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ENTREVISTA

Afropoderossa o cómo plantar cara al racismo desde TikTok

  • "¿En qué sociedad la mujer es libre?", se pregunta Perla
  • Hablamos con ella, en redes Afropoderossa, sobre el gran desconocimiento que tenemos de las diversas culturas africanas

Por
Afropoderossa
Afropoderossa

Afropoderossa, Perla para quienes la conocen mejor, arrasa en TikTok con una cuenta en la que se enfrenta a los estereotipos que a menudo se tienen sobre las diferentes culturas africanas. Ella es una joven modelo de Guinea Ecuatorial que llegó a España hace 12 años y que con sus vídeos nos demuestra lo poco que sabemos del continente vecino. Desde sus redes sociales, Perla se ve apelada a responder a ciertos comentarios que mucha gente le lanza desde el desconocimiento, la ignorancia y/o la intención de hacer daño.

Más allá de las redes, la labor divulgativa y activista de Perla es digna de reconocimiento. La acabamos de ver participando en el podcast presentado por Samantha Hudson y Jordi Cruz, ¿Sigues Ahí?, y nos hemos podido evitar pedirle una entrevista. Ella ha accedido con gusto y hemos tenido una charla que de principio a fin no tiene desperdicio. Hablamos de racismo y cómo combatirlo. Lee y reflexiona.

P: Respondes a los haters desde el humor. ¿Por qué te metes en estos líos?

R: A veces desde el humor y otras desde el cabreo. Es una fusión de las dos cosas, depende del día. Cuando publicas un vídeo hay un montón de opiniones y de comentarios y ves algunas opiniones que dices: "por aquí no paso". Lo respondes y lo curioso es que al final acaban borrando el comentario porque se dan cuenta de que no tienen razón. Mucha gente en vez de preguntar, como que intenta ofender a los demás... A través de las redes sociales somos libres entre comillas de poder ser nosotros mismos sin que nadie nos vea. Entonces la gente se siente libre de poder decir lo que le de la gana como si fuesen inmunes. Lo que intento es que la gente recapacite y que piense antes de escribir. Yo les rebato con datos.

P: ¿Te afecta el hate?

R: A mí realmente me hacen gracia. Como le dije a una amiga, empiezo a tener un poco de cariño a mis haters porque pienso que es gente que necesita cariño y atención. En mí lo buscan y yo se lo doy.

P: A veces tratas temas muy polémicos, por ejemplo la mutilación genital. ¿Qué piensas de la mutilación genital?

R: En mi país no sabía la existencia de la mutilación genital. La mamaria sí, pero la genital no. En Guinea Ecuatorial retrasan el proceso del crecimiento del pecho rompiendo la glándula mamaria. Es muy doloroso, pero también es una manera de proteger a las niñas. En cambio, la mutilación genital es una manera de dominar a la mujer, de que la mujer sea un objeto para parir nada más y que no disfrute.

P: Me ha encantado una frase que dices en 'Sigues ahí': "¿En qué sociedad la mujer es libre? En ninguna, porque siempre es cuestionada por algo". ¿De qué formas has vivido tú esto?

R: Si hablamos de estereotipos, por ejemplo, el estereotipo de la mujer africana es una mujer gorda y con curvas. De hecho, en Guinea decirle a una mujer que está muy gorda es un piropo. Entonces, claro, llegué a España y vi a mi compañera de clase que estaba buenísima y le dije: "estás muy gorda". Y casi se me suicida. Llamaron al director diciéndole que le había insultado. Y yo: "pero si no le he dicho nada malo. Solo le he dicho que está gorda". Por primera vez en la vida, me sentí acogida en una sociedad. Porque yo soy huesuda. De repente, llego a una sociedad en la que yo soy el estereotipo. Las chicas que consideraba preciosas en mi país, aquí hacen de todo para morirse de hambre y entrar en el canon de belleza. Es como: ¿en qué sociedad somos libres? Siempre se nos exige algo. En algunas culturas se nos exige ser gordas, otras delgadas, unas que nos depilemos y otras que no. Lo que me he dado cuenta es que la cultura europea es muy pedófila. ¿Cómo vas a querer a una mujer que esté completamente depilada? No somos bebés. Tenemos pelos. Lo peor de todo es que aquí se vive una libertad disfrazada. Por ejemplo, durante el confinamiento mis amigas no se depilaban y siempre me decían: "yo me depilo porque quiero". Les digo: "entonces, ¿por qué no te has depilado también en el confinamiento?" Al final no lo haces porque quieres. De hecho, estás cómoda con tus pelos. Cuando se levantó la cuarentena, vuelta todas a la cuchilla o a la maquinita. Yo también me depilo a veces, pero me doy cuenta de que lo hago por los demás y no por mí.

P: Te he escuchado hablar también de otro tema interesante: las tendencias que impulsan determinadas operaciones estéticas. ¿La sociedad actual es tan superficial? ¿Qué implica eso en la gente joven?

R: Es bastante arriesgado y debatible poner de moda las características físicas de las personas. Puedo entender la moda en la ropa, pero decir que están de moda los labios gruesos. Entonces, cuando dejen de estarlo, yo qué tengo que hacer. ¿Reducirlos? Son estas cosas que dices: ¿quién decide qué está de moda y qué no? Los rasgos físicos no tienen que ser una moda, porque por mucho que se ponga de moda ser gorda, yo nunca lo voy a conseguir. Y al revés lo mismo, porque cada persona tiene su constitución. Las modas tienen que estar en lo material. Porque sino es cuando entran en juego los complejos y los problemas mentales. Si queremos una sociedad sana, tenemos que dejarnos de modas basadas en estereotipos.

P: Hablas mucho también del pelo como símbolo de identidad y reivindicas siempre tus raíces. ¿Cuán importante es eso hoy?

R: Mi país fue colonia española hasta 1968. Nosotros hemos sido invadidos durante 500 años: 200 de España y 300 de Portugal. Hemos sido demasiado oprimidos y la mentalidad colonial todavía está muy presente porque 52 años no son nada. Tengo miembros de mi familia que nacieron durante la colonización. Eso hace que el estándar de belleza en mi país sea una chica de pelo liso y de piel clara. Hay personas afro de pelo liso y personas afro de piel clara, pero es como que siempre se intenta buscar lo que se acerca más a Occidente. Aquí en España también lo mismo. Por ejemplo, tengo una amiga que lleva trenzas y le dijeron que para trabajar se las quitase porque llamaban demasiado la atención cuando trabajaba de fontanera. Y luego, te quitas las trenzas y es peor porque tu pelo sigue llamando la atención. Al final, muchas mujeres negras afro, para no pasar por todo esto, se alisan el pelo o se ponen una peluca y ya está. Si tú ves las mujeres afro que salen en los medios de comunicación casi todas llevan peluca o el pelo liso. Ves los anuncios de televisión y lo mismo. Al final todas quieren ser iguales. Yo puedo querer alisarme el pelo un día o ponerme una peluca, pero que sienta la necesidad de hacerlo para encajar, eso es lo malo.

P: ¿Qué opinas de programas tipo el de Planeta Calleja o el Perdidos en la Tribu, que se trasladan a diferentes partes de África para conocer tribus?

R: Odio ese tipo de programas con toda mi alma. Lo único que hacen es dejarlos como salvajes, como gente que no está evolucionada. Luego tampoco explican y tampoco preguntan, porque creo que ni les interese. Quieren enseñar lo mal que viven ellos y no se llevan una enseñanza. Solo quieren hacer el postureo de mira todo lo que me ha enseñado esta gente. ¿Qué te han enseñado exactamente? ¿Qué te llevas? Solo te dicen son pobres, pero son felices. ¿Te has preguntado porque están ahí y no en la ciudad? ¿Por qué mantienen sus costumbres? No, porque no te interesa.

P: ¿Qué se debería hacer para que la multiculturalidad fuese una realidad y no solo un eslogan?

R: España es un país complicado. Se vende una imagen que realmente no es. Se vende como un país que acoge a los inmigrantes y no es verdad. España, al fin y al cabo, se beneficia de la inmigración, porque recibe fondos de la Unión Europea. Les interesa los beneficios que reciben y no los inmigrantes. ¿De qué te sirve decir vamos a acoger a inmigrantes y tenerlos viviendo de manera inhumana? Y cuando digo de manera inhumana, no quiero decir que los inmigrantes vengan a España para vivir de las ayudas. Los inmigrantes desconocen esas ayudas. La gente viene a buscar oportunidades de empleo y de vida. Lo único que quieren es que se regularice su situación. España tiene actualmente a muchos inmigrantes viviendo aquí durante más de 10 años sin ni siquiera una residencia. Luego está el tema de la visibilidad. Aquí apenas se ven negros en series o películas. En Francia o Inglaterra sí se ven. Hace dos años hubo una reunión en la ONU para firmar por la lucha antirracismo y España se abstuvo. Eso dice mucho. Luego hay gente que te dice: "con la de problemas que tenemos, como para centrarnos en esto". Al final, llegas a la conclusión de que no le importa a nadie.

P: ¿Qué podemos hacer para mejorar esta situación?

R: Lo primero que hay que hacer es escuchar a las personas. Tenemos muchas cosas que decir. Y sobre todo empatizar, porque sin la empatía no se puede hacer absolutamente nada. Nadie es capaz de meterse en el cuerpo de los demás para entender perfectamente lo que les pasa. Eso es imposible, pero somos humanos y tenemos que ser empáticos con los demás. Yo siempre pienso: ¿y si fuera yo? Escuchar, empatizar y a partir de ahí hacer leyes que favorezcan a los españoles y a los inmigrantes. Lo que no puede ser es que mi hijo haya nacido aquí y no tenga derecho a la residencia. Yo entré aquí con un visado, siendo de un país ex colonia española, y que tenga tantas complicaciones es lamentable. Me refiero, como deuda histórica nosotros deberíamos tener algún tipo de privilegio. Pero bueno, hay mucha gente en España que aún no sabe que Guinea Ecuatorial fue colonia española.

P: ¿Te ha sorprendido algún comentario por lo ignorante que era?

R: Sí, muchos me han dicho: "pero si habláis de algo que pasó hace 200 años..." No sé si es que relacionan Guinea Ecuatorial con Latinoamérica, porque sino no lo entiendo. Y otros dicen: "es como si nosotros tenemos que reclamar a los árabes por la invasión en España". Y les digo: "si tienes vivo algún miembro de tu familia, que pasó por la invasión árabe, pues sí, reclámalo." Pero claro, solo buscan hacer ruido y opacar lo que yo digo. Yo te estoy hablando de algo que pasó en el 68 y tú de algo que pasó hace muchos siglos. Además, ¿qué culpa tenemos nosotros de lo que hicieron los árabes?

P: Comentas muchas cosas buenas de las diferentes culturas de los pueblos africanos que a menudo se desconocen. ¿Por qué? ¿No interesa contar las cosas buenas de esa parte del mundo?

R: Porque lo malo es lo que vende. Las ONG se han encargado de vender pena, vender la miseria de África. Si cuentan lo bueno, a lo mejor la gente ya no donará dinero. Entonces las ONG perderán un poco de su dinero, porque el marketing suyo está en eso, en vender lo peor de África. Los documentales y programas de televisión más de lo mismo. Ahora que estamos hablando de eso, me acabo de acordar de uno que hicieron de mi país. Y claro, en mi país no hay esas tribus. Realmente a veces no son tribus, sino pueblos o aldeas. En Guinea casi no quedan. Entonces me di cuenta de que pagaron a unos chavales para que bailasen las danzas típicas de mi etnia y fue muy raro. Porque nadie baila así por la calle, solo cuando es un evento especial o una representación de algo. Se notaba que esos chavales han ido a pasar las vacaciones en el pueblo y les han dicho que hicieran el paripé. Ni siquiera lo hacían bien. Se notaba que no tenían ni idea. Aunque claro si no eres de allí, no sabes si lo hacen bien o mal. Al fin y al cabo esos programas son puro teatro. Luego está el tema del voluntariado. A mí me gustaría que los turistas y voluntarios que van a África fotografíen a los niños saliendo del colegio, el buen hotel donde seguramente se hayan alojado o el restaurante donde han comido. No solo estar ahí con la ONG y exponer a los niños como trofeos o como si fuesen la Torre Eiffel de París. África no es miseria. África es vida. Muchas veces la gente se sorprende de que en África hay coches. Les digo: "a ver en África hay 54 países." No es lo mismo Guinea Ecuatorial que Marruecos, por ejemplo. Ni Sudáfrica que Egipto. Mucha gente no sabe por ejemplo que Egipto es África. Hay mucho desconocimiento, ignorancia y mucha gente, a pesar de tener medios para poder informarse, vive en su mundo de comodidad y tampoco les interesa informarse. Hoy en día puedes viajar sin salir de casa. Internet te da muchas posibilidades.

P: Perteneces a la cultura Fang. ¿Nos podrías decir algo más de ellos?

R: Es la etnia mayoritaria de Guinea Ecuatorial. Se supone que los Fang somos un pueblo que viene de Sudan del Sur huyendo de la invasión musulmana. Nos asentamos en el centro de África y luego fuimos invadidos por el catolicismo. Una de las cosas que más me gusta de mi cultura es el respeto a la familia. Para nosotros es muy importante. Por ejemplo, no nos podemos casar entre miembros de la misma tribu porque es considerado incesto y para nosotros ese es el peor de los pecados. Por eso es muy difícil ver enfermedades de cruces de genes. Es muy difícil ver a personas con síndrome de down, por ejemplo, y es por el respeto de la sangre. Además, somos muy hospitalarios. De hecho, en las aldeas Fang siempre hay una rebanada de plátano y una garrafa de agua para que quien pase pueda comer y beber. Porque hay un dicho que dice: "la comida y el agua nunca se le niegue a nadie." Y eso me gusta mucho de mi etnia.

P: Mencionaste también una cultura africana en donde a los niños se les entrenaba para dar placer a la mujer...

R: En Rwanda hay una cultura en donde, al contrario que otras, la eyaculación femenina tiene un nombre propio: kunyaza. A los niños desde pequeños se les enseña cómo satisfacer a una mujer. Hasta que no logran que llegue al squirt, no se te considera lo suficientemente "hombre". A partir de los 8 años, a las niñas se les estimula de alguna manera para que puedan llegar, porque que una mujer llegue a eso es como un regalo de los dioses. Es bonito y curioso. Fíjate unas culturas te quitan el órgano que sirve para dar placer y otras todo lo contrario: eso no se quita, se entrena para el disfrute máximo. Por otra parte, tengo amigas de otras culturas africanas que me cuentan que de pequeñas no les dejaban conocer su cuerpo. Tocarse los genitales y explorarse a una misma se satanizaba. En cambio, en mi cultura Fang era totalmente diferente. Una de las cosas que nos enseñan de pequeñas es cómo lavar la vagina. Y claro, a partir de eso, no puedes evitar explorarte.