Rosa Villacastín novela la relación amorosa de su abuela con Rubén Darío en 'La princesa Paca'

• Un genio de las letras y una analfabeta, juntos durante 16 años
• "Para Rubén Darío mi abuela fue como un oasis en el desierto"

La periodista ha dado forma a la historia de amor de su abuela Francisca Sánchez con el poeta nicaragüense Rubén Dario en la novela La princesa Paca.

Una historia que empezó en el jardín de un palacio. "La realidad a veces supera la ficción y esta historia es así. Chica de familia humilde, analfabeta, que se enamora y vive 16 años con un poeta", ha explicado Rosa Villacastín en Las mañanas de RNE.

Todo empezó un día en el que Rubén Darío y su gran amigo el también escritor Valle Inclán consiguen un pase de la reina regente para pasear por los jardines de palacio, donde se encontraba la hija del jardinero del rey.

"Mi abuela siempre me contaba que llegaron dos tipos muy raros. Uno alto, de piel oscura, con labios muy carnosos, muy bien vestido. Otro muy bajito y feo. Ambos le pidieron una rosa. Ella se las dio y se quedó completamente prendada del más apuesto, y él de ella. El alto era Rubén Darío y el bajito Valle Inclán".

Y este flechazo continuó casi como el guión de una película. El poeta volvió a buscar a la joven y al mes ya estaban viviendo juntos. En aquella época tuvieron que enfrentarse e a todo el mundo, recuerda la periodista, no solo a los padres de ella sino también a toda la sociedad.

Quiénes mejor la acogieron fueron los intelectuales. Francisca Sánchez conoció y compartió mucho tiempo con Emilia Pardo Bazán, los hermanos Machado, Juan Ramón Jiménez y Amado Nervo. Estos últimos la bautizaron como la princesa Paca y de ahí el título del libro.

"Ella tenía 24 años no vividos, no había tenido ninguna relación con ningún hombre. Y Rubén Darío la enseñó a cocinar la comida nicaragüense y a vestir como una lady, él sentía auténtica veneración por ella", sigue relatando la periodista.

Y ella por él. Lo hemos podido comprobar en este audio rescatado del archivo de Radio Nacional.

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"Tenían mucha complicidad, a pesar de ser muy distintos y yo me imagino que es porque él nunca había tenido un verdadero hogar".

Los padres de Rubén Darío se separaron cuando él era un niño, su primera mujer falleció nada más dar a luz a su primogénico y con la segunda mujer le casan en una borrachera a punta de pistola, continúa explicando la periodista.

"Encontrar a mi abuela debió de ser para él como un oasis en el desierto. Era una mujer cariñosa, que le cuidaba, que le quería. Era un hombre que venía de vuelta de todo y ella le devuelve la fe en la vida".

Una novela escrita a cuatro manos

Confiesa Rosa Villacastín que para ella fue difícil escribir este libro porque tenía que remover toda la historia de su familia.

Hasta que buscó el apoyo del escritor Manuel Francisco Reina. "Necesitaba un corrector, alguien que viviera la historia desde fuera porque yo cada vez que leía las cartas de Rubén Darío que mi abuela me regaló me ponía a llorar. Me emocinaba porque además vivieron una vida con mucha tragedia, no fue un camino de rosas: de los cuatro hijos que tuvieron se le murieron tres, siempre viajando, a veces con dinero, la mayoría de las veces no...".

Y con la ayuda de Reina Villacastín fue hilando la historia apoyándose en toda la documentación que tenían. "Mi abuela lo donó todo al archivo Rubén Darío de la Universidad Complutense. Así que teníamos documentación de sobra, eso era fácil".

Manuel Francisco Reina señala que es una historia de amor pero también de una sociedad y de una España en crisis. "Los dos se conocen en 1898 cuando se acaban de perder las colonias".

Además es una reivindicación de la importancia de las esposas de tantos escritores como Juan Ramón Jimenez, Antonio Machado o Rafael Alberti. Figuras que fueron claves en sus vidas y en sus obras, explica la periodista. "A veces el foco se pone en los grandes hombres, pero no hubieran podido hacer muchas cosas sin una mujer al lado que les aportaba equilibrio".

Al hilo de la actualidad, Villacastín también nos ha dado su visión como cronista de la noticia de la abdicación del rey Juan Carlos en su hijo, el príncipe Felipe.

"Yo me quedé estupefacta, no daba crédito, y sigo sin entender, me faltan muchas claves", ha confesado la periodista.

"Soy fan del rey Juan Carlos porque creo que ha hecho una labor estupenda, tiene muchas sombras como todos, pero alabo mucho su figura y no entiendo por qué abdica ahora y no hace cinco meses cuando le operaron. Estamos en un momento muy, muy difícil, espero que todo salga bien".