Patti Smith remueve las conciencias en su concierto post-huelga general en Madrid
- La artista muestra su apoyo a la huelga del 14-N y apela al “poder de la gente”
- Smith repasó los mejores temas de su carrera y de su nuevo álbum, Banga
“Llegamos a Madrid la mañana del día de la huelga. Por la noche vi a la gente en la calle. Y una unidad que no veo en mi propio país. Sufrís la recesión económica, pero no os falta corazón ni libertad”.
Son palabras de la poetisa, la escritora, la fotógrafa, la artista y, entre muchas otras cosas, cantante Patti Smith. Y, con palabras así, cómo no augurar un concierto vibrante en La Riviera, lugar que acogió una rara mezcla de asistentes de todas las generaciones con una idea común: tomar conciencia a través de la música.
La libertad según Patti Smith
El momento era ideal: después de haber visto a la propia Patti paseando junto a los manifestantes madrileños un día antes, nos encontramos, todo sonrisas, a esa leyenda de la música en su papel más carismático y reivindicativo. Lideresa Patti. Animal del escenario y devota de la palabra. Esputo, bramido y pluma.
Las canciones de la Smith (65 años, guitarra diminuta, chaqueta y chaleco) no son todas sobre el amor (“Because the night”) ni sobre los movimientos sociales (“People have the power”). Son también sobre escritores admirados (Roberto Bolaño), artistas que nos han dejado (“This is the girl”, su homenaje a Amy Winehouse) o auténticos cantos a la naturaleza (“Fuji-san”).
Una "Gloria" acústica
El público conoce de sobra “Gloria”, “Ghost dance” o “Pissing in a river” y hay una idea común: las canciones de Patti Smith suenan mejor enchufadas, aunque en la gira de Banga (su último disco, el primero con material inédito en ocho años) se ha optado por el sonido impecable y acústico.
La paradoja es que esta formación resulta ideal para crear esa atmósfera íntima que envuelve a Smith, sus músicos (con Tony Shanahan al mando) y sus seguidores en una cita en la que todo el mundo quiere apretar el puño fuerte, ladrar y aullar sin medida y sentirse libre; sencillamente, un poco más feliz.