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Holywater - The Path to Follow

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Escuchar un disco de Holywater, escuchar este disco de Holywater, es como ver un documental de animales salvajes. Pero no es uno de esos documentales con una aburrida voz en off que nos lleva al sueño (cualquiera que haya escuchado a Holywater sabe que la emoción que transmite la voz de Ricardo Rodríguez puede provocar muchas cosas, pero nunca sueño).

The Path to Follow es como ver un documental en 3D, ver un documental en una pantalla gigante, en alta definición, observar con todo detalle la agilidad de los movimientos de los depredadores, la crudeza con la que se lanzan a por sus víctimas, sentir que la sangre casi nos salpica desde la pantalla.

Así son las canciones de The Path to Follow: la forma de tener en un soporte doméstico la energía y la fiereza con la que un león se abalanza sobre una gacela, sentir en la contundencia de la base rítmica el latido del cazador, darnos la vuelta porque las guitarras o un quiebro de la voz nos hacen sentir que el peligro está muy cerca, que se nos va a echar encima.

Y eso incluso en los pasajes más tranquilos del disco (el comienzo de Ruined, Questions), en los que podemos disfrutar del animal en reposo o de la elegancia de los movimientos con los que se despereza, pero percibimos de igual forma la amenaza de lo que sabemos que es capaz de hacer.

Como en toda filmación, aquí también hay unos nombres detrás de la cámara. The Path to Follow, que es el cuarto disco en la carrera de Holywater, presenta algunas novedades: es el primero que graban en los Estudios Ultramarinos Costa Brava, el primero con la producción compartida entre el propio grupo y Santi García (Nueva Vulcano, Mujeres, Delorean, Half Foot Outside), es el primero que publican con Ernie Records, el primero en el que cuentan con el trabajo de diseño de Pat Lemos y es el primero que graban con Iago Lorenzo al bajo (pero eso no es una novedad, el cambio de bajista es una tradición en el grupo y Iago ya ha dejado paso a Mito como nuevo miembro oficial junto a Luis Casanova, batería desde el año 2000, y Ricardo Rodríguez y Martín Alonso, miembros fundadores de Holywater).

Son diez canciones más crudas y más directas que nunca, que defienden el lugar en el mundo de la banda, que hablan de la importancia de seguir el camino propio con independencia de lo que pasa alrededor.