Más grandes y oscuros que nunca
- Radio 3 te ofrece el concierto que la banda ofreció en el Kulturkirche de la ciudad alemana de Colonia
Se trata de uno de los recitales de presentación de su tercer disco: 'Humbug' (PIAS), que ya se encuentra a la venta
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Madurez. Es lo que dicta la simple lógica cuando una de las bandas más populares del Reino Unido sorprendió al mundo cuando sus miembros apenas contaban los 19 años. Por pura lógica, y con una mezcla entre suerte y talento, aquellos chavales que en las navidades de 2001 pidieron instrumentos como regalo, tenían que convertirse en estrellas de la música alternativa. Lo que sus fans, y la propia crítica no esperaba es que además de madurar personalmente, también lo hiciera su música.
Avance a la oscuridad
Ahí lo tienen: Alex Turner, 23 años. Ya lejos de su Sheffield natal, el cantante, compositor y Alma Máter de este grupo está llamado a ser uno de los grandes. En todas las entrevistas se destaca su extrema timidez y su gran facilidad para distraerse. Cosas de genios, dirán algunos. Y es que de las manos de ese 'pequeño genio' con pinta de graduado con honores en un campamento de rock, han salido algunas de las canciones más emblemáticas del indie de los últimos 10 años. Arctic Monkeys no es su única banda, ya en 2008 sorprendió con The Last Shadow Puppets, un grupo paralelo en el que su voz y sus composiciones se vestían de oscuridad y recordaban a los mejores y más guitarreros años 60 con la música de Morricone como modelo a seguir.
Hay algo de esa banda en el nuevo sonido de los Arctic Monkeys. 'Humbug', el tercer disco de los de Sheffield se presenta como un disco más maduro, que se deleita más en sí mismo y que no recurre tanto a la inmediatez como los anteriores trabajos del grupo. Parte de esa 'culpa', reside en los productores del disco. A un lado de Estados Unidos, en Nueva York, la banda grabó tres canciones junto a James Ford, responsable del anterior disco de la banda, además de productor y batería de The Last Shadow Puppets. Aquellas tres canciones fueron 'My Propeller', 'Secret Door' y 'Cornerstore'.
La otra parte, y quizás la más significativa, fue la primera, grabada en pleno desierto californiano de Mojave a los mandos de Josh Homme, un hombre con un currículum extenso que incluye el manejo del bajo, la batería y el teclado además de gratos méritos como fundador, cantante y guitarrista de esa orgía guitarrera llamada Queens Of The Stone Age; para colmo en sus tiempos libres es el 50% de los Eagles Of Death Metal. A Homme le definen ritmos como el Garage Rock, la Neo-Psicodelia o el Blues Rock. Él es el responsable de este nuevo sonido de la banda, y además el grupo reconoce que ha sido quien les ha descubierto la música de bandas Creedence Clearwater Revival, Rocky Ericsson, Cream o T Rex. Ahora, cuando se les pregunta a los chicos qué suena en sus iPods, suenan nombres como los de Black Sabbath, Jimi Hendrix y por no desmerecer... Los Beatles.
Cierto, las guitarras suenan mucho más oscuras, casi tanto como la voz de Turner, que ya no busca tanta gresca como en aquel 'I Bet You Look Good On The Dancefloor'. También ha cambiado el sentido de las letras, ya no más odas a la locura nocturna como en aquel 'The View From The Afternoon': ahora si hay que sufrir como en 'Cornerstore', se sufre. Y si hay que dejarse exprimir por una mujer fatal como en 'Dangerous Animals', se hace. Estos chicos han crecido, y eso sobre todo se demuestra sobre el escenario.