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Marta Rivera de la Cruz reflexiona sobre la amistad y el paso del tiempo en 'Nosotros, los de entonces'

  • Protagonizada por seis amigos que se reencuentran tras 12 años sin verse
  • "El pasado no hay que verlo con antipatía", asegura la autora

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Las mañanas de RNE - 'Nosotros los de entonces', una novela sobre la amistad y el paso del tiempo

Jorge vive en París, donde regenta una galería de arte. Un día decide escribir un correo electrónico a unos viejos amigos de la universidad a los que no ve desde hace 12 años, para reencontrarse con ellos. Con Roberto y Lourdes, quienes estuvieron casados y se divorciaron; con Cecilia, una madre soltera ilustradora de libros infantiles; con Mauro, el más talentoso de entonces pero el que tiene una vida más vulgar ahora, y con Valva quien ha de dejado su carrera para montar un hotel rural en La Provenza.

Y ese será el escenario porque tras leer "tengo una cosa que contaros", todos dan por hecho, por error, que ese misterio que tiene que desvelar Jorge es algo malo y aceptan ese reencuentro. Doce años sin estar juntos y ahora tienen por delante dos días en un idílico hotel rural para desempolvar viejos recuerdos de esa época en la que fueron inseparables, pero el paso del tiempo se ha encargado de poner distancia entre ellos.

Portada de 'Nosotros los de entonces', última novela de Marta Rivera de la Cruz

Portada de 'Nosotros los de entonces', última novela de Marta Rivera de la Cruz rne

Este es el argumento de Nosotros, los de entonces, la novela de la escritora, diputada de Ciudadanos y periodista Marta Rivera de la Cruz, quien ha asegurado en Las mañanas de RNE que el título está sacado del verso de Pablo Neruda "Nosotros los de entonces ya no somos los mismos" "porque es verdad, porque uno no es igual a los 40 que a los 20 y quien no lo quiera ver hará el ridículo", asegura.

"La novela recoge la necesidad de reinventar esa amistad que no se rompió pero sí se enfrió con el paso del tiempo, el pasado no hay que verlo con antipatía, hay que sacar de él lo que se puede".

Rivera de la Cruz afirma también que "el pasado debe ser una especie de baúl donde guardas más cosas buenas que malas y los amigos de hace tanto tiempo son los que dejan un abanico de recuerdos más importantes porque las vivencias son el pegamento de la amistad y cuando tú vives muchas cosas con un grupo de personas eso te une a ellas y crea unos recuerdos comunes de los que siempre echas mano".

La autora asegura que ha situado la obra en La Provenza porque quería que los personajes estuvieran en un lugar que provocara el hedonismo y las ganas de disfrutar, donde todo les impulsara a ser algo mejores, "al final con los amigos estás unido porque te lo pasas bien con ellos, son gente con la que disfrutas", afirma, y tiene claro que la lealtad es lo que marca las amistades, "puedes tener conocidos, colegas... Pero esa sensación de contra viento y marea, que va muy por encima de la fidelidad de pareja, eso es el verdadero cemento de la amistad".