The Supremes, 50 años de pop-soul instantáneo
- Conmemoramos en Sonideros el 50 aniversario de su primer álbum
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Nik Cohn derrochó toneladas de pasión, ironía, agudeza y sentido del humor en las páginas de su libro Awopbopaloobop Alopbamboom, donde retrató a buena parte de los protagonistas del pop de los años 60. Una de las anécdotas más ilustrativas del sentimiento de la época cosechadas allí por Cohn la protagonizó el malogrado compositor y productor Bert Berns:
“Una vez le pregunté ingenuamente a Berns qué era el pop. Estábamos sentados en un restaurante y rápidamente exclamó: ‘¡Camarero!’. De inmediato, salieron tres camareros de las esquinas y se precipitaron sobre nuestra mesa. Berns pidió una cerilla y se encontró de golpe con un muro de llamas que le ofrecían tres manos temblorosas. Cuando los camareros se fueron, Berns me dijo sin inmutarse: ‘¿Acaso no es esto el pop?’.”
La fábrica de hacer pop
Las ideas del capo del sello Motown, Berry Gordy Jr. , se parecían como dos gotas de agua a lo explicado por Bert Berns: lo mejor que podía hacer un negro norteamericano de su tiempo para acceder al núcleo de los poderosos era dedicarse al negocio de la música popular. Y Gordy conocía perfectamente las claves del triunfo. Lo anunció a los cuatro vientos en 1960, en la letra que escribió para el tema “Money”, uno de sus primeros éxitos como compositor: “Dinero, eso es todo lo que quiero”.
Esplendor de las girl groups
Y lo proclamó ya desde las primeras producciones de The Marvelettes o The Miracles, dirigidas con descaro a la conquista del corazón (y el bolsillo) de los adolescentes estadounidenses. Lo sublimó, en fin, valiéndose de las voces de tres jovencitas recién salidas del colegio, que habrían de convertir su nombre en el mito pop por excelencia: Florence Ballard, Mary Wilson y Diana Ross, The Supremes.
"Stop in the name of love"
Con canciones luminosas como “Where Did Our Love Go”, “Baby Love”, “You Can’t Hurry Love” o “Stop! In The Name Of Love”, The Supremes fueron la quintaesencia del pop negro de los años 60, el espléndido buque insignia del descaro juvenil de la música soul, el paradigma de la magia y la gloria resumidas en tres minutos de fantasías vocales, el fabuloso arquetipo de toda una memorable galería de grupos de chicas, desde The Shirelles hasta Martha & The Vandellas o Honey Cone, que iluminaron la banda sonora de la década prodigiosa. The Supremes, la más deslumbrante impronta de Motown en el Planeta Pop.
Sonideros las recuerda en un programa especial que conmemora los 50 años de la edición de su primer álbum.