Enlaces accesibilidad

Bernardo Atxaga: "El desierto es una extraordinaria puerta para la mente"

  • El escritor de Obabakoak o El hijo del acordeonista presenta Días de Nevada
  • "Cuando Obama fue a Idaho, le recibieron al grito de ¡Gora Obama!"

Por

Entre agosto de 2007 y junio de 2008, Bernardo Atxaga, premio Nacional de Narrativa y de la Crítica, ejerció de visiting writer, escritor visitante, en la Universidad de Nevada. Durante ese tiempo, su única responsabilidad era la de escribir. Y así lo hizo. Escribió sobre todo tipo de vivencias: crónicas, cuentos, dietarios... sin un plan previo, pero con un plan posterior: "Cargar el almacén llamado memoria" y componer su última obra Días de Nevada, que ha presentado en el programa El ojo crítico.

"Todo relato es una sucesión. Yo escribí pieza tras pieza y el trabajo posterior ha sido ordenar la sucesión y darle una unidad. Pero los elementos que utilizo, en las 400 y pico páginas, se pueden contar con los dedos de la mano: helicópteros, caballos, soldados, arañas, serpientes de cascabel..." Todos ellos, elementos con un gran poder simbólico que el escritor, con tres décadas de oficio a su espalda, ha aprovechado en su obra.

Además, el lugar era ideal para dejar volar la imaginación. "El desierto es una extraordinaria puerta para la mente. El desierto, como el mar y el fuego, son espacios casi vacíos y con movimiento. Siempre iguales y siempre distintos. Y como no te entretienen, tu mente se pone a pensar y a imaginar. Ya lo decía Benito Pérez Galdós, los lugares solitarios son un tormento para la imaginación. Y es verdad".

Cómo unir Nevada y el País Vasco

Días de Nevada, editada en español por Alfaguara, se escribió originalmente y se editó antes en euskera bajo el título Nevadako Egunak.  En ella, el País Vasco tiene una fuerte presencia, no solo por ser la tierra de origen del escritor, sino también por la importante emigración que se produjo en el siglo XIX -por la fiebre del oro- desde esta región española al Oeste norteamericano.

"Uno llega allí como vasco y lo reciben con si fuera de la familia. Cuando Obama fue a Idaho -que limita con Nevada- le recibieron al grito de ¡Gora Obama! Gracias a vascos-americanos que me han guiado, he llegado a sitios que a lo mejor, otra persona con más derecho que yo, no hubiese llegado".

Pero no solo hay mucho del País Vasco en Nevada, también hay mucho del Oeste americano en España. "Si pasamos a limpio lo que ocurre, resulta que los paisajes del lejano oeste nos son extraordinariamente cercanos. ¿Quién no ha jugado a indios y vaqueros?".

Y también hay mucho de Bernardo Atxaga en Días de Nevada, desde detalles de su infancia y su adolescencia a la muerte de sus padres. "Yo creo que la pérdida de amigos y de padres llega a terrenos donde antes yo nunca había transitado y creo que solamente ahora he podido escribir con el tono con el que he escrito los textos de Días de Nevada".