respecto, pero sigo pensando que aún hay más proporción de mujeres que hombres en esto de la literatura romántica. Creo que todavía queda mucho por hacer, porque cada vez hay más igualdad, pero sigue siendo mayoritaria la presencia femenina".
A. Sotodosos: "Hace cinco años recibía todo tipo de insultos"
Si echamos la vista atrás, Defreds y Marwan fueron los pioneros en dar vida a un género que en España, ha permitido que escritores que comenzaron su andadura en redes sociales se dieran a conocer en el mercado editorial. "Cada vez es más complicado prestar atención a algo durante un tiempo prolongado", indica Sotodosos. "El hecho de tener prosa poética, sobre todo si los relatos no tienen conexión unos con otros, es de gran ayuda. Cuando escribes algo real, es más fácil que la gente conecte y empatice contigo. Todo el mundo puede verse reflejado en los textos que tiene frente a ellos".
A este respecto, surge la necesidad de evidenciar el nacimiento de nuevas masculinidades. Autores como Dani Rivera ya nos contaron que multitud de usuarios daban por hecho que era homosexual por escribir sobre sus emociones: "No es algo generalizado, pero hay muchos escritores ahora que, por desgracia, sufren cómo la gente les dice que son demasiado sensibles", afirmaba a PlayzTrends.
¿Poco a poco vamos asumiendo las nuevas masculinidades? ¿Hemos desechado aquello de "los hombres no lloran"? Alejandro Sotodosos lo tiene claro al afirmar que estamos en una fase donde "la gente sigue sin asumirla, pero ya no lo dice abiertamente": "Hace cinco años, yo recibía comentarios y memes de gente burlándose. No creo que le cambio se haya realizado realmente en todas las personas, pero sí noto que es real eso de que ya no lo exteriorizan tanto, hay más pudor al respecto. He llegado a recibir comentarios del tipo "qué mariquita, qué maricón, vaya ñoñada"... Todos estos conceptos, que yo no me los tomo como insulto, asumía que iban a llegar al hacer lo que hago. Llegar un punto en el que en pleno 2021 puedo publicar un libro que tiene una chica con un vestido rosa en portada, y que incluso el interior sea rosa y nadie me haya hecho ningún comentario al respecto... es un paso adelante".
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Es evidente que las redes sociales han permitido que autores recién lanzados al mercado editorial o con una comunidad potente de seguidores den a conocer de forma pública sus proyectos. Este modo de actuar no suele ocurrir con escritores de otro tipo de géneros, así que no está de más prestar atención a un modelo de negocio que, de seguir su curso, podría generar un cambio de paradigma en el sector editorial y abrirnos paso ante nuevas formas de consumir literatura.