¿Existe el canibalismo en 2022? La respuesta quizá se te atragante
GEN PLAYZ
- Ya sea en casos límites de supervivencia, tribus de costumbres cuestionables o casos turbios de crímenes mediáticos, lo cierto es que aún hay humanos que se comen a otros humanos
Sé que muchos estaréis pensando: “¿Qué me viene a contar ahora este?”. Pues sí, vamos a hablar de canibalismo porque... existe. Primero, vamos a dejar claro que estamos hablando de canibalismo entre humanos. El canibalismo está presente en muchas especies, a todos os sonarán casos de hamsters que se comen a sus crías o crías que se comen a sus madres, pero lo que nos ocupa aquí es la antropofagia, la acción de comer humanos por su misma especie.
La información sobre este asunto suele llegar en forma de las películas, como ese Hannibal Lecter maravillosamente interpretado por Anthony Hopkins en ‘El silencio de los corderos’ o por sus secuelas y precuela ‘Hannibal’ y ‘El dragón rojo’. O, sin ser tan escabroso, el caso real de la película ‘Viven’, en la que unos montañeros atrapados no tienen más remedio que comerse a sus compañeros fallecidos para poder sobrevivir. Suena todo a ficción, parece algo imposible, algo de lo que no se habla, un tema tabú, pero lo cierto es que es una práctica que a día de hoy se sigue llevando a cabo, por increíble que parezca.
En 1980 la pelicula ‘Holocausto Canibal’ impactó al mundo entero trayendo algo tan desconocido y traumático como es la antropofagia de una forma cercana, rodada como un falso documental y con unos efectos especiales hiperrealistas, que hacían creer que todo lo que se veía en la cinta era real, alargando la leyenda de sus imágenes durante décadas.
Y tú, ¿serías capaz de probar la carne humana? Contesta va, piénsalo. Es una pregunta con muchísimos matices, depende de dónde salga la carne, en qué circunstancias, depende de si es cruda o cocinada... son muchas variables, hay casos en la historia reciente bastante sonados como el alemán Armin Meiwes, que desde pequeño soñaba con comerse a una persona y a través de internet contactó con Bernd Brandes, que con sus 43 años accedió a que le amputasen el pene y se lo comiesen entre los dos. Previamente cocinado, eso sí. La locura de ambos llegó a tal punto que Bernd le dejó que le asesinara, para filetear su cuerpo, congelarlo y que el bueno de Armin fuese picoteando de vez en cuando. Aunque hubiese consentimiento, el caso fue muy sonado, saliendo en los medios de comunicación de todo el mundo como sucedió en 2009 con el de dos hermanos rusos que mataron a su hermano mayor y, para que no encontraran su cadáver, se lo fueron comiendo a lo largo de seis meses. Existen quedadas de canibalismo, que suena a locura total y lo es. Imagínate quedar por la Deep Web con un grupo de personas y que una de ellas deje que le coman una pierna, como si se tratase de una barbacoa con amigos el finde. Si tu cabeza no es capaz de asimilar algo así es muy buena señal.
Sin ser ningún experto, yo catalogo el canibalismo en tres tipos:
- El de supervivencia, cuando -como en la película que mencioné antes- no hay otra solución para continuar con vida. Ha sucedido en más de una ocasión.
- El de homicidio, es obvio que en muchos casos tiene que haber una muerte para poder llegar a alimentarse de carne humana, hablo de los episodios más criminales y todo lo que envuelve a esos sucesos.
- El cultural, hay datos incluso de la prehistoria que revelan que se hacían ritos, magias, venganzas o acciones de liberación espiritual. Y de aquí saltamos al canibalismo del presente, del que no se habla pero existe.
En la actualidad hay sociedades donde el canibalismo se sigue realizando, está aceptado y normalizado. En Sierra Leona se originó la tribu de los Piel de Leopardo, ahora extendida por más territorios. Se dice que son muy violentos con los turistas, les asesinan, les desgarran la carne y se la comen. Al parecer argumentan que esto les da mucha más fuerza.
En la India tenemos a los más temidos del planeta, los monjes Aghori, viven al margen de la sociedad, alrededor de ellos hay todo tipo de leyendas terroríficas, pues andan desnudos, utilizan un dialecto que solo ellos conocen, nadie se puede acercar a ellos porque atacan y no le dan ningún valor a la vida humana. Utilizan cráneos humanos como recipientes y se les ha visto haciendo rituales encima de los cuerpos. Se comen su carne y beben su sangre. Entre otras, cosas se dice que son capaces de adivinar el futuro con muchísima exactitud.
En Perú está la misteriosa tribu de los Amahuacas, con unos quinientos guerreros y cazadores expertos, obligados por unos esclavistas del siglo XIX a trasladarse hacia el interior de la selva y con los que nunca más se ha tenido contacto. Su forma de practicar el canibalismo es enterrar el cuerpo de una persona cuando muere por causas naturales, desenterrarlo al mes y cocinarlo en una cacerola enorme al fuego. Después se lo comen y creen que así mantienen su alma dentro de su cuerpo.
En Nueva Guinea tenemos a los Korowai que, al igual que los Amahuacas, no utilizan la violencia. Cuando un familiar se pone enfermo, dicen que un demonio se está comiendo sus órganos y al morir se lo comen mientras el diablo está dentro, para que él no se lo coma. En Brasil está la tribu de los Wari, que practica el endocanibalismo, una vez una persona de su tribu ha fallecido, esperan unos días, y se comen sus órganos mientras dejan que la piel se descomponga de forma natural. Se calcula que hay unas 1.500 personitas Wari en la actualidad.
Si has leído hasta aquí es porque eres una persona curiosa o porque este tema te resulta de interés. Y no eres el único, tanta curiosidad despierta el tema que ya en el siglo XVII y XVIII se utilizaban partes del cuerpo humano para hacer medicinas, los verdugos vendían estas partes y por ejemplo el cráneo se machacaba y se mezclaba con hierbas para hacer pociones, entre otras utilidades. En los últimos años incluso se han hecho estudios sobre la carne humana. Según James Cole, "cuando nos comparamos con otros animales, no somos para nada nutritivos”. Y se ha dicho también que sabe como la carne de cerdo, un poco más amarga pero “exquisita”. Esto último, según un caníbal que consumió unos 20 kilos de su propia carne (un poco egocéntrico el tipo).
Quiero terminar este artículo recordándote que tú también haces uso del autocanibalismo, pues todos alguna vez nos hemos comido alguna uña o pellejo, o alguna cosa peor. Otra cosa distinta es si algún canibal te dice “te como la cara”. En ese caso, conviene asegurarse muy bien de que no lo está diciendo de manera literal.
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HÉCTOR HERRANZ 'EUDE' (Madrid) Escritor y organizador de eventos, freestyler y entregado al hiphop y el reggae. Amante de la historia, del cine, la lectura, los videojuegos y todo lo oculto o esotérico.