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Intensamente Olímpicos: así gestionan los deportistas las emociones para los Juegos de París 2024

  • Jordan Díaz, Desirée Vila, Polina Berezina, Nicolau Mir y Nestor Abat se sinceran en este reportaje
  • Playz les reta a ponerse en la piel de las emociones de la famosa película 'Del Revés'

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Intensamente Olímpicos: los Juegos de las emociones de París 2024

Son muchas las situaciones cruciales a las que los deportistas de élite tienen que enfrentarse a lo largo de su carrera, y gestionar las emociones es muchas veces la clave para afrontarlas. Playz les reta a ponerse en la piel de los protagonistas de la famosa película de Del Revés, y en Intensamente Olímpicos: los Juegos de las emociones, parte de la representación española de París 2024 se sincera sobre cómo lidiar con la alegría, el miedo, la tristeza, la ansiedad, la ira y la vergüenza.

Descubrimos, junto a Jordán Díaz, de triple salto, Polina Berezina, de gimnasia rítmica, Nicolau Mir y Nestor Abat, de gimnasia artística, y Desirée Vila, de atletismo paralímpico, cómo viven ellos en primera persona los Juegos Olímpicos a nivel emocional.

La clasificación a los Juegos Olímpicos: el momento más feliz

La alegría es de esas emociones que es fácil de identificar. Los momentos felices se quedan en la mente grabados para siempre y los atletas cuentan cuál fue cada uno de esos higlights en su carrera deportiva. Jordan Díaz recuerda el reciente oro en triple salto en los Campeonatos de Europa de atletismo de Roma: "Fue bastante bonito y fue bastante luchado", dice él. Polina, Desirée, Nicolau y Néstor, destacan las clasificaciones para los Juegos Olímpicos como los momentos más felices de su vida, aunque también hay hueco siempre para lo personal: "Y también te diría los nacimientos de mis dos hijos", añade Néstor.

"No ver a mis hijos crecer es el único miedo que puedo tener"

El miedo a veces paraliza y parece todo un reto superarlo. Pero otras personas saben cómo evadirlo para que no les consuma. Es el caso de Nicolau: "La palabra miedo yo creo que la intento evadir, pues es una palabra bastante fuerte", dice el atleta. "Lo llamo preocupación, etc, todo eso sí, pero miedo ninguno", añade. Por su parte, Polina participa en unos Juegos por primera vez y sí que lo tiene más presente: "Yo creo que llevo sintiendo miedo toda esta temporada y creo que vienen por la presión de los Juegos Olímpicos", explica.

Y es que las expectativas a veces pueden ser un enemigo claro para un atleta. Así describe Desirée sus miedos: "A fallar, a no ser lo suficientemente buena, a no conseguir los objetivos que me marco yo o qué espera la gente de mí". Jordan, en cambio, añade que su mayor miedo, y el de cualquier atleta, es lesionarse, pues no afecta solo físicamente, sino mentalmente. Pero Néstor lo tiene claro y da ese contrapunto personal: "No ver a mis hijos crecer es el único miedo que te diría que puedo tener", se sincera. "La vida da muchas vueltas y nunca sabes lo que puede pasar", concluye.

"Con lo que me ha pasado en la vida, debería ya saber que no siempre va a salir todo como uno quiere"

Aprender a manejar la ira podría ser otro de los grandes retos de un deportista de élite. Si bien es cierto que Jordan Díaz confiesa ser "una persona que se enfada muy poco", Nicolau expone cómo es lidiar con la frustración cuando un ejercicio de gimnasia no te sale.

"A veces pasa que un elemento lo tienes hecho de hace muchísimos años y de repente no te sale, entonces esa ira de no entiendo por qué no me está saliendo esto, si lleva mejor diez años haciéndolo, se cruza", explica el gimnasta. "Entonces tienes que parar, relajarte y controlar esa ira, porque sabes que te tiene que salir y te va a salir", dice. "Mira, cuántas veces he sentido yo ir en mi carrera deportiva y cuántas veces me he tenido que desahogar en el momento porque si no, pues no sé qué me pasaba", añade Polina.

Más claro aún es el caso de Desirée Vila, la atleta que perdió la pierna con tan solo 16 años tras una trágica fractura de tibia y peroné: "Para mí, personalmente, la ira nace cuando las cosas no salen como quiero. Y yo, por lo que me ha pasado en la vida, que me amputaron la pierna con 16 años, ya debería entender que no siempre va a salir todo como uno quiere y que no puedes planificar absolutamente todo", se sincera ella.

"Me he sentido muy triste muchas veces por sentirme sola"

En el caso de la tristeza, Néstor pone por delante que la presión y las exigencias que supone una carrera deportiva de élite le llevan a cuestionarse su papel como padre: "Al estar mucho tiempo fuera de casa sin ver a tus hijos es como que te planteas que no eres buen padre por no estar en casa, ¿no?", confiesa el gimnasta. "Y eso sí que te hace muchas veces cuestionarte si lo estás haciendo bien o mal. Por ejemplo, no estar presente en el parto de mis hijos me provoca mucha tristeza", explica.

Para Polina, lo que más tristeza le ha ocasionado es el haber tenido que soportar la soledad: "En las horas que pasas a solas contigo mismo, la cabeza te consume. En mi caso, por ejemplo, me consume mucho y han habido muchos momentos en la que la soledad me ha hecho mucho daño. Me he sentido muy mal por sentirme sola", confiesa Polina. "Y nos hablamos muy mal", cuenta Desirée. Yo por lo menos, a mí misma, me hablo a veces que digo jolín, no debo ser tan dura conmigo misma. Hay que ser dura, hay que ser trabajadora, hay que ser disciplinado, pero también hay que entender que somos personas. Entonces hay que sentir tristeza porque a veces no te queda otra", concluye la atleta.

"Yo creo que la ayuda psicológica es necesaria para todo el mundo"

Y llega la emoción protagonista de los últimos años: la ansiedad, protagonista además de Del Revés 2 y que a tanta gente le ha hecho sentirse identificada con ella. En el caso de los deportistas de élite, Nicolau expone que cuando más tienen es en "los momentos más de preparación, justo antes de las competiciones". Para Jordan, el antídoto perfecto para la ansiedad es apoyarse en su entrenador: "Es bastante complicado. Pero bueno, yo digo que la confianza que tengas tanto tú mismo con tu entrenador es lo importante", explica.

Polina, por su parte, cree que la ayuda psicológica es necesaria en cualquier ámbito: "Yo me busqué una psicóloga porque consideraba que ya tocaba, que ya era necesario y que tenía muchas cosas que tenía que trabajar de cara a las competiciones, de cara a sentirme mejor conmigo misma", explica la gimnasta. "Yo creo que es una ayuda necesaria para todo el mundo", dice.

Y así cuenta Desirée cómo gestiona la ansiedad: "Yo creo que los deportistas vivimos fases de muchísimo estrés, muchísima atención y muchísima presión que nosotros mismos nos ponemos y también la gente de fuera", dice. "Y que además tu trabajo depende de tus resultados deportivos. Muchas veces vuelcas todo en un solo momento, sobre una competición y eso puede generar muchísima ansiedad", cuenta.

Entretanto, Néstor recuerda como un momento muy difícil cuando le coincidió el nacimiento de su hija con una clasificación olímpica: "Yo estaba fuera de casa. Entonces tuve que gestionar muy bien todo eso porque me estaba volviendo loco, quería estar en dos sitios a la vez y no podía", se sincera.

"La vergüenza va ligada a no sentirte a veces lo suficientemente buena"

Y llega el momento de la vergüenza. Jordan, entre risas, confiesa que pasa "más vergüenza en las cámaras que en las competiciones". Nicolau recuerda esta emoción muy ligada a cuando un elemento en gimnasia no te sale en mitad de una competición: "Ahí te quieres morir", confiesa con todo bromista. "Yo creo que cuando te sobrepasa en exceso una emoción sientes un poco de vergüenza, porque es como si te sintieras débil en ese momento, y piensas, ¿cómo me puede pasar esto?", cuenta Néstor, también gimnasta.

Pero Desirée confiesa que, para ella, la vergüenza va "un poco ligada a veces a no sentirte lo suficientemente buena": "Te sientes un poco avergonzada al estar con gente muy top, pero luego vas madurando y darte cuenta de que no te tienes que comparar con nadie porque eres suficiente", concluye ella. Unas emociones que están presentes en el día a día de cualquiera, Y la pregunta clave: ¿realmente solo los deportistas entenderán estas emociones?