¿Es fácil ser joven y artista? Adrián Rolo nos da su versión
- Hablamos con el joven pintor acerca de lo difícil que es despegar y encontrar tu sitio en el mundo del arte
- Nos cuenta todo sobre sus inicios, su Badajoz natal, las influencias y las cosas que de verdad le inspiran
- "Todo se consume muy rápido y se olvida muy rápido porque estamos continuamente expuestos a estímulos"
Adrián Rolo tiene 23 años recién cumplidos y muchos sueños todavía por cumplir. Vive en Badajoz con su familia y actualmente expone parte de su obra en los cafés, bares y fundaciones que le hacen un hueco entre sus paredes. Sabe lo complicado que es exponer en un museo, de forma oficial, pues las puertas están abiertas solo a unos pocos. Pero él no desiste en su idea de ser artista, que ya lo es, y en la de ganarse la vida con ello.
Este joven pacense se hizo viral gracias a un vídeo que colgó en Twitter pintando una de sus obras y que compartió Paula Gonu y alguna que otra influencer más. ¡Cómo son las cosas! Un día Adrián decía que no entendía Twitter, aplicación que activaba y desactivaba como quien se cambia de camiseta, y al siguiente, ves que tu perfil de pronto ha llegado a los 19.000 followers y que por privado te piden tus obras, que por cierto no están en venta. A Adrián le interesa que se vean, pero no comerciar con ellas. No le gusta la presión que ejerce el mercado sobre el artista cuando le obliga a producir. Él busca en el arte la libertad para crear y disfrutar mientras crea.
Para Rolo la pintura es, además de su pasión, algo terapeútico. Sus cuadros tienen mucha simbología y hablan de él mismo y de sus experiencias. Uno de los que más repercusión ha tenido es el del beso. "En el cuadro aparecen dos personas besándose y había quién creía que eran dos chicos, otros dos chicas, otros un chico y una chica, incluso hubo quien me dijo que si era una persona dándose un beso en el espejo, como amor propio. Era muy guay ver todas esas interpretaciones", destaca. De su mano pronfundizamos un poco más en el a menudo difícil mundo del joven artista.
P: Cuéntanos un poco tu historia...
R: Soy de Badajoz. Mi padre y mi madre siempre me dicen que lo de la pintura me viene de pequeño. Siempre he pintado, hasta con el Paint en su época. Dibujaba muchos mapitas de pequeño. Eran mapas grandes llenos de escaleras y cosas. Luego en el instituto pintaba mucho y estudiaba muy poco. Conseguí pasar la ESO y en bachiller me metí en el de artes, aunque me costó cuatro años sacármelo. Luego me metí en un grado superior de ilustración, pero lo abandoné porque no me gustaba demasiado, sobre todo por el tema horario de tarde que no lo llevaba demasiado bien. Estos dos últimos años, desde 2019, he estado pintando por mi cuenta, y ahora mismo estoy con la selectividad. Me encantaría entrar en la carrera de Bellas Artes para conocer gente allí, ver un poco el ambiente, aprender… Porque seguro que me estoy perdiendo muchas cosas y por intentarlo no pasa nada.
P: ¿Tienes antecedentes familiares dentro del mundo artístico?
R: Ni mi padre ni mi madre se dedican a nada artístico. Bueno, mi hermana Candela sí. Ella estudia bellas artes, pero es más pequeña que yo. De pequeños nos poníamos mucho a pintar juntos. Ha sido un apoyo muy grande para mí. Durante estos años, ella me ha animado mucho, aunque somos muy diferentes a la hora de pintar. Pero tenemos un apoyo mutuo muy especial. Eso sí, mi familia en general me ha apoyado mucho y eso me ha hecho sentirme seguro a la hora de seguir en esto. Porque si que es verdad que en este mundo hay mucha incertidumbre. Yo creo que a todos y a todas nos pasa; estamos pensando siempre en qué va a pasar en el futuro. Pero en parte me siento como tranquilo, porque me siento bien haciéndolo.
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P: ¿Cuando pasó del hobbie a algo más serio?
R: Me acuerdo que en bachillerato me empecé a presentar a concursos porque mis profesores me animaban mucho a hacerlo. Le cogí el gustillo y fui a varios. Y ya el año pasado, antes de la pandemia, me hice una cuenta de Twitter que me ayudó mucho a crecer. Antes no lo había sentido, porque las redes son muy raras y a mí se me dan fatal. De repente, en Twitter fue saliendo bien. Gracias a eso, fue saliendo gente y apoyo. Ahora si pongo una expo, la gente va. No sé, he sentido que iba teniendo más repercusión. Por ejemplo, vendía camisetas con dibujos y con eso me iba ganando algo de dinero. También hacía fundas de móviles, grabados, pintaba ropa… Por Instagram y Twitter la gente me pedía cosas.
P: ¿En qué momento viste que empezaba a crecer?
R: El Twitter lo tenía desde hacía tiempo y no lo usaba porque no lo entendía. Un día, estando en Barcelona, subí un vídeo de uno de los cuadros, de estos que tengo en blanco y negro con detallitos y se hizo viral. A partir de ahí fue creciendo y subiendo más cosas. Antes me ponía muy nervioso, subía algo y al rato lo quitaba.
P: ¿Lo compartió algo conocido?
Si, Paula Gonu me había dado retuit. Y @desahogada, creo... Fue como: ¡Guau! Me empezaron a subir los seguidores y yo no me lo creía. Es genial, me ha ayudado muchísimo. Porque además yo Instagram me lo activaba y me lo desactivaba cada poco. Ahora ya no me lo voy a volver a desactivar.
P: ¿Cómo definirías tu estilo pintando?
R: Pues no lo sé, porque este último cuadro que hice es como neocubista. Mucha gente lo compara con el Guernica de Picasso. Antes hacía cuadros grandes con líneas en blanco y negro y mucha simbología. Lo de la simbología es algo que tienen en común todos mis cuadros porque me parece muy interesante que cada persona vea algo diferente.
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P: ¿Cuáles son tus referencias?
R: No sabría decir algo concreto, pero me inspiran mucho las corrientes del siglo XX. Luego están mis amigos, que me inspiran muchísimo. Antes hacíamos vídeos, poemas visuales y cosas así… Era como que los unos a los otros nos dábamos un montón de energía. Íbamos a una expo juntos y nos apetecía crear todo el rato. Estoy rodeado de gente que me aporta muchísimo.
P: ¿Qué historia cuentas con tus cuadros?
R: En los cuadros en blanco y negro hago mucha crítica a la contaminación, el tema del ecologismo, de animales, el planeta… También hablo mucho del amor, porque en esa época yo estaba en una relación y uno de los últimos cuadros que hice en blanco y negro fue justo después de acabar la relación. Entonces, contaba en el cuadro mi vida durante ese año: los viajes, las personas que había conocido, los amuletos… Ese cuadro era el recorrido entero de ese año. Lo último que he hecho, que ya tiene mucho más color, son mis amigos en una fiesta. Estamos bebiendo vino, pidiendo deseos, nos alumbramos los unos a los otros. Aparecen cuernos, que son como los demonios y que tienen velas...
Hubo un cuadro que hice de un beso que estaba guay porque todo el mundo se daba por aludido. En el cuadro aparecían dos personas besándose y había quién creía que eran dos chicos, otros dos chicas, otros un chico y una chica, incluso hubo quien me dijo que si era una persona dándose un beso en el espejo, como amor propio. Era muy guay ver todas esas interpretaciones.
P: ¿Es fácil mover tus obras en museos dentro de una ciudad pequeña como Badajoz?
R: Al principio fue duro. Cuando empiezas tienes muchas ganas de salir y que lo vean, pero todo lleva su tiempo. La exposición que hice grande, 'ANAMNÉSIS', la pedí hace dos años y tuve que entregar muchas cosas: el dossier, el currículum, explicar de que iba la expo… Yo no tenía ni idea. En ese momento no tenía ni un cuarto de los cuadros que iba a entregar, pero bueno, me lo inventé un poco y salí del apuro. Es verdad que esta ciudad se mueve mucho porque hay muchos grupos que quieren hacer cosas, aunque hay pocos museos y salas “oficiales”, pero hay muchos bares, cafés, estudios de tatuaje entre los que esto se mueve mucho.
P: ¿Cómo es el proceso para llegar a exponer?
R: Las primeras exposiciones que hice eran colectivas. A partir de los concursos te dan la entrada a algo más oficial. Después de los concursos, lo primero que hice fue en un gastro bar. Me acuerdo que contacté con el dueño del local, me ayudaron mucho y salió hacia delante. Luego también el trato cercano te da mucho. Yo no he expuesto aún en un museo como tal en solitario porque suelen ser exposiciones permanentes o de gente bastante reconocida. A ese punto todavía no he llegado. ¡Ojalá!
La sala que cogí para ANAMNÉSIS, por ejemplo, era una fundación. Ellos tienen una lista de espera. Tú tienes que entregar tu proyecto y ellos ya te van diciendo la disponibilidad que tienen y lo van organizando. A mí me trataron genial. Fueron maravillosos. Desde entonces, he expuesto en Badajoz, Mérida, Montijo, en Granada, Madrid, en Elbas... Ahora estoy viendo para exponer en La Algarobilla y en Cáceres.
P: ¿Cómo lo tenéis ahora mismo los jóvenes dentro del mundo del arte?
R: Lo veo como que está todo en continuo cambio. Nuestra generación tiene una cosa buena y una cosa mala: estamos abiertos a muchísima gente gracias a internet, pero todo es muy fugaz. Todo se consume muy rápido y se olvida muy rápido porque estamos continuamente expuestos a estímulos. Entonces, yo lo que recomiendo es que si una persona se anima a pintar o a hacer algo artístico, siga porque le hace feliz o porque lo siente. Eso es lo importante. Que siga con ello, porque nunca sabes el día de mañana lo que va a pasar. Yo no sé si voy a poder vivir de esto, ojalá, pero al fin y al cabo yo me siento súper bien cuando estoy pintado y seguro que esto le pasa a mucha gente.
P: ¿Dirías que es un poco terapéutico?
R: Es muy terapéutico. Yo estoy pintando durante muchos días, y esos días estoy como muy activo. Tengo mucha energía. Es una locura. Luego, cuando acabo el cuadro, me da como una especie de bajona. Te da muchos estímulos, por eso es terapéutico. Aunque cada persona lo llevará de una manera, pero yo lo veo así.
P: ¿Consideras fundamental las redes para moverse en el mundo del arte actual?
R: Creo que en las redes hay que ser constante. Para los algoritmos tienes que tener constancia. Y eso, para la gente que hace cosas creativas, es complicado. Te crea a veces como un estado ansioso porque te sientes obligado a producir, en lugar de crear y disfrutar. Hay gente muy buena que no es tan conocida, y hay gente no tan buena que consigue muchas cosas. Tienes que mezclar lo que haces, con cómo lo expresas, con cómo eres tú. Y eso es tan complicado...
P: ¿Tiene que haber siempre un concepto o un mensaje detrás de tu obra?
R: Bueno, no lo sé. Yo, por ejemplo, intento meter casi siempre mensajes en mis cuadros. O por lo menos mensajes que siento y que luego cada uno lo interprete. Pero también es algo estético. Hay gente que hace retratos maravillosos y tienen toda la validez del mundo. Aunque no quiera dar un mensaje en sí, es algo que has creado y en lo que has puesto esfuerzo y cariño. Eso ya en sí es algo, una muestra. Al final hay muchos tipos de pintura y muchos tipos de artistas y cada parte está para disfrutarla, igual que la música. Tú no siempre escuchas el mismo tipo de música. Hay algunas canciones con mensaje y otras sin, pero al final si te hace moverte y sentir algo, eso es lo importante.
P: ¿Consideras que para ser artista es fundamental la formación?
R: Hasta ahora no lo tenía muy claro. Siempre he pensado que ahora con todas las herramientas que tenemos, nos podemos apuntar a cursos que no sean universitarios, podemos investigar por internet y aprender de otras personas. Hasta ahora no había pensado en ir a la Universidad, pensaba seguir siendo autodidacta. Al final, he decidido ir para relacionarme con otras personas y no estar en casa solo todo el día pintando. Espero nutrirme de ellos y ellos de mí.
P: ¿La vida del artista es muy solitaria?
R: Yo creo que un poco sí. Cada persona lo vivirá de una manera, pero a mí me pasa que cuando pinto me gusta estar tranquilo: solo, con mi música o en silencio. Con mis amigos me cuesta mucho, aunque ellos también son artistas. Te apetece estar contigo mismo.
P: ¿Qué es lo próximo dentro de tu proyecto personal?
R: Lo primero que me gustaría hacer es irme fuera de Badajoz para poder conocer gente, volar un poco y aprender. Me apetece salir fuera y exponer en más sitios, también fuera de España. Y nada, seguir pintando en formatos muy grandes.