El poker de ases de Amy Winehouse
- "Stronger than me", "Take the box", "Rehab" y "Love is a losing game"
- Analizamos cuatro canciones fundamentales en la carrera de Amy Winehouse
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El repertorio que deja Amy Winehouse tras su muerte es de sólo dos discos (Frank, 2003 y Back to black, 2006). Si bien la cantidad de canciones que grabó es escandalosamente baja, el impacto que logró con ellas es considerable. Y aún habría que añadir un logro más, conseguir equilibrar una enorme popularidad con el aplauso de la crítica más conspicua.
Se pueden verter comentarios de todo tipo acerca de su desordenada vida, pero es casi imposible encontrar defectos en su breve obra discográfica.
Los diez singles que publicó en vida (cuatro de su primer disco, seis del segundo) explican cómo una chica inglesa, blanca, de clase trabajadora, fue una de las voces más importantes de la primera década del siglo XXI.
Nosotros destacamos las cuatro canciones más importantes, por distintos motivos, de la carrera de Amy Winehouse.
"Stronger than me"
El inicio. El 6 de octubre de 2003 veía la luz el primer single de Amy Winehouse. Sólo tenía 20 años y había sido uno de los secretos mejor guardados de la industria británica hasta que por fin logró un contrato discográfico.
“Stronger than me” es un tema más cercano al jazz que al R&B, en el que el sonido está esculpido por el colaborador eterno de Amy, Salaam Remi.
Aunque ya en noviembre de ese año actuó en el imprescindible show de Jools Holland de la BBC, no podemos decir que fuera un inicio de carrera deslumbrante aunque unos cuantos iniciados ya intuían que algo iba a pasar con esta chica largirucha y su privilegiada garganta.
"Take the box"
La confirmación. El segundo single de Frank pisa las mismas huellas que “Stronger than me”. La voz de Amy Winehouse suena emotiva y muy madura, a pesar de su insultante juventud.
Ésta fue la canción que tuvo una mejor acogida de su debut, un trabajo que, como este “Take the box”, parecía de otro tiempo.
En aquella época, en Inglaterra hace fortuna lo que se llamó Urban Music, una redefinición del hip hop y el R&B a la inglesa. En ese movimiento Amy podía encajar, aunque su discurso superaba los límites de esa etiqueta, surgida a rebufo del éxito de Craig David. “Take the box” se publicó el 12 de enero de 2004.
"Rehab"
La explosión. El tema con el que siempre se recordará a Amy Winehouse. La sutileza y emotividad del primer disco, de Frank, deja paso a este melocotonazo, lo primero que conocimos de Back to black.
En la producción, Mark Ronson, su otro gran cómplice, diseña un sonido que respeta al 100% los postulados del soul furioso con denominación de origen Atlantic aunque sin perder una audaz mirada contemporánea.
La carga autobiográfica de la letra conseguía que Amy interpretara este “Rehab” con una mayor convicción.
En el védeo la vemos dirigirse a la cámara y negar con el dedo mientras cantaba eso de que no quería volver a rehabilitación. Una imagen que define perfectamente quién fue, para lo bueno y lo malo, Amy Winehouse.
“Rehab” fue el primer single de Back to black y se publicó en el otoño de 2006. Se llevó tres Grammys, de los 6 que consiguió Back to black, un Ivor Novello Award y fue un éxito planetario. Incluso Jay Z hizo una brillante remezcla de esta canción.
"Love is a losing game"
La obra maestra. La tercera de las canciones con las que Amy logró un Ivor Novello Award (las otras dos son “Stronger than me” y “Rehab”).
Se puede argumentar sin temor a equivocarnos mucho que con “Love is a losing game” Amy desplegó todas sus virtudes.
Estamos ante un baladón que la emparenta con las grandes del soul y del jazz de todos los tiempos. El nombre de Billie Holiday es uno de los primeros que se nos viene a la mente.
A pesar de que es un tema que carece de la chispa de “Rehab”, “Love is a losing game” está hecha de la materia de los grandes clásicos. Ocioso es decir que la emotividad de la voz de Amy es lo que más destaca a primera vista, como pasa con todos sus temas.
Además, la letra, escrita por ella misma, huye de los tópicos del amor roto para insuflar nueva vida a una temática manoseada hasta la extenuación en la música popular.
Prince es una admirador convicto y confeso de “Love is a losing game”, lo cual no es una casualidad.
La dolorosa paradoja es que el tema que asegura su inmortalidad artística es uno de los que interpretó en el último concierto de su vida, aquella desgraciada actuación en Belgrado.