La sensibilidad acústica y susurrante de M. Ward cautiva en 'Hoy empieza todo'
- El músico de Portland brilla interpretando tres temas de su nuevo álbum
- Admite sus influencias hispanas en la charla con Ángel Carmona
- Escucha programas ya emitidos de Hoy empieza todo en RTVE.es A la carta
Matthew Stephen Ward, más conocido como M. Ward, llegó el pasado viernes a la Casa de la Radio para grabar su entrevista acústica en Hoy empieza todo con la misma discreción y sosiego con el que ha ido construyendo paso a paso su brillante carrera. Escondido tras unas gafas de sol que no se quitó en ningún momento y con una guitarra acústica prestada de urgencia por Gibson España, Ward subió desperezándose (efectos del jet lag) al estudio 306 de RNE mientras recordaba algunas de sus actuaciones previas en nuestro país y nos pedía amablemente un té verde que sirviera de reconstituyente.
Ya en el estudio, y mientras domesticaba su guitarra improvisada, Gustavo Iglesias (en labores de coordinador y traductor) le explicó las particularidades de la entrevista: el presentador habitual del programa, Ángel Carmona, estaba en Vitoria para cubrir para Radio 3 el festival Azkena Rock (donde precisamente Ward actuaba al día siguiente), pero se había desplazado a la emisora local para realizar la entrevista. Ángel no se lo quería perder por nada del mundo: es un admirador confeso del músico americano desde hace años.
Versión Primitiva
A pesar de las peculiaridades espacio-temporales -Ángel le pidió con sorna a Ward que hiciera una crónica de su concierto en Vitoria... del día siguiente- la química entre presentador y artista funcionó a la perfección. Especialmente cuando Carmona se interesó por el tipo de afinación - abierta- que utiliza Ward, esa que otorga a su guitarra un sonido característico sobre el que construye sus canciones de emoción tenue y susurrante.
Como era previsible, todos los temas elegidos por el músico de Portland para su sesión exclusiva para Hoy empieza todo pertenecen a su último trabajo, A Wasteland Companion. Abrió fuego con una desarmante versión de "Primitive Girl", una de las piezas más vehementes del álbum, que en su lectura acústica pierde vibración para destilar un romanticismo evocador que recuerda los mejores momentos del inolvidable End of Amnesia, el segundo álbum de Ward, editado allá por 2001.
Conexión hispana
Poco después se arrancaría con "I get ideas", su revisión del standard de Louis Armstrong, que es a su vez una adaptación del tango clásico "Adiós Muchachos".
Las conexiones entre la música de Ward y los sonidos de raíz hispana (el tema que da título a su último disco incluye una relectura de "Recuerdos de la Alhambra" de Francisco Tárrega) fue una de las cuestiones por las que más interés mostró el músico durante la entrevista, en la que reconoció que sus raíces latinas (sus abuelos eran mexicanos) y el ambiente en el que creció en California han impregnado su ADN muscal.
Tras un intento fallido de interpretar "Me and my shadow", uno de los temas más celebrados de su último disco y que decidió abortar al no sentirse capaz de alcanzar con su voz el tono adecuado - "lo siento, estoy recién levantado y no puedo cantar esta canción como debe ser cantada"-, nos meció a todos con el sonido arrastrado pero cautivador de su guitarra al son de "Crawl after you", un bellísimo tema con esa cadencia pausada e hipnótica que le define como músico.
Guitarrista excepcional
Todavía nos regalaría una deliciosa combinación de su clásico instrumental "Duet for guitars #3" con "Pure Joy", el tema que cierra por todo lo alto A wasteland companion. Pero a pesar de la asombrosa demostración de fingerpicking, la técnica que le convierte en uno de los guitarristas más fascinantes del momento- no pareció convencerle su interpretación del tema y nos pidió amablemente que no lo emitieramos. Una pena. Pero, tras los inolvidables 45 minutos con los que nos obsequió Matthew Stephen Ward, no había ni una sola razón para sentirse defraudados.
Con sosiego y discreción, casi pidiendo perdón, demostró en el estudio 306 de RNE porqué es uno de los pocos artistas absolutamente irreprochables de este siglo. Disfrutémoslo.