Sherry Jones: "Aisha y yo podríamos haber sido amigas" (Asuntos Propios)
"Acompañadme a un viaje a otro tiempo y otro lugar, a un mundo áspero, exótico, de azafrán y luchas a espaad, de nómadas del desierto que viven en tiendas de piel de camello..." Así introduce Sherry Jones su polémica novela, La Joya de Medina (Ediciones B), en la que se mete en la piel de Aisha, la más amada de las esposas de Mahoma, casada a los 9 años con el Profeta del Islam y destinada a convertirse en una de las mujeres más influyentes de la historia de la religión musulmana. La novela, acusada de pornográfica y de frívolaha desatado una polémica enorme en todo el mundo: Random House quiso publicar el libro y su secuela, pero luego se acobardó, en Serbia un clérigo radical exigió su retirada de las librerías, creando así el mayor éxito en la historia de los libros pirateados... Asuntos Propios visitó a Sherry Jones en su paso por España, y ésta fue nuestra conversación con ella.
AP: La primera pregunta es muy obvia ¿Qué lleva a una mujer de Montana, Estados Unidos, a dedicar cinco años de su vida a escribir sobre el personaje de Aisha?
SJ: Siempre quise escribir ficción, desde que era pequeña me ha encantado leer libros, y nunca tuve ni idea de qué quería escribir. He sido periodista durante 28 años, y desde que me topé con el personaje de Aisha me he sentido fascinada por ella: era una joven dinámica, ingeniosa, muy traviesa. Se enfrentó a muchos obstáculos culturales que impedían su acceso al poder, pero los superó para convertirse en una de las figuras más influyentes en la historia del Islam. Y, sí, empecé a leer sobre la historia del Islam después de los hechos del 11-S de 2001. Recuerdo estar en un bar con un grupo de amigos, incluyendo un hombre que era un poco obtuso y que empezó a decir: ¿¡estos musulmanes quieren invadirlo todo, quieren sacar a nuestras mujeres de las escuelas, encerrarlas en casa, cubrirlas de los pies a la cabeza¿!¿ y yo pensé: ¿¿de verdad? ¡hala¿ Y como feminista me sentí avergonzada de no estar mejor informada de la situación de las mujeres en otras partes del mundo. Me costaba creer que en el siglo XXI las mujeres pudieran estar tan oprimidas. Así que me fui a la biblioteca y saqué un par de libros sobre la historia del Islam y sobre las mujeres en Oriente Próximo y empecé a leer cosas sobre el Islam y cosas sobre las mujeres. Los dos libros contaban la historia de Aisha, como parte del contexto para informar al lector: esta niña columpiándose o subida en un balancín, ni en eso se ponían de acuerdo los libros ¿lo que resulta, por cierto, ilustrativo de cómo los estudiosos son incapaces de ponerse de acuerdo ni en los detalles más nimios de la historia de Aisha¿ Pero la historia era que esta niña estaba en el patio de la casa de su familia, jugando, tenía 9 años, cuando salió su madre, se la llevó adentro, le lavó la cara, la peinó, le puso un vestido nuevo y la llevó a la habitación de sus padres, donde la esperaba el Profeta Mahoma, el mejor amigo de su padre. Aisha no tenía ni idea de que se estaba casando con el Profeta Mahoma. Sólo sabía que a los 6 años le habían prohibido, de repente, jugar con chicos, o salir de su casa. A mí esta historia me conmovió profundamente, así como ir descubriendo, a través de mis lecturas, cómo se convirtió en una consejera política de Mahoma y a sus sucesores, cómo se convirtió en una notable estudiosa de la religión¿ era una mujer muy educada, por su padre, una poeta capaz de recitar miles de versos y fue además la esposa más querida por Mahoma, uno de los hombres más carismáticos que haya habido. Mahoma tuvo 12 esposas y concubinas en su harén, pero ella atrapó su corazón y él murió en sus brazos. Me emocionó mucho descubrirla: pensé ojalá la hubiera conocido, parece la clase de la mujer de la que podría haberme hecho amiga. Quizá escribir este libro haya sido mi manera de conocer a Aisha.
AP: ¿Cuál fue su reacción al conocer la decisión de Random House de echarse atrás y no publicar su libro? ¿Tristeza? ¿Incredulidad?
SJ: Todo eso, sí, y además una decepción increíble. Y tuve una gran sensación de impotencia, porque no tenía ninguna manera de convencerles de que su decisión era equivocada. Y cuando vi que la queja, es decir, la amenaza de una amenaza de terrorismo islámico, estaba basada en la sexualidad del libro, me quedé completamente chafada, porque yo había mostrado un respeto consciente, deliberado, por los personajes del libro y hacia la relación entre Mahoma y Aisha. De esta manera, en La Joya de Medina, la consumación de la relación entre Mahoma y Aisha ¿una escena fundamental del libro- no se centra en el acto sexual entre ellos, sino más bien en los momentos posteriores, hablando íntimamente entre almohadas. A mí me parece una escena muy conmovedora, en la que los dos estrechan sus lazos de verdad, quizá sea ese el momento en que verdaderamente se enamoran. Así que las acusaciones de que mi libro era demasiado sexual, o pornográfico, me angustiaron mucho, y además me resultaron extremadamente sorprendentes.
AP: Ya. Yo lo que me pregunto es que, siendo consciente de los problemas que la religión islámica tiene con la representación, en general, ¿no tuvo usted ningún temor de que la acusaran de estar imponiendo sus propios valores sobre una historia que les pertenece a ellos? Estoy haciendo de abogado del diablo¿
SJ: Sí, claro. Bueno, yo me leí 29 libros. Me gusta decir que me leí 29 libros para que tú no te los tengas que leer. En realidad fueron más de 29. Hay algunos cuyos títulos ni siquiera apunté. También investigué mucho en internet. Leí muchos libros. Y no sentí que hubiera impuesto mis valores. Sentí que había reflejado con precisión las historias que había leído. Básicamente lo que hice fue tomar las tradiciones islámicas, de las que hay miles, y presentarlas a un público occidental que no conocía estas historias, ni siquiera los principios básicos del Islam tal y como Mahoma había planteado la religión, y también las luchas a las que se enfrentó el Islam en sus primeros años en defensa de su nueva religión.
AP: Dentro de poco saldrá una segunda parte¿
SJ: Sí, tengo una secuela. Estaba incluida en el contrato por dos libros que firmé con Random House. Cubre la vida de Aisha después de la muerte de Mahoma. Muestra su florecimiento como mujer madura, su asesoría a su padre, sucesor de Mahoma, y a los siguientes dos califas, cómo se convierte en una teóloga muy respetada, y cómo lidera las tropas en la batalla contra Alí, en la primera guerra civil islámica. Y lo que más me emociona de esta secuela es que en La Joya de Medina Alí, conocido como rival de Aisha, no sale muy bien parado porque la historia se cuenta desde el punto de vista de Aisha. En esta secuela intercalo los dos puntos de vista, el de Aisha y el de Alí, así que aparecen las dos representaciones de la historia, la suní y la chií, y Alí es presentado de manera más favorable.
AP: ¿Puede explicarle al público español lo que ocurrió con la novela en Serbia?
SJ: Oh, sí, es una historia muy interesante, y una gran inspiración para mí. Random House había vendido los derechos a muchos países, incluyendo Serbia. Y la editorial serbia, Beobook, fue la primero en publicar el libro en todo el mundo. Y salió sólo un par de semanas después de que el Wall Street Journal, y en concreto su reportera Asra Nomani, revelara al mundo la noticia de la decisión de Random House [de echarse atrás ante la publicación de La Joya de Medina]. Como en sus entrevistas Nomani había hablado con la catedrática [Dense Spellberg] que había advertido a Random House de que el contenido sexual de mi libro podría provocar ataques de islamistas radicales, ésta le dijo que mi libro era pornográfico, lo que es completamente incierto, pero como el libro no estaba publicado nadie podía saber lo que era verdad y lo que no. Así que Beobook publicó el libro creo que el 12 de agosto, un jueves. Y ese sábado me llama el editor y me cuenta que todo ha ido bien, que no había habido incidentes. Y es mismo día por la tarde me llama un periodista y me cuenta que había habido protestas por parte de la comunidad musulmana de Serbia y que el editor pensaba retirar la edición. Me quedé alucinada¿ Y finalmente lo que pasó es que un redactor del diario de Belgrado Blic se puso en contacto conmigo y me dijo que lo que me habían contado era verdad: un muftí (líder religioso islámico) conservador había protestado contra la publicación de La Joya de Medina, diciendo que `contenía escenas de brutal pornografía¿ y que denigraba a Mahoma y al Islam. Ninguna de las dos cosas era cierta, así que yo sólo pude concluir que no había leído el libro, o que en todo caso le habría echado una ojeada, porque el libro sólo llevaba dos días en la calle. Pero exigió que se retirara el libro de todas las librerías de Serbia, y que todos los ejemplares le fueran entregados a él ¿supongo que para destruirlos, para quemarlos. El editor estuvo de acuerdo de inmediato. Por lo que nos dijo, se sintió amenazado por la retórica de este muftí, que organizó una rueda de prensa y todo un lío. Pues bien: en seguida, la prensa y el pueblo de Serbia se alzaron en oposición a lo que ellos consideraban una forma de censura. Acaban de salir de un régimen dictatorial, el de Slobodan Milosevic, donde no tenían libertad de expresión, y no estaban dispuestos a renunciar a ella tan deprisa. Clic y otros periódicos empezaron a sacar artículos sobre la censura, me pidieron un artículo, creo que publicaron algo de Salman Rushdie sobre la censura, hicieron encuestas entre sus lectores, la gente empezó a llamar y a escribir diciendo que el libro no debía ser censurado, hablaron con un muftí moderado que opinó que aunque a ellos no les gustara el libro, eso no significaba que no tuviera derecho a ser publicado. Y pasó el tiempo y 9 ONGs emitieron un comunicado conjunto pidiendo que este mufti pidiera perdón a los serbios, cosa muy significativa, porque eran ONGs que habían apoyado a la población musulmana durante la guerra de los balcanes. Y, al final, según me contó este redactor de Blic, empezaron a venderse ejemplares pirata de La Joya de Medina por el doble de lo que pedía la editorial. Y el editor vio que estaba perdiendo dinero, vio que tendría el apoyo de la gente, y pidió garantías al gobierno de que le protegerían. Así que reanudó la publicación de La Joya de Medina, sacó otra edición (la primer, por cierto, de 1000 ejemplares, se había agotado, así que no había libros que darle al mufti¿) Entonces publicó una segunda edición de 3000 ejemplares, volvió a distribuir el libro el 14 de septiembre, y hasta donde yo sé, lleva 4 ediciones y es el número 1 en ventas en Serbia desde que salió en septiembre. Es un gran testamento al poder del pueblo. Le he estado diciendo a la gente: el silencio es consentimiento. Si no defiendes tu libertad de expresión, es casi seguro que la perderás.
AP: Pues enhorabuena.
SJ: Gracias.
AP: Ha provocado un debate enorme. Ha recibido el apoyo de Salman Rushdie, conocido en todo el mundo por lo que le pasó a él. Parece mentira que después de eso puedan seguir pasando cosas similares. Aquí en España estamos muy pendientes de la historia de Roberto Saviano, que estuvo aquí la semana pasada. ¿Conoce el caso?
SJ: Sí, lo conozco. Sé que le ha amenazado la mafia.
AP: Vive con medidas de seguridad permanentes, ha tenido que abandonar Nápoles¿ en este caso la amenaza es diferente, no es ideológica ni religiosa¿. Usted evidentemente no parece una persona amenazada, no parece tener miedo alguno¿ ¿Es así como se siente?
SJ: Bueno, para empezar yo no he recibido ninguna amenaza. Lo que hubo fueron amenazas de amenazas. En la red se creó una retórica muy preocupante, que no duró mucho tiempo, y hubo un intento de quemar las oficinas de mi editor británico antes de publicar el libro. Arrestaron a 3 hombres musulmanes, y hubo mucha especulación de que se trataba de una reacción contra la intención de publicar La Joya de Medina, pero no hay todavía un motivo claro para ese crimen. Así que sí, a veces siento preocupación, y he tenido unas cuantas noches de insomnio, pero ahí es donde saco inspiración de Aisha. Porque todos nos vamos a morir, y si tuviera miedo¿ hay muchos ejemplos de cómo podría ir por ahí llena de miedo: si tuviera miedo de volar, por ejemplo, no estaría aquí, y seguiría en mitad del océano a bordo de un trasatlántico. Me niego a que el miedo rija mi vida, y me he sentido así desde antes de empezar a escribir sobre Aisha, cuando el Presidente Bush empezó a hablar de Oriente Próximo como parte del eje del mal, y advirtiéndonos a todos de que los musulmanes siempre iban a ser una amenaza en potencia en Estados Unidos, y empezamos a tener alertas naranjas en los aeropuertos¿ todo el mundo iba por ahí con miedo. Tendía, y tengo, objeciones muy fuertes a eso. La única vida que quiero vivir es una vida valiente. Y no pienso andar todo el día preocupada por cómo y cuándo me voy a morir. Probablemente tenga más posibilidades de morir atropellada, o de un ataque al corazón, que de un ataque terrorista. Así que intento centrarme en cómo quiero vivir, y eso para mí significa vivir una vida valiente, y defender las cosas en las que creo. Yo crecí en durante la ¿amenaza roja comunista¿ y ¿qué era lo que aprendíamos en la escuela? Que la gente que vivía bajo gobiernos totalitarios vivía bajo la constante amenaza de prisión, tortura, muerte, por ejercer su libertad de expresión. He sido periodista durante 28 años, así que no tener la libertad de decir lo que pienso sería para mí un destino peor que la muerte. Yo tenía la esperanza, desde que empecé a leer sobre lo igualitario que era Mahoma como persona, y cómo aconsejaba a sus seguidores que lucharan sólo en defensa propia, y me di cuenta de que había tantas ideas equivocadas sobre el Islam en occidente que me emocionaba poder compartir mis averiguaciones con el público occidental, pensando que a lo mejor desarrollando una mayor comprensión y una mayor empatía por la religión musulmana y las culturas islámicas daríamos un gran paso hacia la paz. Esa posibilidad me emociona mucho.
AP: Así que supongo que estará muy contenta con la elección de Obama¿
SJ: Sí, lo estoy. Pero tengo que decir una cosa: yo no veo la tele, cada vez que tengo tiempo libre lo que me gusta es leer. Así que estaba en casa de una amiga, en agosto pasado, y tenían los debates de la iglesia de Haymarket entre Obama y McCain, y Obama hablaba de construir puentes, y yo le decía: ¡búscate tus propias ideas! ¡Yo lo dije antes! Aunque estoy segura de que llevaba diciéndolo desde el principio. Pero yo había apoyado mucho a Hillary Clinton pero me resultó muy fácil cambiar de bando porque me di cuenta de que su actitud de tender puentes en lugar de señalar con el dedo e insultar, su visión más pacífica e incluyente, me parecieron algo para lo que yo llevaba mucho tiempo preparada. Estados Unidos está preparado para abandonar la cultura del miedo y de la enemistad, del odio y del racismo, en la que hemos estado sumidos, y entrar en una cultura de tolerancia, perdón y paz.
AP: Pues con ese sentimiento, nos despedimos. Gracias, Sherry Jones.
SJ: Gracias.