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ESTRENO EN RTVE PLAY

La música que alivió el dolor y devolvió la paz a Aleixo, "El niño de fuego"

  • El documental relata el tránsito por la adolescencia de Aleixo Paz tras sufrir un accidente que le generó quemaduras en el 90% de su cuerpo
  • Hablamos con Ignacio Acconcia, director del largometraje; y con Aleixo, su protagonista
  • Ya puedes verlo gratis en RTVE Play

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Aleixo Paz, "El niño de fuego"

"Me llamo Aleixo Paz, tengo 9 años y el 8 de septiembre de 2009 sufrí un accidente yendo con mi padre en el camión. Me quemé todo el cuerpo, desde entonces estoy en la UCI. Me han operado 13 veces y aún me quedan unas cuantas, quiero irme a casa, estoy cansado de estar aquí". Con estas palabras, escritas por su protagonista desde la unidad de quemados, arranca El niño de fuego, un documental que narra la vida de este joven entre los 14 y 19 años tras sobrevivir a un acontecimiento que le cambió radicalmente la vida.

Su director, Ignacio Acconcia, se comprometió a mostrar el fiel reflejo de una realidad en la que la única esperanza para salir adelante llegó gracias a la pasión de Aleixo con la música. "Grabar con él me ha enseñado que a veces, uno deposita en personas el deseo de que estén bien de una manera demasiado inocente. Y siempre se necesita un proceso. A veces el dolor no se pasa en una semana, un mes o un año, y él está en un proceso de sedación y curación que lleva sus propios tempos".

"Cuando viene la letra, me olvido de todo"

Aleixo tiene ahora 21 años, pero tiene claro que con este documental "cada uno ha sacado su propia lección". "Te mejora la perspectiva y percepción de todo", desvela durante su entrevista en Playz. Y es que más de una década después del accidente, fue la composición la que le permitió liberar una mente que vuelve una y otra vez a aquel 8 de septiembre de 2009. "La música para mí lo es todo. Todo lo que me aporta es bueno. Las mejores canciones son las que no piensas más que en lo que quieres expresar, ya sea bueno, malo o haga o no daño a la familia. Cuando en una canción dices lo que quieres decir, sin miedo, quieras o no alivia mucho".

Se confiesa fan de FMS y su rapero favorito es Sweet Pain. Sin embargo, Aleixo está convencido de que su lugar no es la improvisación, sino la composición pausada y con verdad. "Si ya de por sí con mis canciones me pongo nervioso y me cuesta, no me quiero imaginar improvisando", confirma convencido. De hecho, Aleixo no duda al recordar su paso por el colegio y comprobar que la música siempre formó parte de su vida: "Compongo desde siempre. De niño yo llegaba a clase y me gustaban más los dictados que las mates".

"El niño de fuego", cuando la música alivia el dolor

"Dirán que no valoro el aire que respiro olvidando que el mundo está intoxicado", vuelca en una de sus letras. "Camino ya sin saber dónde piso. Hoy aprendí a conoceros estando encerrado. Acostumbrado a sangrar, a no pegar ojo viendo a mi madre llorar. ¿Cuántas veces desviamos el camino y si pudimos cambiamos nuestro destino? Sigo vivo, siento más de lo que digo. Busco la salida del laberinto que piso", continúa el tema que lo llevó a superar su vergüenza y subirse a un escenario por primera vez. "Cuando viene la letra, me olvido de todo", explica. "Me siento y escribo, aunque también voy mezclando de unos escritos con otros que escribí hace tiempo, todo depende. Hay letras con las que, pase el tiempo que pase, te sigues sintiendo identificado".

Aleixo se encuentra en su descanso. Lleva siete meses trabajando en la administración de una empresa que le ha permitido seguir formándose a nivel laboral. Durante la entrevista, el ya conocido como el niño de fuego se imagina un futuro repleto de canciones y, como hasta ahora, con sus pensamientos volcados en cada una de sus letras: "En breves saldrá un tema que es de los primeras que escribí. Ha pasado mucho tiempo, pero... no pienso en si puede hacer daño a mi familia, sino en expresar lo que expreso en la canción. Sigo obcecado en componer y en sacar nuestros primeros videoclips".

Ignacio: "Cuando conocí a Aleixo me di cuenta de que había que contar su historia"

"Creo que la enseñanza que tiene el documental trata de romper con la idea de happy ending", comenta Acconcia al recordar las escenas más duras del largometraje. "Superar las cosas es un proceso muy largo y la vida es más dura de lo que parece. A veces es injusta, pero también eres tú el que tiene que salir de ahí". Para el director, la historia de Aleixo llamó su atención desde el momento en el que conoció a Tere, su madre: "Vimos que había proyección para hacer un largometraje porque él es una persona muy carismática. Esconde mucho lo que siente y es muy complejo en ese sentido, así que vimos que podía quedar un documental muy interesante".

Durante el largometraje comprobamos cómo Aleixo pasa de su adolescencia a la edad adulta a través de un recorrido intermitente durante varios años de su vida. "La escena más dura para mí fue la conversación con su padre sobre el accidente", confirma Acconcia. "Cuando trabajas con personas con las que te implicas de forma tan personal, los proteges. Y yo los protegía de alguna manera. El resto del equipo me hizo ver sabiamente que teníamos que enfrentarnos a esa situación. Básicamente porque yo ya había grabado con el padre y era una persona que también necesitaba tener esa conversación con el hijo. Así que el documental era una buena excusa para hacerlo".

A pesar de las dificultades, el documental encuentra y muestra un poso feliz entre tanto dolor. El medio centenar de operaciones no es el hilo conductor de la historia, ni la rabia con la que se ha castigado desde entonces. Lo es la evolución de un superviviente que, cuando creía no ver la luz, la encontró en forma de música; lo son sus padres, que siguen mirando con orgullo todos y cada uno de los pasos que da con cada proyecto en el que se sumerge; pero sobre todo lo es Aleixo Paz, el ejemplo de que todo proceso necesita su propio tiempo.