Jenny Lee, autora de 'Anna K.': "La salud mental es una de las últimas fronteras que tenemos que conquistar"
- La escritora revisa Anna Karenina, el clásico de Tolstói, para adaptarlo a la realidad del siglo XXI
- "Creo que la educación es la única oportunidad que tienen los jóvenes de comprender el mundo"
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Jenny Lee es productora y guionista de Disney Channel en USA, pero también autora de novelas para adolescentes. Su último proyecto es Anna K. , una revisión de Anna Karenina donde no solo mantiene lo genuino del título original, sino que además incorpora nuevos matices para conseguir que la trama aterrice en pleno siglo XXI. Con un final "trágico pero esperanzador", Jenny traslada elementos como las redes sociales, las drogas y el empoderamiento femenino al clásico de Tolstói. ¿Cómo surgió la idea de revisitar esta historia? Hablamos con su autora para descubrirlo.
¿Cómo definirías a la Jenny Lee que hay detrás de esta novela?
Jenny: Es el séptimo libro que escribo, pero en este momento mi actividad principal es la de escritora de guiones y productora. Vivo en Los Ángeles y me dedico a la escritura de libros porque realmente es mi pasión, pero es una actividad que combino un poco con mi profesión principal, que es la de escritura de guiones para televisión.
"Se está enseñando a las nuevas generaciones a ser más independientes"
Revisitas el clásico de Tolstói y el tema de las infidelidades en la pareja es el hilo conductor de alguna de las tramas de Anna K. ¿Crees que tradicionalmente ha sido la mujer quien más ha sufrido las consecuencias de la infidelidad dentro de la pareja?
Jenny: Sí, absolutamente. Lo que dices es completamente verdadero. Creo que eso es precisamente lo que hace de esta obra de Anna Karenina una tragedia tan universal. También expreso que en el libro puse especial interés en darle un final un poco más feliz al personaje de Anna.
¿Crees que se nos prepara emocionalmente para estar solos?
Jenny: Lo que yo he aprendido durante este último año y medio ha sido lo mucho que necesitamos de las relaciones interpersonales. En cuanto a tu pregunta, considero sin ninguna duda que siempre se ha empujado a las chicas jóvenes a buscar relaciones de pareja porque definen un poco la identidad de cada una de ellas. Espero que eso esté cambiando, y creo que es así. Se está enseñando a las nuevas generaciones a ser más independientes y creo, sin duda, que es algo realmente positivo.
También hablas de las primeras veces y de la culpa que llega cuando alguien se siente socialmente presionado a, por ejemplo, mantener relaciones sexuales.
Jenny: Yo creo que fui particularmente cuidadosa cuando abordé la vida sexual de los personajes. Para mí, lo más importante era aportar mucha variedad en el tema de las relaciones. Por un lado teníamos a una pareja que, de manera pública, se percibía que estaban manteniendo relaciones sexuales cuando en realidad no era así; también el caso de Anna y Vronsky, donde quise reflejar un poco la diferencia entre las relaciones sexuales que tenía con su novio de toda la vida y con el nuevo amor que encontró en él. Mi intención era mostrar a mi público adolescente lo que cuando se trata de sexo no es todo blanco o negro. Las relaciones sexuales son complicadas para los adultos, así que imaginemos cómo lo serán para los adolescentes.
"Tenemos que hablar más sobre salud mental con los jóvenes"
Dentro de los personajes hay mucha variedad, tanto cultural como social. ¿Crees que es importante contar historias que permitan incluir a perfiles tan distintos?
Jenny: Creo que esto es absolutamente fundamental. Me parece que va de un tema de representación y no solo en la literatura, también en la televisión. Yo hace unos años trabajé como escritora de guiones en Disney Channel para el programa Shake It Up (A Todo Ritmo). Creo que una de las cosas que hace muy bien el canal es presentar esta enorme variedad de personajes. Vienen de diferentes etnias, estratos sociales... Al final es importante porque se centran mucho en mostrar el mundo que quisiéramos que existiera. En mi caso personal, al tener ascendencia coreana, era muy importante relatar una historia donde los protagonistas fueran, por ejemplo, como mis sobrinos. Quería también no solo representarlos en la novela, sino que tuvieran el papel de protagonistas.
¿Consideras que la salud mental poco a poco está dejando de ser un tema tabú entre los jóvenes?
Jenny: Yo creo que en realidad, la salud mental es una de las últimas fronteras que tenemos que conquistar. Para mí en particular era un tema bastante importante, porque yo por ejemplo tengo una hermana mayor que tenía un problema de salud mental cuando yo estaba en el colegio. Era un tema del que no se hablaba, inclusive dentro de mi casa. Mis padres tenían dificultad a la hora de abordar el tema de manera abierta, así que considero que tenemos que hablar más de este tipo de cosas con los jóvenes y de forma muy transparente. Al fin y al cabo, todos sufrimos algún tipo de problema relacionado con la salud mental. Obviamente, para tener el apoyo y la ayuda que necesitamos para superarlos, lo primero que tenemos que hacer es hablarlos. Para mí fue particularmente importante en el libro hablar con claridad tanto del problema de depresión como del de ansiedad. Creo que son, de hecho, problemas muy comunes entre los adolescentes. Por eso creo que tienen que tener mucha más representación, tanto en la literatura como en la televisión.
Una de las frases del libro es “El mejor modo de combatir el mal es la educación”. ¿Crees que en el entorno social y político actual, muchas veces marcado por el odio, la educación es más necesaria que nunca?
Jenny: Sí, creo que es absolutamente fundamental. Cuando hablamos de niños y adolescentes, supongo que muchas de sus opiniones dependen de dónde han crecido y del tipo de educación que han recibido por parte de sus padres. Si ellos se ciñen a una suerte de creencias o de valores, es mucho más difícil que ellos se forjen sus propias opiniones. La única manera para lograrlo es a través de la lectura, que es la que nos da la oportunidad de ampliar nuestra visión, acceder a otros tipos de mundos y entender que hay otras maneras de pensar. Para responder de manera muy clara a tu pregunta, sí, creo que la educación es la única oportunidad que tienen los jóvenes de comprender el mundo y también de crearse sus propias opiniones acerca de él.
"El mensaje del libro es que siempre podemos ir hacia delante"
Uno de los personajes muere debido a una sobredosis. ¿Tenías claro que era algo que querías incluir el "coqueteo" con las drogas en la historia?
Jenny: Sí, para mí era algo bastante importante. Si hay algo que tenía claro desde el principio, antes de comenzar a escribir la historia, era que a pesar de que esta es una versión moderna de un clásico como es el de Anna Karenina, y de que es un culebrón y tiene que ser divertido de leer, también quería que se basara en una realidad. Quise mostrar con honestidad cuál era la realidad de este grupo particular de jóvenes que viven en Nueva York y que tienen acceso y mucha exposición a la droga. Esto lo hice porque para mí los libros también tienen que reflejar la realidad. Me imagino que muchos de los padres que leyeron esta historia lo hicieron con el corazón en la mano y pensando que ese no era el fiel reflejo de la realidad, pero creo que me acerqué mucho.
El feminismo también hace acto de presencia en multitud de ocasiones. ¿Crees que el clásico de Tolstói ya fue una obra feminista en su momento?
Jenny: No sé si decirte que tal vez era un libro feminista, pero lo que sí creo es que lo que hizo Tolstói fue dar una versión muy honesta sobre cómo veía la sociedad. Es un libro que nos presenta una gran variedad de personajes y una trama muy compleja donde vemos cómo se entrelazan diferentes tipos de relaciones. Para mí es un punto muy importante, porque creo que la tragedia de la historia de amor entre Anna Karenina y Vronsky se entiende tan solo a través de la otra gama de relaciones que nos presenta el autor. Creo que adolecen muchas de las representaciones que tanto hemos visto en películas y series porque quizás se han centrado demasiado en la tragedia de la historia de amor, pero no han sabido contrastarla o darle la cabida que tiene justamente a través de esas otras relaciones que nos presenta Tolstói. Entiendo que eso es lo que se esperaba en aquella época para una mujer que se comportaba como se comportó Anna, pero yo lo percibo hoy en día como un final tremendamente injusto. Entiendo, por la descripción que hace Tolstói de ella, que le tenía aprecio como personaje, pero también que la percibía con cierta pena. Él entendía que ese final tráfico era el que estaba escrito para ella. Es decir, que formaba parte de su destino. Es por eso que esta era una de las partes que yo quería cambiar, porque encontraba que era tremendamente injusto para Anna.
Sin hacer mucho spoiler, el final es muy esperanzador y demuestra que es posible un cambio de vida tras ser capaz de dejar atrás el pasado. ¿Qué sentimiento te generó escribir ese final de historia? ¿Cómo crees que va a impactar en el lector?
Jenny: En realidad, si había algo que tenía claro desde el principio era que quería cambiar el final de la historia. No sabía exactamente cómo, porque obviamente quería mantenerme fiel a la trama original. Es decir, tenía que aportarle un final trágico pero que a la vez tuviera ese ingrediente esperanzador. Creo que escribir una obra para adolescentes es maravilloso, porque todavía están forjando su personalidad. La creación de la identidad es algo que nos pasa a todos a lo largo de nuestra vida, pero es especialmente importante durante la adolescencia. El mensaje que quise transmitir a través del libro es que sí, que puede ser que nos pasen eventos trágicos, pero que es posible superarlos e ir hacia delante. Este era el final esperanzador que quería aportar. Otra cosa importante es que las personas que conocemos durante la adolescencia pueden tener un impacto fundamental en nuestras vidas, tanto para bien como para mal. Con el personaje de Anna también quise que los lectores se dieran cuenta de que, a pesar de la tragedia, ella fuera capaz de definir el rumbo de su vida.