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Premios de la Música Independiente 2013

McEnroe

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Tenía que pasar y al final pasó. Si con el autoeditado El sur de mi vida (2004) y su debut en Subterfuge, Mundo marino (2008), McEnroe se presentaban como una banda prometedora, y con Tú nunca morirás (2009), como dijo el periodista Juan Manuel Freire, se impusieron como una realidad delicada –pero ojo: devastadora– en nuestro paisaje musical, con Las Orillas (21 de febrero de 2012), como bien declara en la siguiente carta el productor de su anterior trabajo, Abel Hernandez (Migala / El Hijo): “Las Orillas es SU disco” : 

“Ayer iba en un coche, acompañando a Olivier, en el mismo trayecto entre Getxo y Madrid que ha recorrido tantas veces últimamente, y empezó a sonar Las orillas, lo nuevo de McEnroe, y ya no pude hacer otra cosa que dejarme caer en su tela de araña”.

Mi pecho se hinchaba con cada palada de esa voz de remo contra el agua fría y salada que es la de Ricardo, arriba y abajo en balancín hasta destilar la penúltima sílaba del verso, con cada reflejo cristalino de la eléctrica de Jaime, los gemidos sutiles o los estruendos de la de Gonzalo, “todo mi mundo volvió a desintegrarse como antes” y la batería de Edu y el bajo de Pablo, listos y expertos, soportando el peso del cambio, del escorzo súbito, y casi el silencio y, ahí, el manto de órganos y ondas oblicuas de Olivier con su sonido terroso o acuoso.

Sonaba y parecía trazar círculos en el tiempo. Tan emocionante, tan sencillo, tan fresco, tan clásico, trabajado en los pequeños detalles, respira ideas musicales, visión y sentimiento. Como una ofrenda a los dioses del pop tranquilo.

Trabajar con McEnroe y sus canciones fue una de las experiencias preciosas que me ha dado la música y guardo el recuerdo de su preparación, grabación y mezclas en la parte de ámbar que imagino en mi memoria. Me habría encantado ayudarles con la producción de éste pero creo que no habría podido conseguir algo mejor de lo que han logrado con la ayuda de Raúl Pérez. De hecho, siento un raro orgullo de que lo hayan hecho. Las orillas es Su Disco. Quiero decir que quizá por primera vez McEnroe suenan plenamente a McEnroe, con un montón de reminiscencias (los Smiths, los Cure, Echo & the Bunnymen, Red House Painters, El pecho de Andy, Sr. Chinarro, Stone Roses…) flotando alrededor, claro. Como debe ser un disco de pop.

Me suena honesto y puro pero no ingenuo. Elegante pero no relamido. Intenso pero no excesivo. Para mí es un considerable paso adelante con respecto a mi adorado Tú nunca morirás. Las orillas contiene varias joyas de canciones. La composición es más clara y luminosa pero también más interesante. Los arreglos e ideas estructurales dan profundidad, brillo y gracia. Está muy bien ejecutado y todo en su interior transmite algún tipo de sentimiento.

Sonaba Las mareas por tercera vez y el sol, en el oeste, a la derecha de nosotros, se quemaba como una vieja película. Quise gritar para que Olivier me oyera por encima del volumen de la música y del ruido del coche, pero al final no lo hice. Lo que quería decirle es esto que aquí dejo por escrito: “Las orillas debería triunfar pero, pase lo que pase, cuidad Las orillas, defendedlo a capa y espada y conservad la llama encendida hasta que ella sola se apague o se vaya suavemente de vuestro lado, porque eso se merece”. Sí, es lo mínimo que ellos pueden hacer. Llega el buen tiempo.

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