El perro, apoyo vital del diabético
- Bien adiestrados, pueden detectar una hipoglucemia
- El olfato del can avisaría de una drástica bajada de azúcar
- Un proyecto piloto lo desarrolla en Barcelona
El perro, como mejor amigo del hombre que dicen que es, puede ser también de gran ayuda. Si es adiestrado, puede ser perro lazarillo, pero también puede llegar a proteger a mujeres maltratadas o ayudar en la rehabilitación de drogodependientes. CIBERDEM, el Centro de investigación biomédica en red de diabetes y enfermedades metabólicas asociadas, en Barcelona, tiene en marcha un proyecto, Amicus Canis, que aporta una ayuda más, en este caso a los diabéticos: su objetivo es entrenar a los perros para que detecten al 100% los casos de hipoglucemia, es decir, una drástica bajada de azúcar en la sangre. De momento el proyecto, que es piloto, está adiestrando a un can, la perra Edna.
Terapias asistidas
En el proyecto participan educadoras, médicos, biomédicos y una adiestradora. Lograr la detección a tiempo de estas bajadas de azúcar es el primer paso. El segundo es desarrollar una aplicación tecnológica que avise a los pacientes de diabetes para que puedan tomar medidas. Además, al margen de este proyecto, la Universidad de Sevilla ha puesto en marcha la tercera edición de un máster que es único en nuestro país: Aplicaciones del perro a la terapéutica humana.
Difícil de evitar
La hipoglucemia es frecuente en la diabetes tipo 1. Puede tener consecuencias como desmayos o convulsiones. Estas crisis pueden provocar angustia no sólo al paciente sino también a quienes se encuentran con ellos. Los síntomas más comunes son debilidad, temblores, dolor de cabeza, hambre o visión borrosa. Hay perros que, adiestrados, pueden detectar cuándo esta situación va a producirse. Lo hacen a través de la sudoración, el cambio en la frecuencia cardiaca o el olor, ya que los perros tienen un olfato muy desarrollado: tienen entre 200 y 300 millones de receptores olfativos frente a los cinco millones que tenemos las personas.