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El tesoro del Odyssey se exhibirá el 29 de mayo

  • En el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena
  • España lo recuperó tras 5 años de litigio con la empresa Odyssey

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El tesoro de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, aquel que expolió en 2007 la empresa Odyssey, se exhibirá el próximo 29 de mayo en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena, Murcia. Lo hará en la exposición permanente, tras ser "incorporado plenamente al discurso cronológico y temporal del museo", asegura su director Iván Negueruela en el programa El ojo crítico.

La colección está formada por cerca de 600.000 monedas, así como otras piezas y objetos recuperados. De ellas, "la mayor parte son muy repetitivas" así que se ha seleccionado una colección de 8.000 monedas, que incluye las principales emisiones además de las monedas singulares.

"Hay piezas que están muy mal conservadas -cuenta Negueruela- pero otras monedas se leen muy bien tanto el anverso como el reverso y el resultado final es muy bonito".

Un tesoro que se puede contemplar desde el 29 de mayo en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena, Murcia. Y más adelante, en una exposición itinerante que se realizará de forma conjunta entre el Museo Arqueológico Nacional y el Museo Naval de Madrid.

Más de 200 años y una batalla legal

La nave Nuestra Señora de las Mercedes, con su valiosa carga, se hundió en el mar en 1804 frente a la costa de Portugal. En mayo de 2007, Odyssey anunció el hallazgo en aguas internacionales del Atlántico de un cargamento de monedas de oro y plata, aunque se negó a revelar la nacionalidad y localización exacta del buque en el que se encontró, lo que despertó las sospechas del Gobierno español sobre un posible expolio.

España presentó una demanda contra Odyssey en Estados Unidos para defender la propiedad del tesoro. El 3 de junio de 2009 el juez Mark Pizzo recomendó que se entregara a España el tesoro, a lo que se opusieron Odyssey, el Gobierno peruano, que también reclamaba el tesoro, y algunos descendientes de los propietarios de la mercancía, mientras que el Gobierno de Estados Unidos se posicionó a favor de España.

El 22 de diciembre de 2009, otro juez de Tampa, Steven D. Merryday, ordenó la devolución del tesoro a España, pero la empresa Odyssey acudió al Undécimo Tribunal de Apelaciones con sede en Atlanta (Georgia). Dicho tribunal rechazó un recurso de Odyssey en noviembre de 2011 y otro el 31 de enero de 2012, decisión confirmada días después por el Tribunal Supremo de EEUU, que agotó con ello las posibilidades de la empresa para evitar la entrega del tesoro a España.

El tribunal de Tampa zanjó definitivamente la batalla judicial el 17 de febrero de 2012, cuando ordenó que se ejecutara la sentencia de la Corte de Apelaciones de Atlanta. Dicha sentencia establecía que el tesoro de "La Mercedes", valorado en más de 500 millones de dólares (385 millones de euros), pertenece a España, y que este país podía por tanto llevarlo a su territorio.

Finalmente, el 25 de febrero de 2012, dos aviones Hércules repatriaron a España el tesoro, un cargamento de 21 toneladas, integrado por más de 500.000 monedas de oro y plata, algunos tejidos, fragmentos metálicos y balas de cañón. El 7 de junio también fueron devueltas a España parte de las piezas del tesoro que habían sido depositadas en Gibraltar por la empresa.

Protección del patrimonio arqueológico

Según el director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena, Ivan Negueruela, el problema en la protección del patrimonio arqueológico subacuático está en las competencias, ya que las comunidades autónomas tienen plena autonomía en su patrimonio arqueológico desde 1984.

En el mar territorial, que alcanza 12 millas -unos 22 kilómetros- se encuentran la mayor parte de los naufragios y el Estado no tienen ninguna competencia excepto en los puertos del Estado, como Cartagena. "La gran paradoja es que hay muchas autonomías litorales que no se han dotado de un centro que acometa la gestión del territorio subacuático. La situación no es halagüeña. Aunque es cierto que el Odyssey ha contribuido a crear un estado de concienciación y yo confío en que en los próximos años habrá una coordinación entre gobiernos autónomos y el Estado.