¿Por qué Shrek es una de las películas más importantes de las últimas décadas?
- La cinta de DreamWorks forma parte de la identidad de las dos generaciones que configuramos la cultura de internet del presente
- Es una de las fuentes principales de inspiración para el mundo meme y el shitposting
Imaginamos (y esperamos) que todo el mundo que lea esto sabrá qué es Shrek pero, por si acaso, te lo contamos: es una franquicia de películas basada en un libro de 1990 de William Steig. DreamWorks Animation fue la productora encargada de llevar estas películas al cine y además supuso su gran éxito frente a Disney, el titán de la animación del momento. Las películas cuentan la historia de un ogro que, para recuperar su ciénaga, acepta el encargo de ir a salvar a una princesa en compañía de un asno parlanchín. Por el camino viven muchas aventuras y además descubren que Fiona, la princesa, tiene una maldición por la cual se transforma en ogra y que además se quedará eternamente con esta forma si no recibe un beso de amor. Obviamente se acaban enamorando y todos felices pero, ¿qué es lo que hace tan especial esta película que le estamos dedicando un artículo?
Muchísimas películas a lo largo de la historia se han hecho famosas por múltiples motivos: algunas han marcado un antes y un después en la historia del cine, otras han influido en el curso de la historia, algunas han sido muy polémicas y otras, simplemente, pasan a formar parte de la cultura de a pie y se quedan en el día a día de la sociedad infinitamente. Esto último es lo que ha pasado con la saga de Shrek, especialmente con Shrek (2001) y Shrek 2 (2004). Aunque también podemos añadir las películas de El Gato con Botas, uno de los personajes más celebrados de Antonio Banderas fuera de España y que incluso en su última entrega desplazó a Avatar 2: El sentido del agua en taquilla, semanas después de su estreno en España o Argentina.
@antoniobanderas Pussssssss innnnn booooooooootssssss!! �� #Oscars95 #PussInBootsTheLastWish #oscars ♬ sonido original - Antonio Banderas
En parte, el éxito que tuvo desde su estreno viene dado porque la historia de Shrek rompe los moldes de los cuentos clásicos. Los niños y niñas nacidos en los 90 veníamos de películas épicas en las que las princesas comenzaban a independizarse y a vivir aventuras pero en las que al final acaban enamorándose como pasaba con Mulán o Esmeralda en el Jorobado de Nôtre Dame. Además, estos personajes solían estar superestereotipados ya fuese por su cultura, su etnia o su edad entre otras razones. Sobra decir que jamás hubo un personaje LGTBIQ+ en ninguna de las películas de animación de mi infancia, pero es que ni siquiera alguien que se saliese de los estereotipos de género que yo recuerde. Quizá me equivoco, pero lo máximo que se me viene a la mente es la actitud de Mulán en sí como chica desastrosa y despistada (como si eso no fuese “cosa de chicas”) y, obviamente, que se vista como un chico para alistarse en el ejército además de que sobre el final de la película sus amigos se vistan de mujer para colarse en el palacio del Emperador.
El caso es que en Shrek nos encontramos con una princesa que decide quedarse con aspecto de ogra (es decir, lo que se entiende por “fea” según el canon de belleza actual) en lugar de con su aspecto de princesa de cuento de hadas. Además, hace karate, eructa, hace estallar a pájaros con los agudos de su canto y no necesita que nadie la proteja. Ella misma ha vivido soñando con encontrar a su príncipe ideal desde que es pequeña, por su maldición y lo que ha aprendido en palacio, y se enamora de Shrek tal y como es. Es capaz de tomar sus propias decisiones sin importar lo que piense la sociedad o su entorno. Además, los personajes secundarios son de lo más variopinto que puede haber, como en los cuentos clásicos, vaya.
Tenemos un lobo feroz vestido de abuelita; un asno pesadísimo que se enamora de una dragona; Doris, una hermanastra de Cenicienta que es una mujer trans y que organiza el baby shower de Fiona mostrando que es una de sus mejores amigas; un hada madrina mala y egoísta, al contrario de como suele suceder en los cuentos clásicos; tres ratoncitos ciegos; un señorito hecho de galleta que es de los preferidos de la serie; un gato andaluz que conquista al mundo con sus ojitos de cachorrito abandonado, es decir, “con su cara de gatito de Shrek” y un largo número de personajes diversos que han envejecido fenomenal por lo general y con los que inevitablemente van a identificarse más personas que con una princesa rubia que quiere casarse y tener dulces retoños. El mundo es más como Shrek que como La Bella Durmiente, le pese a quien le pese.
¿Por qué sigue siendo tan popular?
Entre toda esta amalgama de personajes está el protagonista que da título a la película, Shrek, un ogro que sufre el rechazo de la sociedad por las ideas preconcebidas que se tiene de los ogros y que Estela Ortiz, en su video ‘Metalenguaje y alteridad en la saga SHREK’, deshilacha muy bien la película y define a nuestro querido ogro de manera muy bonita: “Él mismo en una escena le dice al asno: “No me conocen y se atreven a juzgarme, por eso estoy mejor solo”. Es decir, ha sido rechazado tantas veces por los demás que acaba rechazándose a sí mismo, acaba interiorizando la idea que los demás tienen de él y acaba utilizando esa idea para asustar al resto. Es decir, esos carteles que tiene en su casa de “Atención con el ogro” es una forma de hacer que los otros estén lejos, de quedarse solo porque sabe que los otros en realidad tienen una concepción mala de él y que lo van a rechazar, entonces es una forma de protegerse, digamos”. Todas aquellas personas que sufren algún tipo de opresión o rechazo es muy posible que se identifiquen con Shrek en cierta manera.
Todo esto explicaría por qué Shrek triunfó en su estreno y por qué a día de hoy no ha quedado demasiado desfasada en cuanto a personajes y trama se refiere pero, ¿por qué sigue siendo tan, tan popular? Pues con cero unidades de sorpresa, como casi todo hoy en día, es debido a la cultura meme. Shrek es una de las fuentes principales de inspiración para el mundo meme y el “shitposting”, una de las tendencias más relevantes en internet desde que en 2016 incluso Trump la utilizase como estrategia en las elecciones de Estados Unidos y que hoy en día es una de las estrategias de marketing más conocidas para muchas marcas que quieren llegar a la generación Z y consiste en publicar cosas absurdas, cero trabajadas y estéticas con un tono completamente irónico.
La propia película en sí misma tiene un humor característico de los millennials más jóvenes y de la propia generación Z y que, de hecho, como afirma Estela Ortiz en su video: “Shrek no solo es un referente para el propio género sino que también, desde mi punto de vista ha transformado el lenguaje y el humor de las generaciones más jóvenes, o sea que de alguna manera es una peli que ha tenido una gran influencia en lo que conocemos como la cultura meme y en los códigos del humor que usamos a día de hoy”. Es decir, que la película puede ser el punto de partida para la configuración del mundo meme en sí, y no al revés.
Shrek se convierte en una especie de refugio en la que nos sentimos cómodos, tanto viéndola como expresándonos a través de ella, y creo que por esto es una de las películas más importantes de nuestra generación. No hace falta que sea una obra épica en la que aparecen cientos de miles de actores y se hayan gastado millones de euros en efectos, caterings y técnicas innovadoras para la industria del cine para que sea tan relevante e incluso esto es una clave para entender la cultura actual. Muchas veces funciona mejor y es más relevante algo hecho en dos minutos que una superproducción. Además, esta película cala de manera intergeneracional, ya que sus chistes hacen gracia a ancianos, adultos, jóvenes y niños. Y forma parte de la identidad de dos generaciones, precisamente las que configuran la cultura de internet del presente, influyendo en su concepción de la sociedad como no lo ha hecho ninguna otra cinta en los últimos años.