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El acoso escolar no es una broma

  • Los niños acosados pueden sufrir depresión o ansiedad grave
  • Intervenir contra el “bullying” es cosa de todos

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No hay cifras precisas que alerten del problema del acoso escolar. Algunos organismos, como el Instituto de la Juventud, hablan de un 3% de menores afectados por este maltrato físico, psicológico, verbal o social que ejercen contra ellos sus compañeros de clase, tanto dentro como fuera del aula, aunque otros estudios hablan de porcentajes más altos. Pero el problema está ahí, e involucra a la víctima y al agresor, pero también a sus familias, a sus profesores, al colegio y a los organismos municipales. Dedicamos un programa especial al también llamado “bullying”, que cada vez presenta más nuevas caras.

Todos implicados

Cuando el menor cuenta lo que le está sucediendo, la actuación debe ser multidisciplinar para ser completa. El Ayuntamiento de Fuenlabrada mantiene con éxito un sistema de respuesta ante el acoso, el programa “Ulises”, que involucra a educación, juventud, servicios sociales y Policía Local, y que está demostrando un gran éxito. El papel de los profesores, su ayuda, también es esencial: para ayudarles a comunicarse con las familias se creó la Asociación “No al acoso escolar”. 

La importancia de la prevención

En ella insiste Araceli Oñate, doctora en Educación y directora del Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo: actuar contra el acoso antes de que se produzca, y evitar también que la víctima acabe sintiéndose la culpable. Esta entidad ha elaborado el informe "Acoso escolar y violencia en España" (2006), donde evalúan a unos 25.000 niños de todo el país. Pero también recogemos la voz de dos protagonistas: un joven que fue acosado y otro que se arrepiente de haber sido agresor.