'Vida', el testamento inédito e inacabado de Juan Ramón Jiménez
- "Recordar, para Juan Ramón en el exilio, era sobrevivir"
- "La lucha constante con su enfermedad era algo desconocido"
"Nunca pensé escribir una vida mía. Mis recuerdos de infancia, adolescencia y primera juventud están recogidos indirectamente en libros como Platero y yo, Elejías anzaluzas y, en general, en toda mi escritura en prosa y verso. Y los de mi vida madura y senecta están también esparcidos en mil encrucijadas de mi obra. Este libro se me ha ocurrido mientras tomaba notas para las conferencias sobre poesía española contemporánea que he dado este enero de 1940 en la Universidad de Miami. Ausencia y distancia son buen estímulo para recordar. Recordando a España y escribiendo este libro estoy viviendo más cerca y más dentro quizás de España y de mí que nunca".
Así comienza el primero de los prólogos que Juan Ramón Jiménez escribió para su obra Vida, que ve la luz 56 años después de la muerte del Premio Nobel gracias a la editorial Pre Textos y a María Ángeles Sanz y Mercedes Juliá, responsables de la reconstrucción, el estudio y las notas de Vida, ambas entrevistadas en el programa El ojo crítico.
María Ángeles ha explicado que Juan Ramón Jiménez concibió este libro como "un auténtico testamento vital y poético". Cuenta que al final de su vida sintió la necesidad inaplazable de dejar una obra magna que recogiese lo más importante de lo que había sido su trayectoria vital y poética.
Vida fue un proyecto que Juan Ramón Jiménez ideó en 1923 y que quedó inacabado a su muerte. Empezó a escribirlo en 1928, tras la muerte de su madre. "Juan Ramón, al igual que hicieron otros escritores importantes, al morir su madre sintió que él estaba más cerca de la muerte y quería concentrarse en su obra", ha retratado Mercedes.
El poeta comenzó muchas veces este proyecto, pero solo lo encaró con absoluta determinación en 1940, ya exiliado definitivamente en Estados Unidos. "Una de las cosas que más le permitió sobrevivir a todos los sinsabores e incertidumbres del exilio fue la memoria -detalla María Ángeles- porque así conseguía no perder su vínculo con España, con Andalucía, con Moguer. Precisamente recordar, para Juan Ramón en el exilio, era sobrevivir".
Otro de los aspectos que se reflejan en Vida de Juan Ramón Jiménez era, según Mercedes, la magnitud de la enfermedad que sufría, los trastornos nerviosos que soportaba. "Durante su última época estuvo hasta seis meses en un año encerrado en un sanatorio. Esa constante lucha con su enfermedad era algo desconocido hasta ahora".
María Ángeles Sanz y Mercedes Juliá ha logrado ordenar 626 páginas numeradas, unas 1.000 páginas en otras dos carpetas sin numerar y alrededor de otras 100 páginas en las carpetas del Archivo Histórico Nacional de Madrid y transcribir la letra de Juan Ramón. Y han descubierto aspectos hasta ahora desconocidos del poeta de Moguer.