Las mejores pelis de miedo para ver este Halloween en salas de cine
Viajes pesadillescos en familia, cine de terror de autor, horror gótico, la nueva de Jordan Peele y sorprendentes óperas primas para celebrar a gritos frente a la gran pantalla. ¿Truco o trato?
Vuelve Halloween, esa fiesta donde los niños quieren ver cosas de adultos y los adultos se comportan como niños, esa fecha donde nos gusta ser americanos pero sin gastarnos 15.000 euros en decorar nuestra casita de Beverly Hills. Para algunos una excusa para salir de fiesta, para otros un motivo para disfrazarse, pero siempre con un punto en común: el terror. Y como yo sé que os gusta el morbo y pasar miedo os traigo varias películas que podréis encontrar este Halloween en el cine. Porque ver una peli de miedo a oscuras y en pantalla grande siempre es un planazo, pero en estas fechas aún más. Hoy no hay cubo de palomitas, hoy cogemos una cestita con forma de calabaza y caramelitos rancios.
2022 ha sido un gran año para los amantes del cine de terror, con regresos muy esperados como Scream, todo un homenaje a la saga y al reciente desaparecido Wes Craven, una maravillosa The Medium “la película tailandesa que daba tanto miedo que se proyectaba con las luces encendidas”, la vuelta de Álex de la Iglesia al terror con Veneciafrenia, retornos míticos lanzados directamente a las plataformas digitales como La matanza de Texas, Predator o Jeepers Creepers, la maravillosa Black Phone de Scott Derrickson con un Ethan Hawke soberbio o sorpresas inesperadas como X. Pero ahora toca hacer lista de películas de terror estrenadas en los últimos tres meses que aún podéis encontrar en alguna sala de cine de vuestra ciudad. Preparaos porque hay para todos los gustos. Me las he visto todas en sala y os voy a dar mi opinión más sincera sobre ellas.
Una de las más desconocidas pero bastante interesante es Fall (Scott Mann), una película que básicamente nos cuenta la historia de dos amigas aficionadas a la escalada que un año después de un trágico accidente en el que fallece el novio de una de ellas, deciden ascender a lo alto de la torre de televisión más alta de Estados Unidos. Nada más y nada menos que 600 metros de altura, con una base de apenas dos metros cuadrados. Obviamente, cuando intentan bajar no pueden. Una cinta que nos hace sentir la angustia de sus protagonistas y está rodada de manera, con planos y fotografía magistrales. Personalmente, me sobra una trama secundaria centrada en cosas externas a esa cima y el primer tercio de película, que nos sirve como introducción pero lo que queremos es ver a esas dos pobres sufriendo ahí arriba. Pese a que no parezca más que una torre y dos chicas, hay un giro casi al final que te dejará con la boca abierta y un par de escenas bastante fuertes que te cogen totalmente desprevenido. Pese a pasar más de una hora de metraje en una torre, la película no aburre en ningún momento.
Este año también tuvimos el regreso de la huérfana con La Huerfana; Primer Asesinato (William Brent Bell), este filme que ha dividido a público y crítica nos pone sobre el papel una historia anterior a la primera parte estrenada en 2009, haciendo las veces de precuela. Es una película de extremos, o te saca completamente de la experiencia o entras del todo y la disfrutas, ya que tiene dos apuestas demasiado arriesgadas. La primera es rescatar a la misma actriz de hace trece años para hacer de niña, y cómo consigue hacerte creer que lo es, pero el segundo giro (o plot twists), que nos lleva a la norma no escrita del cine de terror de “giro dramático en el tercer acto” nos dejará con el culo torcido, poca gente se lo espera y a mí en lo personal me gustó muchísimo el delirio que plantea y me pareció una digna “continuación-precuela-complemento”, como mínimo a la altura de la anterior cinta de nuestro querido Jauma Collet Serra.
Los que les guste el género de animales, criaturas o monstruos también tienen su porción. La bestia (Baltasar Kormákur) nos pone en la piel de un Idris Elba grandioso y creíble, que nos lleva a un viaje a África con sus dos hijas. Lo que parece ser un viaje placentero pronto se convierte en una pesadilla, pues un león más grande, fuerte y salvaje de lo normal está sembrando el caos y vengándose del ser humano, matando todo lo que encuentra en su camino. Así la cinta se convierte de golpe en un thriller de supervivencia de lo más dinámico, ágil y estimulante, pues la película te hará saltar varias veces de la butaca. Lo que parece un intento simplón de llevar la fórmula de Tiburón a otro terreno se convierte en una película que, sin huir de los clichés, nos mantiene durante más de una hora con los ojos como platos y, además, el plano técnico es intachable. En todo momento parece que el León es real, no se nota el abuso de lo digital.
Y seguimos porque los amantes del horror gótico también tienen su ración. Una película súper esperada y a mi parecer muy injustamente crucificada es La Invitación (Jessica M. Thompson), estrenada hace poco más de un mes. Nos pone en la piel de Evie, una mujer que tras la muerte de su madre se encuentra sola y utiliza una nueva aplicación para conocer a tus antepasados o familiares lejanos a través de tu ADN. Así conoce a su otra familia, y viaja de Estados unidos a Londres a lo que parece ser una boda, con su consecuente reunión familiar. Lo que empieza pareciendo una lucha de clases, o una crítica a la riqueza sobre la pobreza pronto empieza a torcerse. Es difícil contar la trama sin entrar en spoilers o sin destrozar el giro final, pero es una película con tres actos muy bien diferenciados, en los que la sutileza funciona mejor que la acción, con una historia romántica de por medio muy potente y con una escena climática de las más incómodas del año. Menospreciada por público y crítica, es entretenida, bonita y la historia -aunque trillada- está bien tratada.
Tenemos también disponible en algunas salas independientes Men (Alex Garland), podríamos catalogarla como “terror elevado”, un término que me horroriza ya que me parece clasista y pedante a más no poder, pero lo describo así para que me entendáis. Podría ser perfectamente una obra de Eggers o de Ari Aster, no es una película para todo el mundo, tiene un tono pausado y de hecho varias partes de la película logran captar tu atención por los silencios, bien llevados, y por unos planos preciosos. Si os cuento la historia como resumen parece de comedia romántica, pues trata de una mujer que huye a un pueblo para evadirse después del suicidio del hombre con el que se acababa de divorciar. Pero todo se torna gris cuando los distintos hombres que aparecen la hacen revivir sus traumas. Es una película de autor, en cierta forma de libre interpretación y en la que el espectador tiene que poner de su parte, pero si os logra embaucar os aseguro que quedaréis fascinados. Su música, fotografía y atmósfera atrapan de forma misteriosa. Para muchos es la pelicula de terror del año.
Hemos repasado ya horror gótico, cintas de bestias, terror elevado y thriller de supervivencia. No podía faltar el género de los géneros: el slasher, y qué mejor forma que con la última de Halloween. Con Halloween Ends (David Gordon Green) llegamos al final de la nueva trilogía de Michael Mayers, con una Jamie Lee Curtis incombustible. Siempre fui muy defensor, pues las dos anteriores me parecieron muy dignas sucesoras de las películas originales del maestro John Carpenter, pero en este caso la decepción es mayúscula. Si visteis la anterior sabréis que muere hasta el apuntador, es un final muy fuerte, desembocado por una trama que sabe nivelar muy bien los momentos tensos con los narrativos, pues esta última parte es justo todo lo contrario, con una primera hora de metraje en la que prácticamente no pasa nada. Nos presentan a un nuevo personaje que no conocemos ni queremos conocer para luego supuestamente empatizar con él, en un intento fallido de entender al malo o al menos no cuestionar las razones que llevan a alguien que ha sufrido a tomar ciertas decisiones (asesinatos, venganza, etc). El final no está del todo mal, pero la insistencia de introducir a estas alturas a un nuevo personaje no termino de entenderlo. Podría resumirse como digno final de una saga y de un personaje icónico, pero película innecesaria. Una pena.
Y vamos con la película de terror más esperada del año: NOP! (Jordan Pelee). Y es que después de Déjame Salir y Nosotros no es para menos, de hecho este director tiene el récord del mundo de ser el único que sus tres primeras películas han sobrepasado la barrera de los 100 millones de dólares de recaudación. Con todo esto la pregunta es si esta cinta ha sobrevivido al hype. Y la respuesta es... lamentablemente Nop!. No es que sea mala, ni mucho menos, es que las dos anteriores son demasiado buenas, así que la culpa es nuestra por ponernos las expectativas por las nubes. La trama podría dividirse en dos, con una subtrama a modo de flashbacks. La primera hora nos presenta a los personajes, su vida, nos muestra un tono de humor, incluso el rancho donde se va a llevar a cabo la segunda ronda, en la que parece una película de criaturas al estilo La niebla o Temblores. El problema de Nop! es que deja varios frentes abiertos, o algunas cosas que parecía que tenían peso resulta que se queda en algo insulso, no termina de centrarse en nada en concreto e incluso cuando la criatura hace acto de presencia (una hora y media después de empezar) no le saca todo el provecho que se podría (estilo La guerra de los mundos) Es un ejemplo claro de que las comparaciones son odiosas, pero cuando el 90% del marketing de una película lo centran en que es del director de Déjame salir y de Nosotros pues es la propia compañía la que nos obliga a comparar.
Y he dejado para el final la gran sorpresa del año, la ópera prima de Parker Finn, un director que ya tenemos todos en el punto de mira gracias a Smile, Una película sin tapujos, terror puro, con tintes de investigación como The Ring, Toques de giallo y criaturesco como Maligno. De hecho va mamando de aquí y de allá para hacer un viaje de dos horas sin respiro, recuerda a los mejores tiempos de James Wan, y eso es un gran piropo.
No la veáis como una cinta al uso, vedla como una parte de la vida de su protagonista y entonces entenderéis cómo funciona la trama en su cabeza. Porque Smile es eso, cinco días en la vida de una psiquiatra que ve como una paciente recién llegada se suicida en su consulta mientras dibuja una sonrisa espeluznante en su cara. De ahí veremos cómo pasa los siguientes días, investigando los porqués, teniendo sus propias visiones y estando cada vez más desquiciada. Tiene sustos, gore, tensión, escenas que serán historia del cine y sobre todo un final apoteósico donde la película se desnuda del todo, porque no le da miedo ofrecerle todo al espectador. Algunos dicen que está plagada de clichés, y es lo primero que os he dicho, que tiene tintes de varias películas, pero también veremos como juega con el color, como tiene planos a lo David Lynch que sin saber porque te hacen sentir incómodo, y tiene pequeños detalles que nos hacen entrever que este director novel nos dará muchas alegrías (o disgustos) en el futuro. Supongo que es un gran fan del terror que ha hecho la película que siempre le habría gustado ver, y eso es una delicia.
Y hasta aquí las películas que podéis encontrar aún en salas. Pero no os relajéis mucho, porque en las próximas semanas tendremos otra buena ración de terror. Apuntad 13 exorcismos, del director de Malasaña 32 y también basada en hechos reales, Venus de Jaume Balagueró con una Ester Expósito magistral. Speak No Evil, de Christian Tafdrup con un tercer acto que seguramente se haga viral por lo cruel (y lo innecesario en mi opinión). Megan, dirigida por Gerard Johnstone y escrita por nada más y nada menos que por James Wan, en la que cuentan la historia de una muñeca hiperrealista con complejo de Chuky.
Solo me queda desear que paséis unos días de Halloween de miedo y que disfrutéis del cine y de este artículo al menos la mitad de lo que yo lo he hecho.
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Eude, Héctor Herranz (Madrid) - Escritor y organizador de eventos, freestyler y entregado al hiphop y el reggae. Amante de la historia, del cine, la lectura, los videojuegos y todo lo oculto o esotérico.