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No cambies nunca, Polly

  • "Ocho Mercurys le habría dado yo a estas alturas. Uno por cada disco"
  • Julio Ruiz (Radio 3) homenajea a PJ Harvey tras ganar su segundo Mercury

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PJ Harvey Mercury 2011
PJ Harvey lleva 20 años cosechando éxitos en la música.

¿Que son muchos dos "Mercurys"? Ocho le habría dado yo ya a estas alturas. Uno por cada disco gestado desde aquel Dry del 92.

Y es que lo siento. Soy fan. Desde el primer día, desde que me compré el single de "Dress" (luego años más tarde, me lo firmó y ¡toma fetiche!) en la tienda Tower en uno de mis viajes a Londres.

La tuve a un palmo (con la cara lavada y recién peinada y sin una mácula de maquillaje) radiante y recién despertada, cuando vino a tocar en los tiempos de To bring you my love (qué placer recordar "The dancer" o "Down by the water").

La entrevisté en un hotel cerca de la calle de Princesa de Madrid y el colofón a la charla fue mi regalo de la Antología del Camarón (había leído en un New Musical Express o Melody Maker que le gustaba el genio gaditano y quise pegarme un detalle).

Recuerdos de Polly Jean

Como simple espectador la he visto subiendo las escaleras hacia el escenario del Primavera Sound (en el Poble Espanyol) con cimbreo sensual y copa de vino en la mano, pero, antes, también, vestida de cuero para matar en el FIB 2001 poco después de que bramara "lick my legs; i´m on fire" en plena apoteosis de "Rid of me".

O con uniforme amarillo, con la guitarra aparcada, en el difunto Summercase, en 2007, con Whitechalk bajo el brazo. O hace tres meses al lado de mis compañeros fotógrafos en el foso del Primavera en el Parc del Forum, toda vestida de blanco inmaculado.

Y en todos los casos, con la boca (la mía) abierta de admiración.

Una trayectoria impecable

Lógico fue que se llevara aquel primer "Mercury" con su trabajo de 2000. ¿Se podía quedar alguien impasible ante los alaridos de la brutal "This is love" o la infelicidad, desasosiego o llanto por una vida no demasiado afortunada de sus textos? Me da igual que presuntamente este disco fuera el más comercial o mejor, traducido, el más accesible.

¿Y ahora? Pues... igual de merecido. Sus proclamas se han vuelto reivindicativas, combativas y escarba-conciencias de tintes políticos. Hace bien. Para eso está en el púlpito. Ella puede denunciar. Poniéndole altavoz a su voz que quizás ya no es tan rugiente y sí más templada.

Total, resumiendo, que, por dos décadas de música, como decía en la canción a pachas ("This mess we're in") con Thom Yorke en el álbum de su anterior trofeo para la vitrina, felicidades, Polly y... "No cambies nunca".

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