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Los Enemigos, el retorno

  • ¿Por qué es una buena noticia la reunión de Los Enemigos?
  • Te ofrecemos su última actuación en Los conciertos de Radio 3 (1999)
  • ¿Qué recuerdos guardas de la banda? Déjanos tu comentario

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Josele Santiago no contesta al teléfono. Quizá sea su despiste congénito, pero es más posible que esté evitando por vía expeditiva a curiosos y pesados. El somnoliento verano musical 2011 ha sido sacudido por un comunicado del guitarrista madrileño anunciando que Fino Oyonarte, Chema "Animal" Pérez y Manolo Benítez van a salir de gira en 2012 bajo su tradicional dirección: “Nos han vuelto a expulsar. Lo llaman crisis, pero todos sabíamos que nuestro sitio nunca estuvo en el paraíso. Aquí afuera, en nuestra orilla, tanteamos en la intemperie y despertamos otra vez. Somos las razas de Caín y tenemos hambre. Somos Los Enemigos y hemos vuelto. Firmado por Josele, Fino, Chema y Manolo”.

Otras reuniones

El último disco oficial de Los Enemigos, Nada, es amargo y oscuro. Data de 1999. Le siguió la banda sonora de Se buscan fulmontis de Álex Calvo-Sotelo y, fieles a los rituales de la industria musical, se despiden con un disco en directo y, saltándose a la torera todo ritual, un segundo disco en directo.

Cuatro años después tuvo lugar la primera reunión de Josele, Fino y Artemio para celebrar los 20 años del nacimiento del grupo. También participaron en el festival homenaje a su viejo amigo, compinche y padrino, el punk vasco Kike Turmix, fallecido hacía poco. Con un gesto muy suyo, nada más terminar su actuación, Josele voló con celeridad a otra sala de conciertos para ver la actuación de John Cale. Y esta misma primavera, dieron una corta actuación en la calurosa y delirante fiesta aniversario del Agapo, el club donde debutaron en 1985 y sede oficial del rock and roll de Malasaña durante muchos años.

Nos han vuelto a expulsar. Lo llaman crisis, pero todos sabíamos que nuestro sitio nunca estuvo en el paraíso

Hombres G, Ronaldos, La Guardia, Tam Tam Go, Def Con Dos y Coyotes, contemporáneos de Los Enemigos, han vuelto a los escenarios en algún momento. Los motivos de cada grupo podrán ser tan dispares como sus músicas y sus vidas, pero está claro que existe una querencia, llámese nostalgia, llámese necesidad, que motiva periódicamente reuniones inesperadas de los viejos nombres del rock español.

Viaje al pasado

La historia de Los Enemigos comienza en las calles y los bares de Malasaña, barrio bohemio y musical madrileño, debajo de los grifos de cerveza y frente a barbaridades gastronómicas como las hamburguesas con anchoa. La moda neo-romántica y siniestra que inspiraba la movida no daba más de sí. Las drogas campaban a sus anchas y los primeros contagios y muertes por SIDA eran noticia entre los mentideros musicales. Circulaban nombre de nuevos grupos americanos y escandinavos que parecía -¡una vez más!- que iban a devolver el rock a sus raíces después de un lustro de frivolidad posmoderna.

Los Enemigos nacieron en un entorno de fiesta y delirio rockandrolleros y su primer disco es dinámico, juvenil y vitalista. Tiene el olor de la ropa cuando la echas a lavar después de una noche de juerga. Pero después de risa, rock and roll y borrachera, Josele se marchaba a pie y con las manos en los bolsillos hasta el otro lado del Manzanares donde vivían sus padres: una silueta que adelantaba la música venidera.

Aquí afuera, en nuestra orilla, tanteamos en la intemperie y despertamos otra vez

Los Enemigos se convirtieron en un grupo amargo y nihilista. Más profundo y trascendente de lo que sus inicios hacían prever, y con capacidad de convocatoria más allá de las paredes siquedélicas del Agapo y los adoquines de Malasaña. El gran grupo de culto del rock español. Josele y sus secuaces supieron crecer con las aventuras y desventuras de su generación, y su música narraba a la perfección del shock que supone la vida adulta para quienes sufren el síndrome de Peter Pan.

Mientras sus coetáneos se desacreditaban al aire fresco de los 90, Los Enemigos se mantuvieron en su sitio, humilde y nada glamuroso, pero sólido y cada vez más firme. La aparición de su música en el cine y su fichaje multinacional demuestran el crecimiento de su reputación sin singles ni estribillos veraniegos.

Antes y después

Las aportaciones de Los Enemigos a la música española son sutiles y se trata de una manera de hacer que predice la rígida ética indie. Eran plenamente eficientes en la época cuando los grupos presumían descaradamente de los grandes músicos que les sustituían en sus propios discos. Se atrevieron a grabar canciones eurovisivas y a seguir su camino sin hacer caso de modas y tendencias.

Después de Nada la separación resulta inevitable. A un grupo tan amargo como el que grabó dicho álbum no le queda sitio a donde ir. Se arrastraron durante tres años, quizá por ataduras contractuales, quizá por inercia y cobardía. El primer disco de Josele data de 2004. Su carrera en solitario destila una serenidad que Los Enemigos no tenían. Son cuatro álbumes muy personales aliñados con un surrealismo muy desconcertante. Por su parte, Fino encontró una colaboradora excepcional en Cristina Plaza. La breve discografía de Clovis es digna de conseguir la continuidad y desarrollo que anticipa.

Los cambios habidos en la música española desde la separación de Los Enemigos son radicales. Hemos asistido al fin de una industria, ha desaparecido la idea de negocio musical y casi han desaparecido las profesiones musicales. La única posibilidad para el músico es actuar y entretener/emocionar a un público diezmado por la crisis y escaso de dinero. Los espectadores y la cartelera se han vuelto cautos y conservadores. Y si bien ha habido algunas novedades artísticas, los tufos de lo viejo, lo corrupto y lo rancio pesan como la niebla invernal.

Somos las razas de Caín y tenemos hambre. Somos Los Enemigos y hemos vuelto

¿Qué pasará con la reunión de Los Enemigos? ¿Tendrá continuidad discográfica? ¿Sobrevivirán en la carretera gracias a su repertorio pasado y frente a la competencia de los nuevos grupos? ¿Seguirán siendo tan convincentes como hace 10 años? Predecir el futuro es imposible, pero hay muchos motivos para considerar la reunión de Los Enemigos una buena noticia. La necesidad de encontrar valores musicales inamovibles ha convertido el anuncio en acontecimiento. Está claro que la música intensa, extraña e inquietante de Enemigos en su versión adulta va a constituir una banda sonora ideal para los tiempos del descalabro económico occidental.

El repertorio de Los Enemigos tiene muchas relecturas, sus letras contienen varios planos de ideas y sensaciones raras, unas llenas de sabiduría, otras simplemente delirantes. El escenario y la fuerza de la formación de 1999 es la mejor manera de disfrutarlo. Imposible adivinar lo que puede surgir de la suma de fuerzas de Josele y Fino tras diez años separados pero teniendo en cuenta el inusual aprecio que el público alternativo ha sentido siempre hacia la música de Los Enemigos, asistir a su reunión será sin duda una experiencia digna de ser disfrutada.

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