"La Cueva de Altamira es como un enfermo"
- Lo dice Gaël de Guinchén, director del programa de investigación de la cueva
- "El parámetro esencial que hay que controlar es la contaminación biológica"
La Cueva de Altamira ya se puede visitar después de 12 años de cierre. No es una apertura total, pero desde enero se organiza un régimen de visitas experimentales. Cada semana, cinco personas disfrutan de 37 minutos de visita guiada por estas pinturas de hace 20.000 años. Para ser uno de los afortunados hay que acercarse al museo y apuntarse. Después, solo queda tocar madera.
"Es un sistema que gusta porque se ve que es transparente", asegura Gaël de Guinchén, el director científico del programa de investigación que se desarrolla en la cueva desde 2012 y está previsto termine en agosto de 2014, aunque dependerá del estado de la cueva. Gaël de Guinchén ha explicado en una entrevista al programa El ojo crítico que "la cueva es como un enfermo". Asegura que el parámetro esencial que hay que controlar es la contaminación biológica: "Se aspira el aire con un filtro, después se cultiva y se puede medir la contaminación del aire". Una contaminación biológica excesiva podría dañar las pinturas.
De todo esto dará detalles el profesor en una charla denominada "Altamira hoy: Programa de investigación para la conservación preventiva y régimen de acceso de la Cueva de Altamira". La cita es el martes 6 de mayo a las 19h en el Museo Arqueológico Nacional.
El programa que dirige el profesor Guinchén está coordinado por el Instituto del Patrimonio Cultural de España del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, donde colabora el Museo Nacional Centro de Investigación de Altamira, la Universidad de País Vasco, la Universidad de Cantabria, el Instituto de Ciencias del Patrimonio y el Centro de Investigación en Patrimonio Cultural del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Prevenir mejor que curar
El profesor Guichén es pionero y referencia internacional en la conservación preventiva de los bienes culturales, lo que explica como la medicina preventiva de los bienes culturales. "Es como la salud de los hombres donde hay dos tipos de medicinas: las curativas y las preventivas. El primer objetivo de la conservación preventiva es crear un ambiente muy seguro y muy sano entorno a las obras de arte. Esto es posible gracias a un equipo de profesionales de diferentes disciplinas que reduzcan las posibilidades de daño al mínimo. Y por último, poner la obra de arte a disposición del público".
Gaël de Guinchén es también consejero del Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración de Bienes Culturales, institución para la que trabaja desde 1969. Además, a finales de los años sesenta, fue el responsable de la conservación del arte rupestre de la cueva de Lascaux, en Francia.