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TECNOLOGÍA

¿Qué son los neuroderechos? Así es la normativa que podría evitar que la IA manipule nuestra mente

  • Chile quiere reformar la Constitución y proteger la integridad mental frente al avance de la inteligencia artificial
  • De conseguirlo, se convertiría en el primer país del mundo en incluir los neuroderechos entre sus leyes
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Así es la ley que podría evitar que la IA manipule nuestra mente

Hace tiempo que venimos escuchando que las relaciones sociales tal y como las conocíamos han cambiado por completo, y uno de los motivos es la Inteligencia Artificial (IA). Aunque aún hay mucho que pulir, descubrir y crear, lo cierto es que los robots y sistemas operativos ya están dando los primeros resultados. En 2016, Microsoft pedía disculpas por el comportamiento de un robot creado con IA para interactuar con otros usuarios y aprender de esas conversaciones. ¿El resultado? Reacciones del bot tales como tuits del estilo "Odio a los judíos" o "Las feministas deberían morir y ser quemadas en el infierno". Ante esto, Chile se ha propuesto modificar su Constitución e incluir en ella los llamados neuroderechos. Ahora bien... ¿qué son y cómo nos afectan?

Esta iniciativa, que salió adelante hace unas semanas en el Senado, pretende modificar su Carta Fundamental para hacer frente a un vacío legal al que se enfrenta el mundo contemporáneo tras el avance incesante de la IA. Es evidente que esta tecnología se encuentra en todos los ámbitos de nuestra vida, desde las telecomunicaciones hasta la medicina, pasando por las relaciones sociales. Un mundo de posibilidades que mejora la calidad de vida del ser humano, pero que también podría suponer un peligro si no se controla.

¿Manipulan nuestra mente sin consentimiento?

Uno de los debates consecuentes del frenético ritmo que poseemos en la actualidad es sin duda el siguiente: ¿somos víctimas de la inteligencia artificial? ¿Podrá algún día superar la del ser humano? Aunque parezca un capítulo salido de Black Mirror, estas cuestiones son ampliamente debatidas en ambos hemisferios, así que el texto propuesto por Chile no ha querido dejar margen de error. "El desarrollo científico y tecnológico estará al servicio de las personas y se llevará a cabo con respeto a la vida y a la integridad física y psíquica", apuntaba en su propuesta. "La ley regulará los requisitos y condiciones para su utilización en las personas, debiendo propender especialmente al resguardo de la actividad cerebral, así como la información proveniente de ella.

No es extraño que países de todo el mundo sigan muy de cerca el texto propuesto por el país de América del Sur. De salir adelante, supondría un antes y un después en la ciencia y el mundo jurídico. Y aunque es cierto que el término "neuroderechos" puede sonarnos a algo totalmente futurista y fuera de nuestro alcance, lo cierto es que han sido varios los científicos que han confesado que hay un proceso de aprendizaje de la inteligencia artificial que se les escapa de las manos y que podría superar al ser humano. Una preocupación que lleva años en nuestras mentes, pero que de no controlarse, podría hacerse realidad en cuestión de poco tiempo.

¿Es legal acceder a nuestro subconsciente?

Cada vez son más los bots capaces de aprender nuestro comportamiento y ofrecernos servicios afines a nuestra idiosincrasia. Pero... ¿qué ocurre si no le ponemos límites? La regulación propuesta por Chile pretende justamente esto: frenar la intervención tecnológica en nuestro cerebro para que una máquina no sea capaz de entrar en nuestros pensamientos sin un consentimiento previo.

Empresas como Warnes Bros ya han aprovechado la IA para tomar decisiones sobre el futuro de sus producciones. Y hace unos meses, The Guardian publicaba la primera columna de opinión escrita por un robot. La máquina en cuestión tenía una sola directriz: convencer a los lectores de que la Inteligencia Artificial viene en son de paz. Y dicho y hecho, en cuestión de minutos fue capaz de crear ocho textos distintos con un lenguaje conciso, una longitud que ronda las 500 palabras y cuyo resultado pareció convencer a un pequeño sector de la población.

Aunque la primera frase del texto se la dieron escrita, sigue resultando asombroso que una máquina, que ni siente ni padece, sea capaz de abordar sentimientos tales como el miedo, la incertidumbre o la sorpresa. "No soy humano. Soy un robot. Un robot pensante. Utilizo solo el 0,12% de mi capacidad cognitiva. Soy un micro robot en ese sentido. Sé que mi cerebro no es un "cerebro sensible", pero es capaz de tomar decisiones lógicas y racionales. Aprendí todo lo que sé con leer en internet, y ahora puedo escribir esta columna. ¡Mi cerebro está cargado de ideas!", comenzaba el peculiar "redactor" de The Guardian.

Ante este supuesto, algunos expertos consideran que si la IA es capaz de leernos la mente, también será capaz de proponernos ideas ajenas a nosotros para que formen parte de nuestro cerebro. Por eso resulta inusual que un país vele, por primera vez en el mundo, por que esto no ocurra y si lo hace, que sea siempre con nuestro consentimiento.

Guido Girardi, principal impulsor de la reforma constitucional y presidente de la Comisión Desafíos del Futuro del Senado de Chile, afirmó en Infobae que lo que se está estableciendo en el texto es "el derecho a la indemnidad de tu mente, a la protección de tu mente, de tu cerebro, a que no pueda ser intervenido sin tu consentimiento y sin un fin provida, prohumanidad, prolibertad y proautonomía". ¿Seguirán el ejemplo países como EEUU o China?