María López Correa, ganadora del Premio de Microrrelatos de RNE por 'Polisemias'
- Sara Berlana ha recibido un accésit por El bote del librero
- El fallo, anunciado por El ojo crítico desde la Feria del Libro de Madrid
María López Correa ha ganado el II Premio de Microrrelatos de RNE con Polisemias, según ha anunciado el programa El ojo crítico, que este viernes se ha realizado en directo desde la Feria del Libro de Madrid.
El premio lo convoca RNE junto a CEGAL, la confederación española de gremios de libreros, para promover el trabajo de libreros y librerías en la promoción de la cultura.
El jurado ha destacado el microrrelato Polisemias de la viguesa María López Correa porque “cumple con la estructura formal del género, contar mucho en poco; reivindica la lectura reflexiva, frente a la inmediatez del momento; reconoce que hay tantas lecturas como lectores y que los lectores cambian con el tiempo como hacemos las personas”.
Por su parte, la madrileña Sara Berlana ha obtenido un accésit por su relato El bote del librero. Al premio se han presentado más de 500 microrrelatos llegados de toda España y diversos países de Latinoamérica.
El jurado ha estado formado por la vicepresidenta de CEGAL, Eva Coscuella; Alberto Sánchez, de la librería Taiga de Toledo; Nacho Larraz, de la librería El Cresol de Valencia; Juan Carlos Morales, director del programa El ojo crítico de RNE; Berta Tapia, responsable del área de Cultura de RNE; y ha contado con la colaboración de los poetas Carlos Pardo, Antonio Lucas y Jorge del Arco.
Los relatos, de tema libre, no debían exceder las 200 palabras y debían incluir la palabra “librería”, en una iniciativa que busca resaltar la importancia del trabajo de los libreros y las librerías en la difusión de la cultura.
El primer premio consiste en “Un año de lectura”, un lote de 75 libros seleccionados y aportados por CEGAL.
Polisemias, de María López Correa
Abrí el diccionario buscando entre sus palabras el sentido de la vida y, tras meditarlo, me fui a la librería a comprar uno nuevo, porque las definiciones que encontré no me valían. Pagué y salí con el corazón en la mano y el pesado libro envuelto en papel de regalo. Así lo guardé en el hueco de mi estantería, sin desenvolver, esperando a que el tiempo cambiara los significados y que mis ojos aprendieran de nuevo a leer.