¿Es la meritocracia una cuestión de clases?

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"Si puedes soñarlo, puedes hacerlo". O eso es lo que dice la taza en la que desayuno todos los días. Pero cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. La meritocracia es esa idea que nos promete el éxito a cambio de un esfuerzo inhumano a diario. Lo cierto es que las cifras de desigualdad demuestran que, la mayoría de las veces, no es así de sencillo. ¿De dónde sale todo ese discurso de la mentalidad de tiburón? ¿Qué es eso del ascensor social y por qué parece que está averiado?

Hoy contamos con la presencia de Alán Borroso, graduado en Ciencias Políticas y divulgador en redes sociales; Angy Fernández, actriz y cantante; Ari Jurado, enfermera y psicopedagoga; Soraya Narez, marketing executive; e Irune Ariño, politóloga y columnista.

Más ricos y más pobres

Para Alán “la meritocracia se ha convertido en una especie de justificación de los que están arriba entonces te dicen ‘yo estoy aquí arriba porque me lo he trabajado y me lo merezco más que nadie y si tú estas abajo es porque prefieres ver más la tele, te acuestas más tarde’”.

“Es cierto que la situación y el desempeño futuro de una persona no depende únicamente de las decisiones personales ni de las preferencias ni de lo que uno se esfuerce sino que también depende de dónde hemos nacido y a qué se dedica nuestra familia”, comenta Irune desde el Zoom. “Esto no quiere decir que que haya que desechar la meritocracia porque mucha gente que la critica no es capaz de proponer un sistema alternativo”.

El punto de vista de Angy es muy especial porque ella misma se ha labrado su futuro, pero se siente mal por no haber estudiado: “Yo vengo de una familia normal y corriente que no se dedica nada de esto, yo estaba en Mallorca y decidí presentarme a un casting viniendo a Madrid, y gracias a un programa de televisión, te haces más conocida y entonces te llaman; no accedí estudiando como hacen otros compañeros y por eso, a veces, yo me quito mérito”.