Focus Group: Ventajas y desventajas de opositar
- En el programa de hoy de Gen Playz hablamos sobre opositores
- ¿Es tan duro como parece?
- ¿Qué pasa cuando no consigues plaza?
De pequeños soñamos con ser astronautas, médicos o influencers. Luego creces y te das cuenta de que lo que realmente quieres ser es funcionario. Según un estudio el 48% de los jóvenes entre 18 y 34 años elegiría trabajar como funcionario en el sector público, y el 56% prefiere opositar antes que crear su propia empresa.Pero ¿es vocacional? ¿Cómo es realmente presentarte a una oposición? Y lo más preocupante de todo: ¿Qué pasa cuando finalmente no consigues plaza?
Nos acompañan Cecilia Dengra, content manager en Parques Reunidos; Óscar Padilla, profesor de historia; Leire Armenda, inspectora de Hacienda; Iván Palomo, opositor a Policía Local; Patricia Rey, opositora a Maestros de Educación Primaria; David Fuentes, director de Formación Ninja y Opoland.
¿Cómo es realmente opositar?
“La gente me pregunta que cómo soy capaz de no estudiar los fines de semana y yo les digo que primero soy yo y luego son las oposiciones, me organizo para que de lunes a viernes me de tiempo a estudiar, no voy a dejar de vivir ni a dejar de relacionarme porque si tienes la salud mental por los suelos, la oposición no se puede llevar”, se queja Patri.
Ceci, que ha estado opositando cuatro años y lo ha tenido que dejar por salud mental, le responde: “Eso se lleva genial al principio, yo también decía que no iba a perder mi vida social, y según iban pasando los años, tu esfera social se reduce al 1% y tienes que acabar todas las horas posibles del día”.
“Para mí los fines de semana eran sagrados para despejar la mente”, Óscar. El profesor nos cuenta que daba igual si llovía o tronaba, que para él los sábados y domingos eran solamente para él mismo. En cambio, Leire se siente muy identificada con Ceci: “Yo pensaba que todo el mundo era un exagerado, pero luego el número de horas que estudiaba al día era bestial, unas 12 o 13 horas al día caían, era muy loco, es muy complicado y hay momentos muy duros pero no puedes renunciar a esa autoexigencia porque si no no llegas”.
“Al final hay 40.000 personas para 2.000 plazas, entonces va a haber 38.000 que no lo consiguen, yo iba fuerte desde el principio, duele y lloras, pero si lo consigues es de puta madre”, reconoce David orgulloso de su esfuerzo. Eso sí, las oposiciones le han hecho perder amigos: “Los de verdad se quedan, pero ya está, consigues otros opositores”.