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ICONOS PLAYZ

Jaime Lorente: "Cada vez que cumplo años me reconcilio con mi parte más infantil"

  • El actor de series como La casa de papel o El Cid nos desvela de dónde viene su pasión por la música
  • "Siento la libertad de no tener que defender lo que hago delante de nadie"
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Jaime Lorente: "Estoy reconciliado con mis partes variantes e inestables"

Lleva años dedicándose a la interpretación, pero fue durante el confinamiento cuando decidió dar el paso a su otra pasión: la música. Hablamos de Jaime Lorente, actor de series como La Casa de Papel o El Cid y que tras años lidiando con una fama que lo ha llevado a recorrer ambos hemisferios, ha encontrado una libertad artísitca que le ha permitido indagar en su creatividad musical y crear temas como "Guapo y Loco".

Detrás de "Corazón", "Sra Smit" o su último tema junto a Natos se encuentra Pablo Gareta, el productor que confió en él y que lleva a cabo todas y cada una de las canciones que va lanzando al mercado. "Durante el confinamiento di con una masterclass de Pablo que hacía en una escuela de música y me la tragué entera", explica Jaime. "Dije Dios, qué tío más interesante, le voy a contactar. Lo busqué, vi que era el productor de Natos y Waor, y dije este tío es bueno, ¿no? Le escribí por Instagram y me dijo: "vente un día al estudio" -obviamente cuando termine el confinamiento-. Y aquí que me vine". ¿Cuáles son sus proyectos a corto y medio plazo? ¿Qué motivaciones hay tras la música que publica? Así nos lo contó durante su paso por Iconos Playz.

"Me emociona mucho ver cómo nacen las cosas"

Uno de los poemas de A propósito de tu boca dice: "¿Cuántas veces he de convertir mi piel en papel para que dejes de romper cada palabra que me define?". ¿Cómo te definirías a ti mismo?

Jaime: Qué pregunta más complicada. (Piensa) Conforme más pasa el tiempo, menos sé definirme de verdad y más tranquilo me hace estar. Estoy reconciliado con mis partes variantes, cambiantes e inestables. No lo sé (ríe). Soy un intérprete de las cosas.

Venías de hacer mucha tele, teatro… pero tengo la sensación de que la música te ha dado la posibilidad de crear algo desde cero. ¿Te ha permitido ser más libre?

Jaime: Sí. Es verdad que uno como actor tiene un espacio determinado para contar cosas. El trabajo de los demás también influye mucho, pero en la música de repente he encontrado un refugio donde me siento partícipe de todo, desde el minuto cero hasta que se termina una canción. Y más con Pablo, que tengo una relación increíble. Me emociona mucho ver cómo nacen las cosas, cómo florecen, cómo siguen ahí.

¿En qué momento vital y profesional estabas cuando te diste cuenta de que tenías la necesidad de comenzar a dejar tu huella a través de tus canciones?

Jaime: No tenía ninguna necesidad, la verdad. Creo. O sea no sé si ha sido una cosa de necesidad. Esto me pasó en el confinamiento porque venía de tres años en los que desde La casa de papel no había parado de currar, iba a tope. No había parado. Y de repente en el confinamiento me encierran en casa, nos encierran en casa, y dije "guau, ¿qué hago?". A mí me ha encantado siempre rapear, me gusta mucho. Y digo va, voy a tirarle, voy a ver qué pasa. Y empecé y de casualidad conocí a Pablo. Y hasta aquí.

"Siento la libertad de no tener que defender mi música delante de nadie"

¿Cuál fue la primera canción que salió del estudio?

Jaime: La primera que nació fue una canción que jamás nadie sabrá cuál es. Tremendo ñordo. Tremenda mierda de tema. Pero hace dos días se lo decía a Pablo. Estaba revisando toda la parte de archivos que tienes en WhatsApp y tenemos millones de audios. Estuve revisando por gusto los primeros que tuvimos y dije madre mía, el tío confió mucho en mí (ríe). Confió muchísimo. Lo vio, él se dedica a esto de toda la vida, sabe perfectamente cuándo hay algo donde se puede rascar o no.

Cada uno interpreta la música en función de sus experiencias o forma de ver la vida. Pero… ¿Cuáles son las motivaciones que están dertás de cada tema? ¿Qué propósito tienes con ellos?

Jaime: Depende de cada canción, depende de cada momento. También es verdad que la música que estamos haciendo Pablo y yo es un reflejo de la relación que tenemos. De la amistad que ha surgido, de la confianza que nos tenemos. No hay algo general que me estimule para componer. Componemos muchísimo aquí. Yo compongo mucho aquí. Depende del beat que Pablo me pase, depende de lo que generemos aquí, depende de cómo me levante ese día... Por eso me gusta tanto, ¿no? Porque me siento muy poco obligado por hacer las cosas por algo en concreto. De repente me ha apetecido hacer esto y lo voy a hacer. Me parece buena idea y tengo una persona al lado que lo convierte en realidad. Entonces, ¿qué me motiva? Pues la libertad que siento de no tener que defender esto delante de nadie y no tener que dar explicaciones.

¿Cómo nace el proceso de componer?

Jaime: Depende. Lo mismo Pablo compone un beat, produce un beat de aquí en el estudio y me dice: "tío me he hecho esto". Me lo pasa, yo lo escucho, me surge algo, lo escribo, venimos aquí, lo grabamos... Muchas veces yo me grabo las a capellas en casa con el móvil y las monto aquí para saber si el rollo tiene sentido. O simplemente escuchando música de Youtube, me genera algo y le paso el beat a Pablo. Entonces él a raíz de eso genera otra cosa que me la vuelve a pasar... Yo escribo otra cosa totalmente diferente a lo que haya hecho... Es un poco libre, ¿no? O venimos aquí con Jack, que es el guitarrista, y empieza a tocar algo e improvisamos. Hay muchas formas.

¿Crees que la música te invita a frenar? ¿Te hace parar un poco el ritmo?

Jaime: Sí, me hace reencontrarme un poco con lo que soy, con mi esencia. Y ya está. Tiene un momento para ti, para generar las cosas que tú quieres, para bajar un cambio, tocar tierra... Sí.

"Todo lo que tenga que ver con el arte me genera mucho nervio"

¿Te pasa eso de que a la cara te cuesta mostrar tus sentimientos, pero luego a la hora de componer o escribir fluyes fácil?

Jaime: Sí. Yo creo que un poco el arte es el refugio de eso. Muchas veces, también pensando en lo poético como concepto y tal, lo artístico es la única forma de darle forma a las cosas que no tienen forma. Muchas cosas que en tu lenguaje cotidiano, el que utilizas todos los días, no sabes explicar. Y a través del arte, que es algo más abstracto, le encuentras su lugar y uno lo libera.

A nivel mental, ¿cómo lo haces para gestionarlo todo y que salga bien? ¿Cómo rediriges el pensamiento para no colapsar y sacar todo adelante?

Jaime: Se lo decía a Pablo el otro día. Digo tío, se acerca la fecha y pienso... ¿cuándo te pareció buena idea esto? Digo qué necesidad (ríe). Pero bueno, me lo paso muy bien. Con tranquilidad. Confío mucho en Pablo y en lo que estamos haciendo. La verdad es que me lo creo todo, así que lo que quiero es pasármelo bien y que la gente también se lo pase bien.

¿Te genera nervios saber que te vas a subir a un escenario?

Jaime: Sí, sí, me genera nervios siempre. Todo lo que tenga que ver con el arte, a pesar de haber hecho muchísimo teatro, siempre que me subo a un escenario tengo mucho nervio.

"Hemos vivido siempre poniéndonos la careta de 'somos mayores'"

Fui a la penúltima función que hiciste de Matar Cansa en Madrid. Ese monólogo te invitaba a conocer las facetas del ser humano y aprender a abrazar un poco el lado oscuro. ¿Qué has descubierto tú en estos últimos años sobre ti mismo que hace quizás 5 años no sabías?

Jaime: Yo no sé exactamente cómo responderte a esto, pero sí que es verdad que el otro día estaba rodando una película en Barcelona y había un chaval de la película, de veinti muy pocos. Yo tengo treinta y hablando de la edad, digo tío, "soy cada vez más joven". Sé que es típico decir esto, pero cada vez que cumplo años me reconcilio más con una parte infantil que tengo, pero no de forma peyorativa, sino de forma positiva. Parte infantil de saber disfrutar de las cosas. Desde un lado incluso inocente, de perder el juicio que he tenido siempre sobre tener que demostrar. También como generación hemos vivido todos intentando interpretar el papel de gente mayor, ¿no? A mi me pasaba en la escuela. Yo estudié teatro en la Escuela de Arte Dramático de Murcia y solo hacía papeles de gente mayor porque nadie escribe para gente joven. Y es un poco reflejo de la sociedad. Hemos vivido siempre poniendo la careta de "somos mayores". Y es mentira. Y yo ahora me voy quitando capas y voy disfrutando mucho más de mi parte infantil. Y me he dado cuenta de que hay que ser un poquito más niño.

¿Qué sueño tenías de pequeño y has visto cumplido?

Jaime: Es que también soy de sueños dispersos, no sé. Nunca he tenido sueños... como muy grandes, muy... Es decir, esto de "cuándo tenga 30 años..." o "quiero conseguir esto dentro de 15". Nunca. Siempre me ha apetecido algo y lo he intentado hacer en el momento. Así que no lo sé. De vez en cuando me apetecen cosas raras.

¿Le darías algún consejo a tu “yo” de hace 10, por ejemplo?

Jaime: Yo no, porque si le digo algo... Yo ahora mismo estoy muy contento y muy orgulloso de dónde estoy. Si le digo algo que me pueda hacer cambiar el hecho de estar aquí... Me arrepentiría. Es una paradoja, pero bueno.

¿Próximos proyectos?

Jaime: Tengo para este año dos series, pero no puedo contar mucho. Una serie con David Victori que empezamos en marzo y otra de la que sí que sí no puedo decir nada de nada. Y música palante, toda la que venga.